Piden 50 años de prisión para una pareja por explotar sexualmente a siete mujeres en un piso de Nuevo Cáceres
Las víctimas, de nacionalidad colombiana, eran obligadas a estar disponibles seis días a la semana durante las 24 horas para pagar la deuda contraída
Situaciones económicas difíciles en su país de origen obligaron a siete mujeres de nacionalidad colombiana a aceptar la propuesta de un hombre y una mujer ... que durante meses en la mayor parte de los casos las explotaron sexualmente en un piso del Nuevo Cáceres. La red fue desarticulada por la Policía Nacional hace un año, el 24 de junio de 2024. Ahora, el próximo 10 de julio, ambos se sientan en el banquillo de la Audiencia Provincial para enfrentarse a 50 años de cárcel cada uno por los delitos de trata de seres humanos con fines del explotación sexual y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, según detalla el escrito de la Fiscalía, donde se explica que, aunque sabían que vendrían a España a prostituirse, no conocían detalles como que tendrían que estar disponibles seis días a la semana durante 24 horas.
La acusada llegó a Cáceres en 2023 y mantuvo una relación con un hombre. Desde entonces ambos se dedicaron a contactar con mujeres de la misma ciudad de procedencia que la mujer, para que llevaran a cabo la prostitución y obtener ellos beneficios de esa actividad. Una vez que las mujeres aceptaban, los acusados se ocupaban de sacarles y abonar los billetes de avión, además de facilitarles, a través de terceras personas, dinero en efectivo para poder pasar los controles fronterizos españoles y justificar medios de vida. A todas ellas se les instruía para que borraran de sus teléfonos móviles las conversaciones que tuvieran guardadas con los acusados para burlar los controles policiales haciéndose pasar por turistas.
Las víctimas eran recogidas por la pareja o por uno de ellos y, tras devolver el dinero en efectivo, eran trasladadas hasta Cáceres en el vehículo del acusado, a nombre de una empresa de la ciudad de la que el acusado era partícipe del 50% de su capital social. Si durante el trayecto hasta la ciudad paraban a comer o realizar cualquier compra necesaria para ejercer su actividad, este dinero se añadía a la deuda que las mujeres estaban obligadas a liquidar lo antes posible. Además del avión se incluían otros conceptos como gestiones del viaje, lo que hacía oscilar la cifra entre los 2.000 y los 3.000 euros.
Las mujeres eran obligadas a llevar a cabo prácticas como sexo oral sin preservativo y estaban controladas en todo momento
Una vez en CáceRes las mujeres, que tenían entre 20 y 30 años, eran alojadas en un piso donde nada más llegar eran sometidas a una sesión fotográfica por los acusados. Posaban en ropa interior y esas imágenes eran subidas a Internet. En ese momento, cuando se les requería para practicar sexo a cambio de dinero, eran informadas de las condiciones impuestas por los acusados para el ejercicio de la prostitución. Además de la disponibilidad prácticamente permanente, del importe obtenido por cada servicio los acusados se quedaban con el cuarenta por ciento y el sesenta les correspondía a cada mujer de un total de cien euros la hora o cincuenta la media hora.
Lo único que les proporcionaban era el alojamiento y preservativos, y las mujeres tenían que pagarse la comida, la ropa y artículos de higiene. La deuda podría verse incrementada por sanciones como no tener el piso suficientemente limpio. Las mujeres eran obligadas a llevar a cabo prácticas como sexo oral sin preservativo. En todo momento estaban controladas por los acusados por una cámara de video en el interior del piso y debían llevar siempre encima un móvil que se les entregaba. Los acusados podrían responder a esos teléfonos y hablar directamente con las personas que querían mantener sexo de pago con las víctimas.
Tal y como señala la Fiscalía de Cáceres las mujeres eran conscientes de que las condiciones impuestas por los acusados eran abusivas, si bien se vieron obligadas a aceptarlas por miedo a las condiciones de su impago y al encontrarse «en un país que no era el suyo al que habían entrado burlando los controles fronterizos, solas, sin apoyo familiar y social, sin dinero y con la necesidad de obtenerlo».
Las mujeres víctimas de esta trama tienen en común la mala situación económica por la que atravesaban, en algunos casos con hijos o teniendo que asumir diferentes deudas. Dos de las víctimas estuvieron solamente cuatro días ejerciendo la prostitución en este piso del Nuevo Cáceres y el resto lo hicieron de dos a seis meses.
Además de la entrada y registro en ese domicilio se realizó otra en otro inmueble en donde se intervinieron, entre otros efectos una lámpara led para fotografía profesional y algo más de 9.000 euros fruto de la actividad anteriormente descrita.
Los detenidos, tres hombres y dos mujeres, de entre 21 y 50 años de edad, contando uno de ellos con antecedentes anteriores, fueron puestos a disposición de la autoridad judicial, quien decretó la entrada en prisión de los dos principales investigados.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión