La supresión del punto limpio genera restos ilegales y basura en Las Capellanías, en Cáceres

Una de ellas será la implantación de un servicio de recogida puerta a puerta, de tal forma que «desaparecen todos los contenedores que hay actualmente por los distintos viales y se dotará a cada una de las industrias de dos contenedores para uso de cada empresa». Así lo detalla en un escrito que ha remitido a sus socios la Asociación del Polígono Industrial Las Capellanías (Apilca).

Su presidenta, Emilia Casado, pide celeridad a la nueva concesionaria para activar unas mejoras que los empresarios esperan expectantes. La supresión del punto limpio no ha evitado que numerosos restos de obras, mobiliario, colchones o electrodomésticos sigan viéndose.

Apilca denuncia esos vertidos ilegales y se desmarca de toda responsabilidad, ya que cree que los están llevando a cabo «personas ajenas al polígono» cuya imagen se ve seriamente deteriorada.

En la carta que la directiva de Apilca ha enviado a sus miembros se explica que el nuevo punto limpio pasa a estar operativo en las instalaciones del antiguo matadero, aunque puntualiza que «no será apto para depositar residuos industriales, como tampoco son aptos para estos residuos los contenedores que se facilitarán». Ello implica un elemento adicional que los empresarios de Las Capellanías van a tener que considerar y es, según la normativa vigente, refrenda Apilca, «la obligación» de mantener los residuos generados por cada empresa «hasta su entrega a un gestor autorizado, servicio este –añade– que deberán gestionar de forma particular».

«Nos han hecho un trastorno importante con la retirada del punto limpio, ya que no es lo mismo tenerlo a la puerta de casa, que tener que desplazarte al antiguo matadero en la otra punta de Cáceres. Pero la cuestión es, ¿qué hago con los plásticos y cartones?», se pregunta Juan Manuel Espada. Regenta Armarios Imor, con 20 años de experiencia en el sector del mueble, y como otros empresarios se muestra expectante ante el servicio de puerta a puerta. El mismo ya va con retraso. «Estamos siendo pacientes con esto. Nos reunimos con Valoriza y nos indicaron que les diéramos un poco de tiempo, pero la idea era que estuviese entre febrero y marzo», cuenta Emilia Casado.

En el escrito remitido a los socios, Apilca alude a dos contenedores por nave. Permitirán la recogida de papel-cartón y restos. Uno tendrá capacidad para 800 litros, es decir similar a los que hay ahora, y otro con 360 litros. «Ya no se podrá depositar la basura en los puntos donde actualmente se deposita ni en ninguna otra parte». El problema, matiza Emilia Casado, es que todavía no están listos los contenedores. Valoriza depende de sus propios proveedores para contar con esos envases. Casado calcula que serán necesarios unos 700. Mientras, restos de obra y basura se siguen viendo. «Yo pago a una empresa para que lleve al Ecoparque los restos que tenemos, pero aquí vienen de otros sitios y nos dejan la basura en la puerta. Deberíamos poner cámaras», clama Juan Manuel Espada.

La presidenta de Apilca, no obstante, aclara que esas acciones no las protagonizan los miembros de este colectivo, sino personas de fuera. Emilia Casado critica el descontrol y los incumplimientos por parte de personas ajenas a Las Capellanías. Las fotografías le dan la razón, con colchones tirados sobre las aceras, muebles, cajas y cartones. También contenedores en mal estado y otros a rebosar.

En el antiguo punto limpio, curiosamente al lado de la parcela de Conyser, la cinta del precinto no impide que alguien haya desplazado hasta allí un sofá, plásticos, más cartones y una mesita. Las Capellanías pide que se tomen medidas para que su mala imagen no se multiplique, ahora por la basura.