«Mi mujer me acuchillaba y decía que me iba a matar a mí y a mis hijas»
Un jurado popular juzga desde ayer a Santiago Cámara, acusado de matar de una puñalada en Arroyo de la Luz a su esposa, Sofía Tato
Sergio Lorenzo
Cáceres
Martes, 16 de junio 2020, 08:23
«Fue a vida o muerte», repitió varias veces Santiago Cámara a los miembros del jurado, cuando ayer por la tarde les contó la pelea que mantuvo con su mujer Sofía Tato en su habitación de matrimonio, antes de las siete de la mañana del 24 de agosto de 2017, en el número 10 de la calle Escobar, en Arroyo de la Luz. Él terminó con 16 cortes y cuchilladas, heridas por las que pasó siete días hospitalizado, varios de ellos en la UCI; ella sólo tenía una puñalada en el pecho, pero fue mortal.
Otro día de agosto, pero 14 años antes, en 2003, los dos se habían casado. Tuvieron dos hijas y con ellas vivían, parece que sin problemas, hasta que unos días antes del crimen él supo que habían desaparecido todos los ahorros. Ahora se sabe que una cuenta bancaria en la que había 103.984 euros, Sofía Tato la dejó con un saldo de 198 euros. Al parecer ella fue víctima de una estafa denominada 'cartas nigerianas'. Envió numerosas transferencias bancarias a países del África Occidental: Nigeria, Ghana y Benin, esperando recibir a cambio una fortuna que nunca llegó.
El marido descubrió la falta del dinero cuando el dueño de un restaurante en el que habían celebrado la comunión de una hija, le dijo que su mujer no le había pagado. La familia ya no tenía dinero y Sofía Tato pagó la deuda sacando 1.200 euros de una cuenta de sus padres en la que ella también era titular. Luego la quitarían de titular.
Santiago declaró ayer que su relación con su mujer siempre fue normal hasta que él se enteró de la desaparición del dinero. Dijo que se mostró rara, que intentó que la viera un médico, y que habló con sus suegros y con sus padres cuando ella le llegó a amenazar con el cuchillo que unos días después le clavaría. «Yo le quité el cuchillo, fue a por otro a la cocina y también se lo quité». Ella le aseguró que el dinero aparecería, y sin éxito fueron a buscarlo a Madrid y luego a una sucursal de Cáceres.
Según su declaración, el día anterior al crimen él pensaba que el 24 de agosto todo volvería a la normalidad al asegurarle ella que llegaba el dinero de Madrid a Cáceres. Tuvieron relaciones sexuales y él se durmió descansado, como hacía tiempo que no lo había hecho; pero a las siete de la mañana le despertó su mujer clavándole el cuchillo en un costado. «Fue todo muy rápido, mi mujer me acuchillaba y decía: 'Te voy a matar a ti y a tus hijas'. Lo dijo varias veces». Asegura que en el forcejeo, que duró 30 segundos, teniendo los dos el cuchillo ella se lo clavó en el pecho. Era un cuchillo de caza de los usados para deshuesar. Sus 15 centímetros de la hoja se clavaron en el pecho de Sofía. Santiago recordó que sus dos hijas, de 11 y 9 años, vieron parte de la pelea. En la declaración grabada de una de ellas, que se escuchó a puerta cerrada, habría dicho que vio a su padre dar una patada a su madre tirada en el suelo; pero él indicó que ella le clavó el cuchillo en una pierna estando en el suelo y él movió la pierna hacia ella. La acusación particular duda de que él hubiera sido atacado cuando estaba durmiendo, pudiendo haberse producido una discusión antes de la agresión.
La agresión se cometió con un cuchillo de caza en la habitación del matrimonio, donde había dos armas de fuego
Las peticiones de pena para Santiago Cámara van desde los doce años y medio de cárcel a la libre absolución
Sofía Tato se había puesto un guante de látex en la mano que empuñó el cuchillo, presumiblemente para simular un robo una vez muerto el marido. En la habitación que ocurrieron los hechos había dos armas de fuego que no fueron utilizadas.
Ayer comenzó el juicio por jurado contra Santiago Cámara, que puede que dure cuatro días. Siete hombres y dos mujeres tendrán que decidir si este es un caso de homicidio o de legítima defensa. La fiscal pide que sea condenado a tres años de cárcel, las acusaciones particulares 12 años y medio y la defensa la absolución. Pasó 90 días en prisión antesde ser puesto en libertad provisional.