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C. M.
Cáceres
Lunes, 21 de abril 2025
Alonso Redondo Iglesias (Cáceres, 1984), ofreció este lunes en el Gran Teatro un pregón de exaltación de la Virgen de la Montaña en ... la que aprovechó su condición de directivo de la cofradía para hablar, entre otras cosas, de lo que los fieles normalmente no ven, de lo que está a otro lado, lo que ocurre antes de abrirse y cuando se cierran las puertas del santuario una vez que se recoge la Virgen, o de la concatedral de Santa María durante el novenario que empieza este jueves, el día después de la bajada de la imagen.
Lo hizo usando su experiencia personal y también recurriendo a los nombres propios de la gente que trabaja en torno a la imagen. «Ramón echa la puerta y empiezan a preparar el mañana. Julita y Marisa escalan mi Montaña plateada, me piden perdón por quitarme mi corona de soberana», dice el pregonero haciendo hablar a la Virgen en primera persona. Y sigue: «Martina, con amor, mis telas me prepara y los terciopelos que engalanan este trono cacereño que aquí se levanta». Y más: «Cristina, María Victoria, Martina y Juana vienen en un ejército con 130 jarras de agua para mis flores, estas que todos los días me cambian». «La Mari barre la alfombra, Quinillo ajusta la plata, los tesoreros vacían las huchas llenas de limosnas hechas de plegarias», insiste.
Esas pocas frases bastan para ilustrar el tono de un pregón lírico, en que no falto la referencia al grupo folclórico El Redoble, muy vinculado a la Virgen de la Montaña y del que Alonso Redondo es miembro: «¡Qué bonito El Redoble madre! / pareciera que flotaran mientras bailan / pues por todas sus buenas obras / y por lo bien que me tratan / he querido tenerlos / aún más cerca de mi casa / nombrándolos hermanos de honor / para que siempre me representaran».
También habló de la procesión de bajada de la imagen y del ambiente de camaradería que se vive entre los cofrades, con referencias a personajes como Manolo el Torero, Macarrilla, Adrián el hijo de Velasco, Lorenzo o los Balillas, antes del momento cumbre: «Las puertas de tu ermita / se ensanchan de par en par / y Antonio Bazo nos grita: / «Atentos, a hombros subidla ya».
Fue un pregón, en definitiva, en el que no faltó la exaltación mariana, pero muy pegado también al terreno y a la realidad cotidiana de quienes hacen posible cada año las celebraciones con motivo de la patrona de Cáceres. De hecho, antes de su intervención hubo un homenaje sorpresa a la señoras de ornato y las camareras que se ocupan del buen mantenimiento de la imagen.
Al empezar el acto hubo un recuerdo a la muerte del papa Francisco, con una oración dirigida por el obispo de la Diócesis, Jesús Pulido. Actuaron los músicos Blanca y Manu Sellers acompañados al piano por Antonio Luis Suárez. La presentación del pregonero corrió a cargo de Javier Sellers.
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