Riolobos y los hermanos Jiménez se exhiben en el concurso de albañilería de Cáceres
21 cuadrillas compiten en el certamen mientras la patronal advierte de riesgo de colapso en el sector
Riolobos, menos de 1.200 habitantes y a solo 64 kilómetros de Cáceres, demuestra su potencia en la albañilería de la mano de los hermanos ... Jiménez, Raúl y Lucio. Ellos vuelven a ser los reyes de la paleta. «¿Cuántas veces hemos ganado ya? Pues siete u ocho, ya no me acuerdo bien. Pon siete, mejor quedarse cortos», bromean justo después de recibir el primer premio que les acredita como triunfadores en el concurso de albañilería. «Es un honor ganar, la verdad es que para eso venimos», afirman tras admitir que en algún municipio ya les había advertido previamente el jurado que harían lo posible para que no repitiesen victoria. «Eso es como si a Induráin no le dejasen ganar más Tour de Francia porque ya llevaba muchos», responde Raúl.
En Cáceres no les ha ocurrido. Ya habían ganado también en 2024. El segundo puesto ha sido para Antonio Ventura e Isidoro García, de La Nava de Santiago; y el tercer premio se lo llevan Gabriel Morato y Juan Manuel Antúnez. Naturales de San Vicente de Alcántara, habían liderado la clasificación en la edición de 2023.
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El centro de Cáceres ha tenido este sábado protagonistas poco habituales desde primera hora. Los albañiles profesionales y los aprendices han tomado una de las arterias más transitadas de la ciudad, el eje de Cánovas en la zona de los impares de la avenida de España. Allí se han dado cita 21 cuadrillas, entre ellas ocho de alumnos de la Fundación Laboral de la Construcción. La renovación del sector se hace más necesaria que nunca. Se ven más caras nuevas, pero sigue habiendo pocas mujeres.
Entre ellas estaban de nuevo Yuri Liseth Bonilla y Patricia Simón. Ya el año pasado se adjudicaron el premio a la cuadrilla más joven. Esta vez ha sido para Samuel Morillo e Ilyasse Belabassi. Otra de las caras femeninas era la de Natalia Muñoz. Llegaba desde Llerena junto a su marido, que tiene una empresa constructora. «Ya he participado más veces en este concurso, lo que pasa es que antes venía con mi padre y esta vez hago pareja con mi mujer», detalla Juan Miguel Llorente mientras se afana en avanzar en un trabajo que no parece sencillo. El concurso de albañilería de Cáceres es el más antiguo de España, con 76 ediciones a sus espaldas. La de 2025 es la número 19 que organiza Fecons, la federación de empresarios del sector en Cáceres.
La situación es complicada, con una demanda que supera con creces las posibilidades de una oferta limitada que exige mano de obra para evitar el riesgo de colapso. Eso de que una familia quiera reformar el cuarto de baño y no le den fecha hasta después del verano, en contra de lo que pueda parecer, no es la mejor señal.
Así lo reconoce José María Abreu, vicepresidente de los constructores cacereños. «No hay una formación, la gente no tiene ganas de trabajar y por lo tanto en este momento las cosas están mal.
«En algún sitio el jurado nos advirtió que haría lo posible para que no ganásemos, pero eso es como decirle a Induráin que no ganase más Tours»
Raúl y Lucio Jiménez
Ganadores del concurso de albañilería de Cáceres por segundo año consecutivo
«Estamos intentando con los políticos que nos legalicen a personas porque evidentemente si no vamos mal y sobre todo porque están sacando planes que no sabemos en este momento quién los va a hacer», subraya. Abreu se refiere al plan de vivienda regional. «Están hablando de hacer 3.000 viviendas. Solo con contar a cuatro personas por vivienda para hacerla pues tienes 12.000 profesionales que te están faltando. Los anuncios se quedan a veces en en eso, en portadas de periódicos», lamenta. En Fecons destacan que «ahora mismo la piedra angular está precisamente en la mano de obra, sin mano de obra es imposible, pero da igual el nivel, desde albañil de bajo hasta técnico, hay falta de profesionales en todo el sector».
El concurso de albañilería permite poner el acento en esas limitaciones, y abre una demanda de los constructores para que quienes vienen de fuera puedan paliar el déficit de trabajadores existente. «La solución es, de inmediato, que entre mano de obra extranjera, formada o sin formar. Muchos de los que vienen en patera saben trabajar y vienen buscando trabajo, ya que estarían trabajando en su país. También falta una formación reglada», concluye. Así se evitaría el bloqueo que se está produciendo, con una demanda de servicios que no puede ser atenida. «La gente viene a buscarte desesperadamente para hacer sus proyectos, pero es imposible porque no te puedes comprometer en tiempo y forma».
«La gente viene desesperada para hacer reformas en casa pero no podemos comprometernos en tiempo y forma»
José María Abreu
Vicepresidente de Fecons
El proyecto del concurso de albañilería de este año cambia. No ha sido un monumento al uso. Nada de puentes ni arcos. La idea parte de Pepe Ulecia. El arquitecto ha apostado por una iniciativa original, un molinillo. Los participantes tenían cuatro horas para ejecutarlo.
«Lo he hecho evocando la infancia. Con un simple molinillo éramos felices, te pasabas media hora ahí soplando y viendo cómo daba vueltas. Una forma de divertir a la gente es hacer algo que nos evoque a todos a la niñez y a un juguete primario». La dificultad técnica estaba en la geometría, explica. «La geometría parece sencilla y evidente, pero no lo es, porque se parte de un módulo que es un triángulo y ese módulo hay que girarlo para poder ubicar los distintos módulos según los ejes perpendiculares», resume. Ulecia dio unas instrucciones previas a los participantes «para que arrancasen bien». Sobre los participantes, incide en que «el nivel está muy bien», pese a que algunos alumnos «al principio les ha costado bastante entender el modelo».
Los premios del concurso de albañilería son de 3.000 euros y trofeo para el equipo ganador; 2000 euros para el segundo equipo y 1.000 para el tercero. También con trofeo ambos. La mejor cuadrilla menor de 30 años recibe 250 euros. Los demás participantes con trabajo cualificado perciben otros 160 euros.
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