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Incertidumbre, desazón, esperanza, desilusión... Todas estas emociones se vivieron este Lunes Santo en el interior del templo de Santo Domingo, en Cáceres, antes de la salida de la procesión protagonizada por la cofradía de la Salud. El riesgo de lluvia obligó a esta hermandad a hacer cambios sobre la marcha y a tener a sus costaleros con el corazón en un puño.
La hora de salida prevista eran las ocho de la tarde. Diez minutos antes la junta de gobierno comunicó que el inicio se demoraba un cuarto de hora y que el recorrido se recortaba. Pero poco después emplazó a los hermanos y al público a las 20.30 horas para tomar una decisión final.
Hubo que esperar hasta las 20.38 para conocer que, finalmente, sí habría procesión de costaleros el Lunes Santo en Cáceres. Lo comunicó su hermano mayor, Eduardo Martínez. Dijo que la estación de penitencia saldría a las 21.00 horas con un itinerario alternativo para no coincidir con la cofradía de Batallas, que a esa hora también tenía previsto iniciar su salida desde Santa María. Los pasos del Cristo de la Salud y de la Virgen de la Estrella pasaron así por Ríos Verdes, Sancti Spíritu, plaza del Duque, Gabriel y Galán, Plaza Mayor, Pintores, San Juan y Gran Vía para retornar desde aquí hasta Santo Domingo.
La cofradía de Batallas, que este 2025 celebra el 40 aniversario de su primera salida tras su refundación, también tuvo que salir con recorrido recortado. Pero lo hizo puntual desde Santa María, con los soldados del Cefot esperando en el exterior y numeroso público. Casi al mismo tiempo, en Santo Domingo se escucharon las palabras que todos querían oír: «Que se abran las puertas del cielo». Se inició entonces otra noche para el recuerdo.
Los Lunes Santos en Cáceres vienen marcados por los dos estilos de carga que conviven en la Semana Santa cacereña. La cofradía de la Salud saca sus pasos con costaleros y la hermandad de Batallas porta a hombros sus tres pasos.
El paso de la Virgen de la Estrella, de la cofradía de la Salud, ha lucido este Lunes Santo una vela pintada a mano con el símbolo de la Asociación de Enfermos de ELA de Extremadura. De esta manera, la hermandad ha querido continuar con su labor solidaria iniciada en septiembre, cuando organizó una campaña para adquirir una cama adaptada destinada a un paciente con esta dolencia.
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