Sale a contratación la tercera fase de la rehabilitación de la muralla de Cáceres, que alargará el tramo visitable de la Plaza Mayor
El Ayuntamiento licita por 1,5 millones la intervención, que abrirá al turismo la Torre de la Yerba y prolongará el recorrido peatonal por el lienzo desde la Torre de los Púlpitos hasta la plaza de Piñuelas
El Ayuntamiento de Cáceres ha sacado a licitación la tercera fase de la rehabilitación de la muralla almohade de Cáceres, que permitirá ampliar ... el tramo visitable que da a la Plaza Mayor. Se contempla, en concreto, incorporar al recorrido actual, que va desde la Torre de Bujaco hasta la Torre de los Púlpitos por encima del Arco de la Estrella, más metros con la intención de que el turista pueda avanzar por el lienzo. El nuevo tramo que se sumará al circuito es el comprendido entre la Torre los Púlpitos y la plaza de Piñuelas e incluye la visita a la Torre de la Yerba (situada en el Foro de los Balbos), cerrada hasta ahora al turismo.
El Consistorio mantiene abierto hasta el próximo 23 de julio el periodo para la presentación de ofertas. El presupuesto de licitación asciende a 1.575.311 euros. El plazo de ejecución de las obra es de once meses.
Esta tercera fase, que va desd la Torre de Bujaco hasta la Torre del Horno, se incluye dentro del plan de recuperación, transformación y resiliencia, que está financiado por la Unión Europea con fondos Next Generation. La inversión procede al cien por cien de Europa. En este caso, el Ayuntamiento no tiene que cofinanciar la actuación.
«La fase III de la restauración de la muralla almohade completa los tres grandes espacios continuos en los que el Plan Director de la Muralla de Cáceres definía la posibilidad de actuaciones de restauración integral (...) El resto de espacios de la muralla ya no son tramos, sino elementos puntuales o locales -sin continuidad- que serán objeto de sucesivas fases (aún no definidas)», se detalla en el pliego de prescripciones técnicas. La primera fase, que afectó al Arco del Cristo y la zona del Baluarte de los Pozos, se ejecutó por completo. La segunda fase, focalizada en los adarves, se encuentra judicializada y parada.
Además de abrir un nuevo tramo al público de la muralla, se prevé la intervención en tres torres: la de Bujaco, la de los Púlpitos y la de la Yerba. El equipo multidisciplinar que firma esta tercera fase está liderado por la arquitecta Isabel Bestué, que ya se ocupó también de la segunda fase.
Aunque se ha proyectado la instalación de un ascensor para conectar Piñuelas con el Foro de los Balbos, tendrá que esperar porque el Consistorio debe buscar 300.000 euros para financiarlo. Este ascensor permitirá que el recorrido a pie por la muralla sea en un solo sentido. Es decir, que los turistas accedan por la Torre de Bujaco (como hasta ahora) y concluyan la visita en el último tramo, situado en Piñuelas. De momento, como el elevador no estará disponible, el recorrido será de ida y vuelta.
Daños en el monumento
Según se recoge en la memoria del proyecto, todos los tramos de la muralla presentaban una serie de patologías comunes. En primera lugar, están los daños de origen medioambiental. «Son los más generalizados y están relacionados con la acción de los agentes medioambientales, lluvia, viento, hielo, cambios bruscos de temperatura, humedad...», se enumera en el informe.
El documento se refiere además a los daños producidos por la acción del agua. «En la torre de la Yerba y Horno y lienzos anexos la acción del agua se manifiesta claramente en filtraciones sobre tramos de muralla», indica el texto. Se habla además de daños producidos por agentes biológicos, como la invasión de especies vegetales y animales. Y también se reseñan daños de origen químico y estructural.
El Consistorio ha descartado una vieja iniciativa que contemplaba la expropiación y derribo de las viviendas adosadas al lienzo en la Plaza Mayor. «Nos dicen los servicios técnicos que la Unesco entiende que no es posible, porque esas casas ya forman también parte del patrimonio», declaró el concejal de Patrimonio y Urbanismo, Tirso Leal, el pasado mes de febrero.
La segunda fase, paralizada y pendiente de la justicia
La muralla almohade de Cáceres fue una de las bazas con las que Cáceres consiguió en 1986 el título Patrimonio de la Humanidad concedido por la Unesco. Los expertos venían alertando hace tiempo del deterioro arrastrado por el monumento, de orígenes romanos, y de la necesidad de llevar a cabo una rehabilitación. Esa restauración llegó en 2019. La primera fase se prolongó hasta 2021 y se focalizó sobre la zona que necesitaba con más urgencia una puesta a punto: en el Baluarte de los Pozos y el lienzo situado entre la torre de Hernando Pizarro y el Arco del Cristo. La segunda fase, que afecta a la zona de los adarves (al tramo de la Torre Redonda y la Torre del Aver), arrancó en octubre de 2022. Pero a los pocos meses, en enero de 2023, se interrumpió. La realidad a día de hoy, más de dos años después, es que los trabajos no se han reanudado y el asunto está judicializado. Son dos los grandes problemas que se han cruzado en esta fase. Por un lado, el Gobierno central retiró la subvención concedida al Ayuntamiento (844.000 euros) por modificaciones en el proyecto. Y, además, el Consistorio y la empresa adjudicataria de las obras están inmersos en un contencioso que todavía está por resolver. El caso ha llegado hasta el Supremo. Mientras tanto, recientemente se ha producido un desplome de una parte de la Torremochada (del siglo XII) de la muralla de Cáceres sobre una vivienda del casco viejo por su mal estado. Y en la calle Caleros una familia ha llevado al Ayuntamiento a los tribunales porque hasta su patio llegan desprendimientos procedentes de la Torre de Caleros, también de la muralla, sobre la que el Consistorio debería haber actuado.
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