Localizan un enclave militar romano en el municipio cacereño de Talaván
Se construyó sobre un asentamiento de hace 2.100 años y este mes está previsto iniciar las catas arqueológicas para certificar el estudio inicial
El Cerro de la Breña se sitúa en el término municipal de Talaván (Cáceres), enclavado en un paisaje de penillanura que se extiende entre el río Tajo, al norte, y su afluente, el Almonte, al sur. Justo ahí es donde investigadores extremeños han localizado un enclave militar romano sobre un asentamiento indígena de hace 2.100 años.
Es lo que revela un estudio que han llevado a cabo especialistas en Arqueología, Física y Expresión Gráfica del Instituto de Arqueología de Mérida, la Universidad e Extremadura y el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex).
Lo han publicado en la revista científica especializada en Prehistoria y Arqueología 'Spal' y ahora hay que certificarlo sobre el terreno. De hecho, está previsto que las catas arqueológicas se inicien en este enero y tendrán una duración de un mes.
En el trabajo inicial, los arqueólogos explican que «el Cerro de la Breña albergó un importante núcleo poblacional que habría estado en funcionamiento entre el final de la Edad del Hierro y los inicios de la presencia romana en la zona».
Además, los resultados del estudio «acreditan la existencia de un complejo sistema defensivo» que presenta diferencias con los utilizados por los asentamientos indígenas de la zona en plena Edad del Hierro. Y eso, unido a otros aspectos como los materiales encontrados y la trama urbana, les hace pensar que puede tratarse de «un enclave de tipo militar, relacionado con la presencia romana a lo largo del proceso de implantación, control estratégico y dominación de estos territorios entre el Guadiana y el Tajo».
El sistema defensivo al que aluden en el estudio se caracteriza por tener «fosos y terraplenes que formaban una doble línea, que cubría la totalidad del perímetro, incluso en los tramos en los que la topografía ofrece la mejor protección».
Los investigadores apuntan que el antiguo asentamiento queda delimitado por una serie de cercas de piedra seca, que se superponen al antiguo recinto amurallado, que fue reforzado por un doble foso. Se trata de una obra de mampostería de grandes bloques.
El antiguo asentamiento de unas 3,5 hectáreas y 307 metros de longitud queda delimitado por una muralla
Los trabajos realizados con georradar apuntan a la existencia de muros, así como un entramado de calles y cimentaciones
El espacio delimitado por esta muralla abarca una superficie compuesta por unas 3,5 hectáreas, con una longitud máxima de unos 307 metros y una anchura de 130.
Además, los trabajos realizados con georradar apuntan a la existencia de muros, así como un entramado de calles y estructuras de mayores dimensiones, que los investigadores indican que quizás sean cimentaciones.
A eso se suma que hay otras publicaciones científicas anteriores que evidencian el hallazgo de materiales cerámicos como recipientes de vajilla de mesa y fragmentos de molinos rotatorios.
Tras el análisis realizado por los investigadores, estos determinan que hay una conexión con el enclave de Cáceres Viejo, en Casas de Millán, por su proximidad al Cerro de la Breña. Este está catalogado como uno de los castros de plena Edad del Hierro y «se revela como un punto de vigilancia y control en los inicios del siglo I antes de Cristo».
Cáceres el Viejo
Además, según destacan, «dentro de este mismo horizonte cronológico y enlazando con la misma ruta natural» del Cerro de la Breña, aparece el asentamiento de Cáceres el Viejo. A él se refieren como «un punto de referencia estratégico en el proceso de implantación militar romana dentro de este territorio».
Asimismo, los especialistas comparan este hallazgo con los núcleos indígenas de la zona y aseguran que hay bastantes diferencias, aunque sí ven similitudes entre el sistema de fosos y terraplenes del Cerro de la Breña y los que caracterizan a algunos enclaves de la provincia de Cáceres para los que se ha propuesto una cronología del final de la Edad del Hierro o inicios de la presencia romana. Es el caso del Zamarril (en Portaje), Los Castellanos (Cáceres) o el de Villasviejas del Tamuja (Botija).
Desde Talaván, un municipio situado a apenas 30 minutos en coche de Cáceres y en el que viven unos 2.600 habitantes, se muestran ilusionados con este estudio, aunque también expectantes por ver qué se encuentra finalmente sobre el terreno cuando realicen las catas arqueológicas
«Puede ser bueno para el turismo y para todo el municipio si finalmente se certifica el valor real de este enclave», asegura el alcalde de Talaván, Luis Enrique Periáñez.
Un trabajo realizado con métodos no invasivos
El estudio llevado a cabo en la localidad cacereña de Talaván por investigadores extremeños y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación ha sido posible gracias a métodos no invasivos, es decir, no dañino para la zona de estudio. Para ello han utilizado técnicas como la tomografía eléctrica, que permite estudiar la resistividad eléctrica de los materiales del subsuelo;la teledetección Lidar, que utiliza la luz de láser para obtener una muestra densa de la superficie;o la prospección geomagnética para medir las variaciones del campo magnético terrestre en el subsuelo.
También han usado cámaras multiespectrales, que capturan imágenes más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, y georradares.