Lo que nos viene de Europa
Análisis ·
La UE, esencial en el desarrollo de Cáceres y toda Extremadura, reclama ahora pagar un precio llamado litioLa huella positiva que ha dejado y sigue dejando en Cáceres y en toda Extremadura la pertenencia de España a la UE desde hace cerca ... de 40 años es evidente. Casi todas las inversiones públicas de alguna relevancia se han pagado con fondos europeos, que han financiado también innumerables programas sociales, de empleo o culturales, por no hablar de las ayudas al campo. Es algo que salta a la vista y que solo desde la ceguera interesada o el cinismo político se puede negar.
Cáceres recibe mañana y el martes a los ministros de cultura de los 27 países de la Unión en un encuentro informal con motivo de la presidencia de turno española del Consejo de la UE. Es una oportunidad para reflexionar y hacer balance de todo lo que nos viene de Europa. Aunque seamos muchos los que vemos con escepticismo este tipo de encuentros institucionales y nos cuestionamos su utilidad, que rara vez va más allá de la firma conjunta de una declaración, concedamos que puedan darse por buenos aunque solo sea porque sirven para hacer visible que estamos plenamente integrados –también en este rinconcito del continente– en un proyecto político que, pese todos sus defectos y obstáculos, sigue encarnando unos valores de civilización y progreso con los que vale la pena sentirse identificados, más aún viendo lo que pasa en la mayoría del resto del mundo, incluidos de un tiempo esta parte los Estados Unidos de América.
La contrapartida a esa pertenencia es la cesión de una parte de nuestra soberanía. Eso que percibimos tan lejano como son los despachos de Estrasburgo y Bruselas, llenos de gente con traje que habla en inglés, francés y alemán, es donde se dirime en gran medida nuestro futuro. Un ejemplo es el reglamento sobre materias primas fundamentales que está ultimando Bruselas tras recibir la semana pasada el visto bueno del Parlamento Europeo con una amplísima mayoría. Entre esos minerales esenciales está litio, un elemento hoy por hoy insustituible en la fabricación de baterías, que por suerte o por desgracia abunda en el subsuelo cacereño. La norma, que será de obligado cumplimiento para los países miembros, dice claramente que las administraciones regionales y locales tendrán no solo que permitir, sino colaborar activamente en que las minas de litio sean una realidad (siempre que cumplan la normativa medioambiental) porque son imprescindibles para que la UE pueda cumplir el objetivo que se ha marcado de reducir de aquí a 2030 la dependencia que tiene de otros países para abastecerse de materias primas declaradas fundamentales.
Europa te da, pero te exige pagar un precio.
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