La variante de Malpartida de Cáceres arrancará con doble carril de 3,5 kilómetros desde la A-66
El resto del trazado será una carretera convencional, aunque quedará lista para duplicarse si se superan los 7.000 vehículos
«Al menos en siete u ocho años no se hace». Fue el pronóstico del alcalde de Malpartida, Alfredo Aguilera, en febrero de 2012 sobre ... la variante de Malpartida. Pecó de optimista. Ha pasado una década y sigue a la espera esa infraestructura que tanto él como su antecesor en el cargo, Víctor del Moral, consideraban fundamental para articular las conexiones entre la capital y las localidades del oeste cacereño. Del Moral llegó a plantear en 2010 un frente común con la entonces alcaldesa de Cáceres, Carmen Herás, para reclamar la actuación del Estado.
Lo llamativo es que cuando se pasó el trámite de la declaración de impacto ambiental (DIA) en 2011, en el Ayuntamiento malpartideño su regidor ya avisó: «Es necesario hacerlo. Llevamos ya 12 años hablando de esto». Ahora, se ve por fin la luz al final del túnel. El pasado julio, el Ministerio de Movilidad sacó a concurso la variante más esperada. El proyecto se había aprobado en 2019, pero desde entonces no había vuelto a haber demasiadas noticias. La licitación marca plazos, aporta cifras y fija un horizonte. Son casi 50 millones de euros y 24 meses de ejecución. La obra arrancará, según el plan de trabajo, en febrero de 2023 y lo hará con un pequeño tramo de doble carril en cada sentido de tres kilómetros y medio en dirección a Malpartida, y a la salida del cruce entre la N-521 y la autovía de la Plata, A-66.
Esa conexión directa hacia la localidad por ese punto ya fue en la fase de diseño una gran victoria para el Ayuntamiento malpartideño. Hace años, el Consistorio de Cáceres apostaba por la alternativa más hacia el norte, en concreto desde la salida de la A-66 próxima al cruce con el polígono de las Capellanías y el actual centro de tratamiento de residuos de la construcción, en la N-630 en dirección a Casar de Cáceres. «Esa opción es una locura», sin beneficios para Malpartida, defendió Aguilera. Fue desechada.
La cuestión de fondo es la concentración de vehículos entre el cruce de la A-66, cerca del centro de conservación de carreteras próximo a los Arenales y Malpartida. En ese tramo se lleva a cabo una fase decisiva de la intervención. Tal y como recoge el proyecto, se duplica la calzada en un tramo inicial que tendrá características propias de autovía. El mejor ejemplo es que se producirá una «limitación total de accesos a las propiedades colindantes» en dicho tramo.
Son más de tres kilómetros aunque hay unos 400 metros ya desdoblados. Se demolerá la glorieta existente y habrá movimientos entre los dos márgenes para dar acceso al hotel y el centro de carreteras con seguridad.
Se alude en el proyecto de construcción que realizó Acciona a «una mejora de la carretera N-521 desde el inicio del tramo hasta el enlace Malpartida Este».
A partir de ahí arrancará la variante propiamente dicha, que tendrá unos 11 kilómetros, 10,7 exactamente, hasta el cruce con la carretera Ex-207, de Arroyo de la Luz.
El enlace Este se ha desplazado unos 500 metros en el proyecto hacia la población para ajustarse a la declaración de impacto ambiental y a propuesta del Ayuntamiento.
Hacia el norte
La nueva autovía discurre hasta la zona del polígono industrial malpartideño. En ese enlace Malpartida Este comienza la variante de la población «abandonándose las características de autovía –refleja el proyecto– y pasando a la sección de carretera convencional».
Se deja la N-521 y el trazado gira hacia el norte a medio camino entre el núcleo urbano y la línea de ferrocarril. Lo que hace, además, es apartarse de espacios medioambientales protegidos, los mismos que han supuesto un escollo en esa zona para el proyecto frustrado del aeródromo.
Finalmente, el trazado se reencuentra con la N-521 para llegar al enlace Malpartida Oeste «donde se conecta además con la carretera autonómica Ex-207 de Cáceres a Portugal» por Arroyo. El corredor previsto discurre por suelo rústico y libre de grandes condicionantes. Ello permite plantear «el desarrollo de la futura duplicación de calzada» en el tramo de la variante propiamente dicha entre los dos enlaces, este y oeste.
La parte inicial de autovía consta de dos calzadas de dos carriles por sentido de 3,5 metros de ancho. Los arcenes exteriores son de 2,5 metros y los arcenes interiores tendrán un metro de ancho. La parte de carretera convencional dispondrá de una única calzada con dos carriles de 3,5 metros y arcenes de 2,5. Según los estudios técnicos, son «unas dimensiones compatibles con la calzada de una futura autovía en caso de posterior duplicación». El ancho de la plataforma es de 10,5 metros.
Velocidad
«En general se cumplen las condiciones correspondientes a una velocidad de 120 kilómetros por hora», reseña el proyecto, aunque en esta primera fase constructiva la velocidad en la variante convencional quedaría limitada a 100.
La autovía completa depende de los flujos de tráfico. La puesta en servicio prevé entre los dos enlaces una media de más de 5.200 vehículos diarios. Se rozarían los 8.000 en 2039, un dato «muy próximo al valor de 7.000 vehículos al día que se establece como umbral para una autovía de débil demanda». Las hipótesis más optimistas aluden a una IMD (intensidad media diaria) de 12.100. Además de Malpartida se benefician los municipios del flanco oeste como Arroyo, Brozas, Aliseda, Herreruela...
La inversión es de 49,98 millones. Están reservados 19,4 millones ya para 2023. Las constructoras pueden presentar sus ofertas hasta el 6 de septiembre. Luego arrancará el proceso de valoración, adjudicación y se iniciará una obra que se espera desde hace dos décadas.
«Vertebra el oeste y acerca Malpartida a la capital»
«¡Por fin!». Es una exclamación en toda regla. Lo primero que le sale a Alfredo Aguilera al comprobar que la variante ya está en licitación y en unos meses debe comenzar la obra.
«La valoración es positiva. Por fin hay financiación para esta infraestructura. Llevamos 24 años esperando. Lo que no entiendo es que sean fondos Next Generation. Se supone que esos fondos son para iniciativas nuevas, no para cubrir carencias que teníamos hace tiempo. Pero bienvenido sea», resume. El alcalde malpartideño ha sido una de las voces críticas y reivindicativas. Llegó a insinuar que al ritmo de tramitación la vía sería realidad «cuando estemos jubilados». El escenario ha cambiado y se alegra. Es «un proyecto que vertebra el oeste y acerca Malpartida a la capital. Sobre todo facilita la salida de mercancías del polígono de las Arenas».
Eso sí, recuerda que el doble carril «se queda a unos 800 metros de Mercadona. Luego la plataforma es de un carril por sentido, no dos como se dijo». Pide que «se haga lo antes posible» ya que acerca Malpartida a Cáceres y a sus servicios y se gana en calidad de vida. La duda es su afección sobre la Ronda Muñoz Torrero, artería principal de Malpartida en la que se concentran hoteles y restaurantes.
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