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A la derecha, Gideon Adlon, junto a sus compañeras de reparto.

Gideon Adlon: «Siempre fui el bicho raro, la extraña dentro del grupo»

Hija de Pamela Adlon, a sus 23 años da vida a Frankie en el remake de 'Jóvenes y brujas', que llega este fin de semanaa las salas de cine

María Estévez

Los Ángeles

Sábado, 31 de octubre 2020, 00:24

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Gideon Adlon carga con sus cristales a todas partes. La estrella de 23 años es hija de Pamela Adlon y protagonista de 'Jóvenes y brujas', remake del filme de ocultismo de 1996, que se estrena esta semana en España. Después de aparecer en la exitosa comedia '#SexPact', la versión de Netflix de 'El señor de las moscas, 'The Society', y el drama 'The Mustang', Gideon se mete en la piel de Frankie, una bruja comprometida con sus conjuros.

–¿Quién es Frankie?

–Frankie es aire, ese es su elemento. Esto va a sonar realmente estúpido, tal vez no estúpido, pero tengo que explicar que la energía de la película surge porque es una narración feminista y, dentro de ese espacio, ella es mundana. Si la tuviera que analizar de forma simple, te diría que es una chica superficial, hasta que hay que ponerse seria y se transforma. Su personalidad concuerda con su estilo de vestir; unas veces parece una niña de diez años y otras se parece a una señora de cincuenta, en ningún caso es débil.

–¿Se identifica con el papel?

–No lo sé, deberías preguntárselo a la gente mayor que me rodea. Creo que puedo describirme cómo una adolescente normal.

–¿Conocía la película original?

–Sí. La he visto infinidad de veces en Halloween. Creo que tenía doce años cuando la vi por primera vez con mis amigos. Todos mis amigos son brujos; crecí con esa energía a mi alrededor. Mi abuela es una bruja y mi madre es muy espiritual. Desde los seis años estoy obsesionada con los cristales y aplico su energía a cada cosa que hago, aunque nunca he hecho brujería. No creo que pueda conjurar hechizos ni quiero meterme dentro de ese universo, pero la película original me hizo sentir bien porque siempre fui el bicho raro, la extraña dentro del grupo, y crecí intimidada por mi entorno. Descubrí mi camino con películas como esa, 'Las vírgenes suicidas' o 'Thirteen', así que poder participar en el remake me pareció un tesoro. De verdad, lo pasé muy mal en la escuela. Cuando llegué al séptimo grado, ya en el instituto, encontré mi pandilla, que hasta hoy son como mi aquelarre.

–¿Está la brujería de actualidad entre los millennials?

–Las adolescentes ya no se sienten raras practicando wicca, al contrario, son artistas únicas con un universo personal fascinante. Creo que deberíamos mostrarnos abiertos a un mundo diferente que empodera a las mujeres. Yo animo a todo el mundo a ser libre sin importarle un carajo lo que piensen los demás.

–Los conjuros de la película son casi trabalenguas.

–(Ríe) Sí. Realizamos muchos ensayos para conseguir una sincronía entre las actrices. Pam Grossman y Aaron Fogel nos ayudaron a conseguir el efecto que ves en la pantalla. Aaron es una bruja residente en Toronto y Pam Grossman, que escribió el libro 'Waking the Witch', tiene el podcast 'The Witch Wave', que es genial. Ellas nos enseñaron lo que no sabíamos acerca de la magia. Sus consejos nos permitieron creer en los personajes y olvidarnos de la actuación. No fue fácil aprender unos diálogos que invocan a Satanás, ni seguir en el círculo cuando te sugestionas y empiezas a oír ruidos. Nosotras empezábamos y terminábamos el día con una bendición porque la magia no sabe que estás actuando.

–¿Hasta qué punto se llevaba el personaje a casa?

–Yo he tratado de concentrarme en la interpretación, dejando los sentimientos de Frankie a un lado, pero los hechizos que aparecen en pantalla son reales, tienen una intención cuando los convocas y no iba a ser yo quien se enfrentara con la magia. Por eso me he dejado guiar por brujas de buenas intenciones. Es una ecuación completa; la ficción y la realidad.

–¿Le atrajo la idea de convertirte en una bruja?

–Lo primero que dije al recibir el guión fue: Sí, por favor. Desde los seis años, o tal vez antes por lo que dice mi abuela, soy bruja. Igual que ella y mi bisabuela. La magia siempre ha sido parte de mi vida, no quiero parecer una chiflada, pero vi un espíritu por primera vez cuando tenía seis años. Era el espíritu de mi abuelo, sentado en una silla frente a mi cama. Se lo conté a mi madre y me llevó a un psíquico y ese fue el comienzo de mi camino en la brujería. Saber que eres una persona capaz de conectar con los espíritus es algo muy extraño.

–Así que no había película más apropiada...

–Este proyecto llegó en un momento en que lo necesitaba. Personalmente, estaba en un punto muy extraño y baja de energía en mi vida. Grabar esta cinta y poner en práctica todo lo que he aprendido ha sido un proceso muy gratificante.

–¿Qué hicieron las actrices para convertir este rodaje en una experiencia de Halloween?

–Las actrices de este filme somos como hermanas. La filmación empezó en la luna llena de Aries y el cuarto día de rodaje hicimos un ritual completo. Compramos velas de afirmación, dijimos nuestras intenciones, las escribimos para que realmente nos uniera y, desde entonces, Cailey y yo somos las mejores amigas. Todas hemos compartido nuestros ciclos lunares, nuestros cristales y nuestras intenciones. Estar cerca de estas chicas me hace sentir poderosa y creo que eso se nota en la pantalla.

–¿Su madre qué dice?

–Ella es muy abierta, abraza este universo igual que yo.

–¿Y cuándo decidió ser actriz?

–Si quieres hacer esto, no pelees; hazlo. Sé que suena cursi, pero he creado mi propio Hollywood. Elijo a las personas que me rodean para poder andar mi propio viaje. Me gusta crear personajes, disfrutar creando. Supongo que me ha influido crecer con mi madre de rodaje en rodaje.

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