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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
A la izquierda, imagen de la Madrila Baja en 2002, una noche de viernes; a la derecha, declaración del portero de un edificio.
La Madrila ha perdido casi la mitad de sus bares en veinticinco años

La Madrila ha perdido casi la mitad de sus bares en veinticinco años

«La cama de matrimonio vibraba» declara en el juicio del ruido una vecina que vivía en un piso encima de ‘Tacones’

Sergio Lorenzo

Cáceres

Martes, 10 de octubre 2017, 23:33

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Fueron siete los vecinos de La Madrila que ayer declararon en el décimo día del juicio del ruido. Todos dijeron que era un infierno vivir en esa zona de jueves a domingo, menos una vecina mayor de la calle Viena, que declaró que a ella no tenía este tipo de molestias, pero que en cualquier caso firmaba las quejas de la Asociación Cacereños Contra el Ruido, cuya denuncia está en origen de este caso. Los vecinos que declararon ayer, pertenecieran o no al citado colectivo que se creó en el 2008 con una veintena de afectados, consideraron que la Asociación de Vecinos de La Madrila no luchaba lo suficiente para combatir el problema del ruido.

Una testigo que había vivido en un séptimo piso de la calle Doctor Fléming, declaró que en su vivienda había molestias ocasionadas por el bar ‘Tacones’, «la cama de matrimonio vibraba», dijo. Luego declaró su expareja que aún vive en el piso, que describió el ruido que sufría, como lo hacen muchos afectados, «era un ‘bom bom’ continuo, como el sonido de un tambor. Era un suplicio». Aseguró que las molestias por el ruido aumentaron desde el año 2007, y que el local no paraba de hacer ruido aunque acudiera la Policía Local o bajara él a protestar, «se veía uno desamparado. Cuando cerró la sensación fue como de paz».

El último en declarar ayer fue el portero del edificio de Doctor Fléming que tenía en sus bajos el local ‘Submarino’. Pedro M. G. señaló que él vive en un piso que está sobre el local ahora cerrado, y subrayó que no podía dormir por culpa del ‘bom bom’ de jueves a domingo. «Era un infierno. Se movía la casa. Estaba sentado delante de la mesa y el cristal de la mesa temblaba». Aseguró que ‘Submarino’ cerraba a las dos de la madrugada para reabrir a las cinco, y que se había quejado reiteradamente al gerente.

Cumplidas diez jornadas del juicio del ruido parece claro que testigos, abogados y acusaciones se dividen entre quienes señalan que el ruido en La Madrila se agravó a partir del 2007 y quienes señalan que el problema viene de mucho antes.

Si se tira de hemeroteca, la publicación titulada ‘La Guía de la Marcha’, editada en 1992 con 254 páginas, informaba de los locales y ciudades recomendables para ir de juerga. Sobre Cáceres indicaba que era tal el número de personas que vivían la noche en esta ciudad, «que los noctámbulos del lugar prefieren salir a partir de las cinco de la mañana, para evitar masificaciones y achuchones de estudiantes, paletos y modernos».

En esta guía se señalaba que en La Madrila se concentraba el 75% de la movida cacereña. «Aquí se puede terminar la noche o empezar el día. Están ‘Zulú’, de ramalazos sicodélicos-africanos; ‘Cañadul’, perfecto para la hora de las cañas, o sea, después de los churros mañaneros, lo que se llama ‘empalmar’ (un verbo muy conjugado en la ciudad); ‘La Cuerda’, paraíso de la música indie...». Señala que «aunque la gente baila en todos los garitos» hay dos discotecas: «‘Bols’, muy de los años 70, y después ‘Faunos’, también conocida como ‘El Infierno’, que es la última en cerrar. Hoy se puede estar en La Madrila hasta la hora de los churros», concluía.

De todos los locales de La Madrila que citaba, actualmente no está abierto ni uno.

La realidad es que en esta zona de movida nocturna, en la plaza de Albatros y alrededores, llegaron a estar abiertos hasta 56 locales, y en los últimos 25 años han cerrado 26 de ellos. En la conocida como Madrila Alta, que albergó 33 bares, han desaparecido 13. Se han perdido también todos lo que estaban en la zona baja de la calle Doctor Fléming, como el popular ‘Tubos’. Lo mismo ha ocurrido en la Madrila Baja, donde han desaparecido otros 13.

Hoy seguirá el juicio con la declaración de más vecinos, entre ellos el actual presidente de la Asociación Cacereños Contra el Ruido, Fernando García Polo.

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