Internan a un menor de la provincia de Cáceres por causar un incendio y aterrorizar a su madre y sus vecinos

El abogado que representa al menor recurrió está decisión ante la Audiencia Provincial de Cáceres, al asegurar que la medida de internamiento que se decretó era desproporcionada. Pidió que se le sustituya por la medida de libertad vigilada, y que se le permita vivir con otro familiar o un grupo educativo. El menor ha negado que él hubiera maltratado a su madre y aseguró que el incendio no lo provocó de manera intencionada, sino que se debió a que había quemado un colchón sin querer.

La Audiencia Provincial confirma la medida de internamiento adoptada por el Juzgado de Menores de Cáceres, ya que en este caso «el hecho imputado presenta clara apariencia de ser constitutivo de los delitos de maltrato habitual, lesiones, amenazas e incendio», apunta el tribunal.

Asegura que, además de contar con la versión de la madre, hay más testigos que afirman que el menor es muy violento. Insiste en las lesiones en la madre que ha apreciado el médico forense, y en que hay indicios de que el joven lleva meses sometiendo, a su madre y a los vecinos, «a una situación de terror ambiental». Indica que el hijo ha causado, diariamente, violencia física y psíquica a su propia madre.

«Los hechos son graves, siendo necesaria la protección de la víctima», afirma el auto de la Audiencia. «El incendio supuestamente provocado por el menor –añade la resolución– se realizó dentro de una vivienda en un edificio de cinco viviendas, habiendo quedada destruida la planta superior de la casa que habita, con serio riesgo para el resto de los moradores, entre los que hay tres niñas menores de edad a las que el investigado también ha amenazado».

La Audiencia Provincial ve incluso mejor para el menor su internamiento, porque así se determinará si tiene alguna enfermedad mental no diagnosticada, que necesite un tratamiento terapéutico.

Un equipo técnico ha señalado que tiene graves indicaciones de riesgo social, agresividad, no asume responsabilidades, tiene tendencia al aislamiento con riesgo de marginalidad, le falta el control de los impulsos, tiene una nula formación y adicción a las TIC (a las Tecnologías de la Información y la Comunicación), lo que supone estar todo el tiempo pendiente de las redes sociales, de internet y del teléfono móvil.