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El compositor Antón García Abril. Alberto Ferreras
El cine y la televisión españolas pierden a su músico más prolífico: Antón García Abril

El cine y la televisión españolas pierden a su músico más prolífico

Fallece a los 87 años Antón García Abril, compositor de más de 200 bandas sonoras, entre ellas las de 'El hombre y la tierra' y 'Los santos inocentes', que cultivó todos los géneros musicales

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Miércoles, 17 de marzo 2021, 22:44

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Cuando Antón García Abril recibió en 2014 de manos de Enrique González Macho la Medalla de Oro de la Academia de Cine contó una anécdota que demostraba el alcance de su prolífica obra. Estaba en Moscú y encendió la televisión al llegar a la habitación de su hotel. Y sonaron los ritmos salvajes y tribales de 'El hombre y la tierra', una de las sintonías que llevan grabadas en el córtex cerebral varias generaciones de españoles. Cuando Félix Rodríguez de la Fuente la escuchó por primera vez, contaba el compositor, le emocionó tanto que le arrebató la partitura al músico. García Abril trabajó durante ocho años en la serie y concibió melodías para cada animal en 120 capítulos. «Entendí que había que tratarles musicalmente como si fueran seres humanos», defendía.

Vídeo. Sintonía de 'El hombre y la tierra'.

La SGAE ha comunicado esta noche el fallecimiento en Madrid a los 87 años de García Abril, socio de la entidad desde 1956 con más de 1.000 obras registradas y autor de su sintonía corporativa. Actualmente ocupaba el cargo de consejero de honor. Su prolífica obra para el cine y la televisión supera los 200 títulos, pero además fue autor de óperas, composiciones para orquesta, cantatas, conciertos y música de cámara, erigiéndose en una de las figuras más relevantes de la música española. La lista de películas con una banda sonora suya es inabarcable: 'Los tramposos', 'La ciudad no es para mí', 'Sor Citroen', 'Cateto a babor', 'Vente a Alemania, Pepe', 'El crimen de Cuenca', 'Gary Cooper, que estás en los cielos', 'La colmena', 'Los santos inocentes'… Y series como 'Fortunata y Jacinta', 'Curro Jiménez', 'Los camioneros', 'Anillos de oro', 'Ramón y Cajal'…

Nacido en Teruel en 1933, Antón García Abril pertenece a la llamada Generación del 51 junto a músicos como Cristóbal Halffter, Ramón Barce, Manuel Carra y Luis de Pablo. Fue fundador del grupo Nueva Música en 1958, el mismo año que se estrena en cine uno de sus primeros trabajos: 'Las muchachas de azul'. Pedro Masó, José Luis Dibildos, Pilar Miró, Mario Camus, Pedro Lazaga, Antonio Isasi- Isasmendi, José María Forqué… La lista de directores y productores con los que colaboró resume la historia del cine español, de las comedias del desarrollismo al cine de autor de los 70 y primeros 80 que también contaron con sus partituras. Sus bandas sonoras de los 60 y 70 popularizaron el 'dabadaba', esa musiquilla que asociamos a la época y de la que su autor nunca renegó. «Me llama la atención cómo me persigue la monja (en referencia a 'Sor Citroen')», ironizaba. «Como buen aragonés sé de dónde vengo y adónde voy, y no reniego de nada. Un crítico dijo de mí que se me reconocía hasta cuando toco el timbre de una casa. Y no sé si eso es bueno o malo».

García Abril estaba predestinado a la música. Su padre tocaba el saxo y el clarinete en la banda de Teruel y procuró que sus cuatro hijos fueran a la Academia de Música. A los once años ya desfilaba por la calle con el uniforme y el clarinete. Después su padre le compró un piano y estudió en los conservatorios de Valencia, Madrid y Siena, donde conoció a uno de sus grandes amigos: Joaquín Achúcarro. Con 23 años ganó el primer accésit del Premio Nacional de Música (entonces se otorgaba tras un concurso entre los aspirantes) y durante dos décadas escribió bandas sonoras como un verdadero destajista: «Lo hice porque no me podía librar del éxito y de las peticiones de los directores con los que trabajaba habitualmente. Sentía que era una obligación atenderlos», argumentaba. Sus cuatro hijos fueron la excusa que puso para no atender las ofertas de Hollywood.

Antón García Abril, entre partituras en su domicilio madrileño.
Antón García Abril, entre partituras en su domicilio madrileño. Alberto Ferreras

'Brigada central' y la serie de Lina Morgan 'Compuesta y sin novio' fueron los últimos trabajos de García Abril para la pequeña pantalla. Como reconocía sin acritud, el cine dejó de llamarle. «Fue una historia de amor que terminó». Contaba con una larga lista de reconocimientos: el Premio Nacional de Teatro (1971), el Premio Nacional de Pedagogía e Investigación Musical (1991), el Premio Nacional de Música (1993) y la Medalla de Oro de las Bellas Artes (1998). En su faceta didáctica destaca su labor pedagógica al frente de la cátedra de Composición y Formas Musicales del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. Durante casi treinta años ejerció esta actividad docente de manera continuada. En 1989 compuso el himno de Aragón por encargo de las Cortes de dicha comunidad autónoma. En 2018 celebró su 85 cumpleaños con la publicación de un nuevo disco y un concierto que tuvo lugar en la Real Academia de las Bellas Artes de San Fernando, de la que era miembro desde 1982. 

Antón García Abril fue quitando los siete pianos repartidos en su casa tras la muerte de esposa Áurea, pianista también, y la independencia de sus cuatro hijos. En 2017 contaba a este periódico cómo le gustaría ser recordado: «No me lo he planteado nunca. Me gustaría dejar una obra que sirviera para aumentar el valor de la cultura española, una aportación importante».

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