Un traje bendecido por un experto en cultura inuit

El Vaivén ha contado con la ayuda de Francesc Bailón Trueba, licenciado en Antropología Cultural por la Universitat de Barcelona. Está especializado en la cultura inuit y desde 1997 que se dedica al estudio e investigación de las comunidades indígenas del Ártico.

Este erudito dio una charla a los miembros de la comparsa y, cuando fue conociendo su propuesta, se enamoró de la idea. Finalmente ha viajado por sorpresa a Badajoz estos Carnavales e incluso desfiló este domingo con la agrupación. La implicación de El Vaivén con esta cultura no se ha quedado ahí. Tras saber que habían ganado hicieron una videollamada con una comunidad inuit de Groenlandia que conoce el antropólogo que le sha ayudado.

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«Fue un momento mágico, más allá del Carnaval», reconoce José Manuel García, presidente de El Vaivén.

García afirma que están «inmensamente felices». «Y con el estómago encogido. Ha sido magia, no solo el premio o el desfile, todo este proyecto». El portavoz de El Vaivén admite, además que es un hito lograr la victoria desde Badajoz. «Todos somos compañeros, no hay comparsas de fuera, pero es especial».

Los inuits (no se llaman esquimales porque este apelativo es ofensivo para este pueblo) han roto una maldición de 17 años. En 2006 ganó Caribe el desfile, en 2007 Los Lingotes de Talavera la Real. Desde entonces una comparsa de Badajoz no había vuelto a lo más alto del podio. Lo ha logrado El Vaivén, que ha cumplido en 2023 35 años desde su fundación, ha sumado su cuarto triunfo, el último antes de este fue en 1997. En el 97, casualmente, también lograron el doblete en infantil y adultos, como en esta edición.

La idea de ser inuits surgió en la comparsa por su filosofía. El Vaivén tiene como centro de su comparsa a la familia y se fijaron en estas comunidades porque también son muy familiares. Una vez elegido el tema comenzaron a documentarse, pero no querían quedarse en un conocimiento superficial. Decidieron organizar una charla y fue cuando conocieron al antropólogo que se ha convertido en uno más de la agrupación.

Con la ayuda de Francesc Bailón Trueba diseñaron la coreografía de la comparsa en la que se unen bailes tribales con rituales mágicos de los inuit. Además del momento más recordado, la niña bajando en piragua por un río humano, El Vaivén realizó rezos e incluso revivieron a su enorme ballena.

Uno de los detalles que llamó la atención de los espectadores fueron los gritos, que eran en la lengua de este pueblo. Traduciendo los miembros de El Vaivén gritaron 'tierra, fuego, aire y agua' durante el ritual con la ballena y 'yo soy inuit' como llamada.

En cuanto a la ropa, hay inuits en Alaska, Groenlandia y Canadá y esta comparsa ha mezclado diseños de las distintas comunidades, tanto prendas clásicas como modernas. El gorro, por ejemplo, es un sombrero tradicional de Alaska que llevan cuando van a pescar.

La parca, el abrigo, está cortada y cosida siguiendo las técnicas que usan en el Ártico. Incluso los colores de la decoración tienen simbología, el blanco y el plata simbolizan el hielo mientras que el ocre y el mostaza representan el sol, que es vital para los inuits.

Esta creencia también está presente en los complementos de baile. El más destacado es el tambor redondo que mostraban al público y que lleva un cuervo. Este tambor se llama qilaat y el cuervo es el único animal que no comen los inuit porque lo considera «el portador de la luz».

En cuanto a la música, era completamente original y diseñada ara ambientar la representación.