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¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Colegiales de nuevo ingreso charlan con veteranos en las instalaciones exteriores del colegio mayor Antonio Franco de Cáceres el primer día del curso universitario. JORGE REY
Cáceres

Primer día en el colegio mayor

Único en la región. El 45 por ciento de los 102 universitarios que conviven en el centro Antonio Franco de Cáceres son de nuevo ingreso: no temen las novatadas porque hace tiempo que fueron sustituidas por unas jornadas de adaptación

Domingo, 14 de septiembre 2025, 07:46

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Son las once de la mañana del 11 de septiembre, primer día del curso universitario en Extremadura. Del comedor del colegio universitario Antonio Franco (antes San José) de la capital cacereña –el único con esta denominación que existe en la región; el resto son residencias– sale un olor que abre el apetito. Hoy toca cocido, uno de los platos con más éxito entre los colegiales.

El curso 2025/2026 arranca en este centro mixto situado en el barrio de San Blas, que depende de la Fundación Caja Extremadura, con todas sus plazas cubiertas. El 45 por ciento de sus 102 colegiales son de nuevo ingreso. La lista de espera es larga, presume Fernando Alcázar, el sacerdote que dirige las instalaciones.

Entre los recién llegados están Héctor Manzano Fernández, de Badajoz, y Arturo Benito Domínguez García, de Deleitosa. Ambos tienen 17 años y estudian Ingeniería Civil. Acaban de regresar del campus universitario, donde tenían la jornada de presentación. «Estoy adaptándome al cambio. Pero estoy muy cómodo. Estaba preocupado por cuestiones como la comida, el compañerismo y la socialización», asegura Héctor. «Los veteranos me han acompañado a la habitación cuando he llegado y me han ayudado a encajar bien en el colegio», mantiene Arturo.

«Que te preparen la comida ayuda muchísimo, en carreras exigentes como las ingenierías es perfecto»

Héctor Manzano

De Badajoz. Alumno de primer curso

«Los pisos están caros y los baratos vuelan; además hay que tener suerte con los compañeros»

Arturo Domínguez

De Deleitosa. Alumno de primer curso

Los dos se dirigen al gimnasio. Quieren ver las instalaciones porque todavía no han tenido tiempo de conocerlas a fondo. El hecho de no tener que preocuparse de las comidas fue uno de los motivos que llevó a Héctor a optar por un centro así para iniciar su etapa universitaria. «Que te preparen la comida ayuda muchísimo para los estudios y en carreras exigentes como las ingenierías nos viene perfecto», comenta. «Yo no sé cocinar», agrega el joven de Deleitosa. Indica que, por curiosidad, echó un vistazo a los pisos de alquiler. «Están caros. Los baratos vuelan. Y además hay que tener suerte con los compañeros que te tocan», señala.

Todas las habitaciones en este colegio mayor, que acaba de celebrar su medio siglo de vida, son individuales y cuentan con baño propio. Cuesta 800 euros al mes e incluye pensión completa durante todos los días (también los fines de semana). El expediente académico de los alumnos es el criterio que más pesa a la hora de obtener plaza. Aunque la mayoría de sus ocupantes son extremeños, también hay alumnos de otros puntos, como Baleares y Canarias.

Belén Álvarez, colegiala de segundo curso, coloca su habitación. JORGE REY

Emma Morga es de Murcia. Es su segundo año en Cáceres, aunque el primero como colegiala en el Antonio Franco. Tiene 18 años y estudia el doble grado de Criminología y Derecho. El año pasado estuvo en un piso de alquiler. «Están siendo horas muy movidas. No hemos parado de hacer cosas», asegura.

Ni Héctor, ni Arturo, ni Emma temen las novatadas, una práctica que quedó desterrada en este colegio hace tiempo al ser sustituidas por unas jornadas de adaptación, ideadas por su director. Los alumnos de nuevo ingreso se incorporan dos días antes que el resto. En este caso, el pasado día 9, con el fin de que se conozcan entre ellos y hagan piña. Durante estas dos jornadas iniciales hay un grupo de colegiales veteranos, que integran la comisión de bienvenida, que ejercen de hermanos mayores de los novatos. Les enseñan los servicios del colegio, los principales puntos de interés de la ciudad, dónde están las facultades, la parada de bus más cercana e, incluso, el centro comercial.

Para hacer el proceso de aterrizaje más divertido, se diseña una yincana en la que se reta a los recién llegados a darse, incluso, un baño de cacereñismo. Una de las pruebas consistía en averiguar quién es la patrona de la ciudad y en conseguir una estampa con su imagen.

«Días intensos»

 

Belén Álvarez es de Almendralejo. Estudia segundo de Derecho y Criminología. Tiene 19 años y es una de las veteranas que forma parte de la comisión de bienvenida. «Siempre que veíamos a alguien un poco más desubicado, que no sabía con quién hablar, nosotros nos acercábamos para que se integrase en el resto del grupo. También les hemos explicado los horarios del colegio y cómo pueden llegar hasta sus facultades. Recuerdo que mis primeros días aquí fueron muy intensos», admite mientras termina de colocar su habitación, que tiene un amplio ventanal con vistas a la avenida de las Delicias. Le queda una caja de cartón por desempaquetar.

De camino al gimnasio, Héctor y Arturo se cruzan con Laura Luna, que avanza con su almohada entre los brazos. Natural de Plasencia, cursa tercero de Bioquímica. Acaba de llegar al colegio tras las vacaciones de verano. Todavía no está instalada. «Aquí se hace una familia. Se hacen muy buenas migas y encuentras tu sitio», señala. Cuenta, a modo de anécdota, que en la bienvenida que le brindaron los veteranos cuando era novata se incluyó una visita al supermercado más cercano de Mercadona.

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