La Fundación Atrio proyecta 23 viviendas de alquiler asequible en la plaza de los Golfines de Cáceres
El Ayuntamiento ya tramita la modificación urbanística que transformará el palacio de la antigua sede de Carreteras para acoger pequeños apartamentos
La Fundación Atrio quiere dotar de contenido el Palacio de la Plaza de los Golfines que fue sede de la Unidad de Carreteras del ... Estado. El inmueble lleva sin uso desde hace más de una década. En 2012 inició una rehabilitación que no se terminó y en 2019 fue adquirido en subasta por 1,2 millones por la mercantil San Mateo Hotel, que en 2022 lo cedió a la fundación. Ahora se proyecta un cambio urbanístico en un inmueble de tres plantas de altura y cuya construcción data de 1962. Se barajó la posibilidad de que funcionara como auditorio o como sede institucional, pero finalmente se plantea la construcción de viviendas de alquiler asequible.
«Es la principal opción que se baraja. Está todo muy incipiente. De momento se cambiará el uso urbanístico, que pasaría de administrativo a permitir el uso como viviendas. En el Ayuntamiento la idea ha sido bien recibida. Lo que nos dicen los técnicos es que los trámites pueden durar un año aproximadamente», detalla José Polo, copropietario del restaurante y hotel Atrio junto a Toño Pérez y presidente de la Fundación. El proyecto ha sido diseñado por Miguel Madera, redactor de la modificación puntual del Plan Especial de Protección y Revitalización del Patrimonio Arquitectónico de Cáceres (PEPRPACC) y prestigioso arquitecto urbanista.
Esa modificación es solo el primer paso de los que vendrán a continuación, pero requiere la aprobación de la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento, que se reunirá mañana, y del pleno. La sesión ordinaria de septiembre será el próximo jueves 19.
En todo caso, es por ahora una aprobación inicial que, eso sí, no debe tener mayores dificultades. «Queremos ser prudentes. Lo primero es que se apruebe la parte urbanística y luego iremos viendo los detalles», destaca José Polo. No se conocen datos aún sobre la inversión prevista pero sí adelanta Polo que el boceto inicial contempla alrededor de una veintena de apartamentos.
«En principio se construirían 23, de un tamaño entre 40 y 60 metros cuadrados», menciona. Se destinarán a alquiler y con el objetivo de revertir una tendencia, aclara Polo, que se centra en aumentar la oferta turística con apartamentos. En este caso se busca justo lo contrario. «Queremos cambiar esa tendencia, que la gente vuelva a la parte antigua, que tenga vida y cuente con espacios propios, negocios y actividad. Vivir a pocos metros de Santa María por 400 ó 500 euros es un lujo», analiza.
Uso residencial
El cambio urbanístico propuesto respeta las determinaciones el Plan Especial pero «pretende habilitar (…) el uso residencial colectivo para el inmueble». De esa forma, se apuesta por fomentar los usos residenciales frente a posibles usos institucionales o de oficinas.
Se trata de un edificio situado en la zona intramuros en el que la Fundación Atrio pretende cumplir algunos de los fines que defiende, como el mantenimiento y restauración del patrimonio cultural de la ciudad.
«Con esta medida se atiende a los objetivos de regeneración urbana, y acceso a la vivienda», destaca el proyecto
El documento previo alude a componentes de índole urbanístico y social «habida cuenta de la paulatina despoblación» que sufre el casco histórico de Cáceres. «A ello se viene a añadir –menciona– la creciente ocupación por los usos turísticos y la enajenación del espacio urbano en favor de las actividades de ocio y entretenimiento, en detrimento de su calidad ciudadana».
La Fundación Atrio estudió la opción de implantar en los Golfines su sede, así como de disponer de un escenario de representación orquestal y escuela de música . «Tras analizar suficientemente las condiciones arquitectónicas y funcionales del edificio se vino a concluir la falta de idoneidad», admite, por lo que esa apuesta se centró en el inmueble del Aula de Cultura de Caja Extremadura en Clavellina, también propiedad de Atrio tras su adquisición al Obispado.
«La propuesta permite habilitar una alternativa de tratamiento y recuperación del edificio, contribuyendo a la revitalización del área», se concluye, mediante ese «uso colectivo de viviendas en alquiler a precio asequible». «Con esta medida se atiende a los objetivos de regeneración social, espacial y ambiental urbana, y acceso a la vivienda», incluye el documento inicial.
Los informes municipales no ven trabas significativas. De hecho, la directora de la Oficina de Desarrollo Urbano alude en su informe a un cambio «positivo para la diversificación de usos» y subraya que la recuperación prevista suscita un «interés general», al igual que la puesta en servicio de las edificaciones del recinto intramuros de Cáceres «por su afección directa en los valores universales de excepcionalidad» que distinguen al casco histórico como Patrimonio de la Humanidad.
«Lo más fácil hubiese sido hacer apartamentos turísticos, pero tenemos otra filosofía»
La modificación puntual del Plan Especial de Cáceres en el número 6 de la Plaza de los Golfines cuenta con informes favorables, pero, incluso en el caso de que se agilice la tramitación, los promotores de la Fundación Atrio admiten que la espera para tener la documentación completa puede tardar un año. «En el Consistorio ha sido bien recibida la idea. Esperemos que se tramite el cambio urbanístico con rapidez. Es una idea bonita que trata de revertir la tendencia y atraer vida a la parte antigua», reitera José Polo. «Lo fácil y a la vez más rentable hubiese sido hacer apartamentos turísticos, pero tenemos otra filosofía», resume. Los alquileres asequibles en esos pequeños apartamentos de la antigua sede de Carreteras se dirigen a personas que no tengan problemas en establecerse en la zona intramuros, un profesor que llega a la ciudad, un MIR, alguien sin dependencias del coche, con otro tipo de movilidad, pone a modo de ejemplos. La parte baja del edificio se podría destinar a un aparcamiento especial, para bicicletas o vehículos similares. Esa idea aún debe concretarse. Atrio adquirió en subasta el inmueble por 1,2 millones en 2019. «Queremos hacer algo que sea bueno para la fundación», decía José Polo hace unos meses. En 2016, el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica sugirió dedicarlo a viviendas o a uso hotelero.
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