El hostelero cacereño Emilio Rey se vuelve a vestir de torero
El diestro, que desarrolló su carrera taurina en la década de los noventa, reaparecerá el próximo día 24 en Zarza la Mayor tras 28 años sin pisar los ruedos en España
Emilio Rey, conocido hostelero de la Plaza Mayor de Cáceres, retorna este mes de agosto a su pasado como matador de toros. A ... sus 61 años, se volverá a vestir de torero para hacer su último paseíllo. Lo hará vestido de corto. Será el próximo día 24 en la plaza de Zarza la Mayor en un festival en el que compartirá cartel con los rejoneadores Sebastián Fernández y Paco Velázquez y con el novillero cacereño Toñín, «que es sobrino de Nano Bravo», apunta Rey, propietario del restaurante El Pato.
Emilio, que desarrolló su carrera como torero durante la década de los noventa, lleva 28 años sin lidiar reses en España. El pasado mes de febrero hizo las maletas y se marchó a México, a Yucatán, donde volvió a coger la muleta por un día. Ahora lo hace en su tierra.
«Quiero agradecer lo bien que me han tratado en el mundo del toro y creo que es el momento de hacerlo. Creo que siempre he sido un hombre muy agradecido y ese día sé que voy a estar arropado por mi gente. Quiero dar mi adiós definitivo», explica.
«Mi carrera –prosigue– ya estaba terminada, pero había que decir adiós. Creo que los aficionados que me siguieron en su momento necesitaban también verme para decir que todo se había acabado», expone.
Rey mira ya a la jubilación. Le quedan cuatro años para cumplir los 65 y, aunque todavía no tiene una fecha marcada por el calendario, ya piensa también en dar el relevo en la Plaza Mayor. «Quiero disfrutar un poco de la vida, disfrutar de mi familia», admite.
«Ese día sé que voy a estar arropado por mi gente; quiero dar mi adiós definitivo»
Reconoce que está en forma para ponerse delante de un novillo y que durante todo este tiempo no ha dejado de entrenar. «Yo he seguido manteniendo mi entrenamiento, gracias a mis amistades con los ganaderos. He estado yendo al campo... No tengo miedo, aunque sí preocupación», confiesa durante una pausa exprés en una agitada mañana tras la barra del bar.
Se muestra optimista con la respuesta del público. «Creo que se va a llenar la plaza. Es una plaza muy coqueta, muy bonita, hace 3.000 localidades y la gente de Zarza está muy metida en los toros», expone el torero. «He escuchado conversaciones de compañeros banderilleros que ya están jubilados, de ganaderos y de periodistas que van a ir solamente a ver esta despedida. Es el homenaje que les voy a hacer a todos ellos. Conmigo se han portado muy bien», insiste.
A la pregunta de si le hubiera gustado que esta despedida fuera en la Era de los Mártires, su respuesta es rotunda: «Hombre, por supuesto, pero la Era de los Mártires no hace festivales», zanja.
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