Las fieras vuelven a honrar al santo en Las Carantoñas
Acehúche desafía a la lluvia con un recorrido más corto para celebrar una fiesta que se pierde en el tiempo y que aspira a un nuevo galardón: su declaración internacional
Antes de las nueve de la mañana del lunes el bar del Hogar del Pensionista de Acehúche es un hervidero de personas. Se juntan los ... que llegan del pueblo con los que vienen de fuera. Es el día más esperado del año, este lunes 20 de enero en este municipio de apenas 800 habitantes y cerca de la frontera con Portugal al norte de Cáceres.
Desde bien temprano quedó demostrado con la 'Alborá', con los tamborileros por las calles haciendo sonar el clamor de todo un pueblo por una fiesta que se pierde en el tiempo. Las fieras de Las Carantoñas vuelven a rendir honores al santo, se rinden a San Sebastián. Y entre las que daban forma a algo menos de 70 que este lunes se juntaron en Acehúche estaba Sergio Pérez para cumplir con la tradición. A las 10 de la mañana ya empezaban los preparativos para vestirse.
«Están hechas de macho cabrío. Esta cola es de caballo, todo el rabo, de toro también. Hay parte de oveja y zorro», cuenta mientras explica que es imposible vestirse solo , sin ayuda. «Entre unas cosas y otras son más de 15 kilos lo que pesa», resume.
La lluvia lo ha complicado todo hoy y el reto ha sido mayúsculo. Posiblemente con algunas bajas entre las propias carantoñas y las 'regaoras' con sus trajes típicos y confetis. Fue una jornada marcada por el frío y el agua lo que dejó a algunos en su casa.
«Es que esto pesa mucho y el agua lo dificulta sin más. Ya no es solo el peso sino lo que sudas, porque no transpira. Pero lo hacemos con una ilusión enorme y yo desde luego no me lo quiero perder», reseña Juan Antonio Bello, que tras pasar por varios países se ha instalado de nuevo en Acehúche.
Con lluvia o sin ella, no dudó en dar algún susto a los presentes ya tras la máscara. «Esto es un ritual pagano en torno a la fertilidad, con aire carnavalesco. La cofradía le da un tono más religioso pero el origen es otro», recuerda.
Su compañero Sergio, de 38 años, rememora sus inicios con Las Carantoñas a los 16 años. «Entonces había 28, ahora el doble», subraya. Pedro Durán, más de dos décadas como presidente de la cofradía, matiza: «Cuando yo empecé éramos cinco, incluido yo. Mira si esto ha evolucionado». Pero Pedro ya tiene 77 y también se ha 'jubilado' por edad y por problemas de salud de una tradición que en su familia también vive su hermano, Serafín.
Son las 11.20 horas y empiezan a tocar los tamborileros en la puerta de la casa de la mayordoma, Mamen Hernández. Llueve por entonces ligeramente y las Carantoñas bailan y danzan al son de la música en la calle Trujillo. Mamen dice que espera que cuando salga el santo deje de llover, pero no se cumple. Al contrario, la lluvia aprieta y se acorta la procesión. «Es una emoción inmensa. Tener delante al santo es indescriptible para nosotros. Yo sólo quiero dar las gracias. Hice una promesa», remarcaba la mujer encargada de protagonizar la loa este 20 de enero.
Los organizadores de la fiesta se proponen dar un paso más, situarla en el mapa internacional de las que tienen ese reconocimiento. Las Carantoñas fueron declaradas de interés turístico regional en 1987; de interés nacional en 2019 y cumplido el plazo reglamentario de cinco años de espera ahora se proponen ser fiesta de interés turístico internacional.
El pasado 22 de septiembre se votó en referéndum y el resultado fue claro. Más del 70 por ciento de los participantes en aquella consulta se mostraron a favor de iniciar los trámites para obtener esa nueva distinción. Es lo que ha hecho ahora el alcalde.
«Llevamos mucho tiempo ya con un trabajo enorme entre Ayuntamiento, cofradía, todos los vecinos, para poder mantener nuestra tradición. No solo mantenerla, sino que cada vez tenga más auge», defiende el primer edil acehucheño. El socialista Benito Arias se fija sobre todo en la cantera, en esos jóvenes que suspiran por llegar a los 16 para vestirse de carantoña.
«Hemos iniciado el expediente para que nuestra fiesta tenga lo que se merece, que es ser de interés turístico internacional con el respaldo de los vecinos», resume.
La Diputación está asesorando en ello y en cualquier aspecto relacionado con el papeleo. «Estoy seguro de que reunimos todos los requisitos», señala el alcalde. Arias ve un enorme impulso para Acehúche y la comarca esa declaración, pero admite que también hay un componente económico que se les escapa. «Cuesta muchísimo». Entre los aspectos que se tienen en cuenta para obtener el galardón están, según la normativa que lo regula, su antigüedad, arraigo y participación ciudadana, así como la originalidad.
Este lunes volvió a ser especial para Acehúche. Para los vecinos pero también para los cientos de visitantes que se reunieron en el municipio desde primera hora. Menos también que otros años, no sólo por la lluvia sino porque no era fin de semana.
Carantoñas y 'regadoras', se esperaban 300 para escoltar la imagen del santo, protagonizan una estampa intensa y folclórica, entre religioso y pagano, como el propio origen de la fiesta. Mientras unas versiones lo atribuyen a la pasión de San Sebastián cuya santidad fue reconocida por las fieras, otros, como el cronista del municipio, Salvador Calvo, dan un paso más allá y creen que hay un punto de partida diferente.
Sea como fuere, este lunes las fieras volvieron a plegarse al santo. Cohetes, tiros, sonido de tamboril. Y de fondo esas bestias auténticamente extremeñas que se rinden ante San Sebastián, una celebración ancestral pero para la que el cronista de Acehúche reivindica su origen pagano: «Esto es lo más antiguo que se conserva no solamente en la provincia de Cáceres y en Extremadura, yo creo que un testimonio como el de la presencia de los hombres que se visten con piel se habla ya en el siglo IV», concluye Salvador Calvo, que cita a Víctor Chamorro.
Diccionario de urgencia de la fiesta
Las Carantoñas son una celebración única que tiene a su alrededor una serie de términos que conviene conocer para entender cada detalle. Se celebra cada 20 de enero, en Acehúche. la particularidad es que vuelven a repetirse los actos al día siguiente, el 21. La fiesta toma el nombre de esas vestimentas a base de piel de oveja o macho cabrío. Pero no sólo son las propias Carantoñas, esos hombres con pieles que se ciñen a la cintura, brazos y piernas bien apretadas. Todo comienza muy temprano, de madrugada con la 'alborá'. El tamborilero recorre el pueblo y despierta a las carantoñas y a los vecinos. Las 'regaoras' o 'patanas' son las mujeres que escoltan a santo y lo riegan a base confetis. También están los 'tiraores', protagonistas con sus escopetas. Por último, la 'vaca-tora' es representada por un hombre con una estructura sobre los hombros, con una manta, máscara y cuernos. Es la que espanta a Las Carantoñas ayudada por su cencerro.
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