Acto de sacralización del Monte Arropez en abril de 2021. Luego se descartó como ubicación. HOY

Cinco años y medio a la espera del Gran Buda en Cáceres

Tocado ·

Sin financiación ni suelo, el proyecto del complejo budista vive su momento más crítico desde que se conoció a finales de 2019

Sábado, 28 de junio 2025, 07:50

«Cáceres opta a un gran complejo budista con templo y estatua gigante». Fue el titular del Diario HOY el 7 de noviembre de ... 2019. La noticia sorprendió desde la Mejostilla a Aldea Moret. Aludía al apoyo de la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento, entonces gestionadas por el PSOE, al proyecto que promovía la Fundación Lumbini Garden, una organización que se había creado en Madrid por la paz y la integridad.

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2019: un proyecto sorprendente

Se perfilaba un buda sentado, de 40 metros de altura, que presidiría un recinto custodiado por una veintena de monjes. La inversión inicial sería de 25 millones, con financiación privada y de estados asiáticos.

La fotografía que ilustraba la información incluía al entonces alcalde, Luis Salaya, al presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, al presidente de la Fundación, José Manuel Vilanova, al alcalde de Lumbini (Nepal), Manmohan Chaundhary, y a la empresaria Pilar Acosta. Esta semana se ha conocido que los promotores han comunicado a los propietarios de los últimos terrenos elegidos para acoger el centro budista, cerca de Santa Lucía, que renunciaban a la opción de compra «por falta de financiación». «Más no hemos podido hacer», ha admitido el cabeza visible de esta iniciativa y de la propia Fundación Lumbini. Para José Manuel Vilanova, la decisión de Nepal («Ha dicho que se va») deja las opciones de Cáceres bajo mínimos, aunque asume que se pueden abrir otras alternativas como la vía China.

Pero estos cinco años y medio en los que se ha prolongado la espera del Gran Buda han sido una sucesión de cifras, propuestas, proyectos, cambios, incluida la ubicación, y sobre todo de grandes anuncios nunca cumplidos.

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2020: primer viaje y los terrenos

«Es un proyecto ambicioso para el futuro de la ciudad y ha de contar con el apoyo de todos los grupos», proclamaba en enero de 2020 Luis Salaya. Acababa de llegar del primero de los viajes a Nepal. Mediante un contacto directo con los actores interesados se acercaban posturas. Era la fórmula para situar a la ciudad en el mapa internacional. Cáceres y Lumbini firmaron un acuerdo para hermanarse, pero por entonces no se sabía siquiera en qué terrenos iría la estatua.

2020, el año de la pandemia, fue intenso para una propuesta que siempre ha sido recibida con sentimientos encontrados. Vista como una oportunidad única para Cáceres a nivel turístico, cultural y económico, también es contemplada con sorna por otros sectores de la sociedad.

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Con el PSOE en el Gobierno llegó a ser presentado el Gran Buda cacereño en la exposición de Fitur, con maqueta incluida. Los promotores se daban un plazo máximo de siete años. Cáceres estaba decidida a lograr lo que Madrid había rechazado.

Hermanamiento con Lumbini en Cáceres. Recreación del proyecto en una imagen de la Fundación Lumbini. En la última imagen, los dos últimos alcaldes y el expresidente Vara con el presidente de la Fundación Lumbini, Vilanova, y la estatua de Buda al fondo en 2020. HOY

No fue hasta agosto de 2020 cuando se conoció el lugar elegido. Sería el Monte Arropez, con una cesión de suelo municipal a la Fundación. Todo fueron ventajas entonces: las buenas comunicaciones, la posibilidad de restaurar un espacio degradado y la ausencia de impacto visual. Nadie se acordó entonces de que estábamos ante una zona ZEPA con las consiguientes implicaciones.

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Valorada en medio millón de euros, un mes después, en septiembre de 2020 llegó a Cáceres la talla de Buda de jade blanco que estuvo expuesta en el Palacio de Congresos. «Me han tachado de loco e iluminado, pero el proyecto sigue adelante», había afirmado Vilanova. En abril de 2021 una delegación nepalí visitó Cáceres durante varios días. Se oficializó el hermanamiento con Lumbini, se selló el acuerdo para un centro de referencia mundial y quedó bendecido Arropez como lugar sagrado para el Budismo. Las previsiones no podían ser más optimistas: los permisos estarían en 2022 y la obra arrancaría al año siguiente. La inversión total ya apuntaba cifras estratosféricas, 700 millones, proclamó el arquitecto jefe Ujjwal Man Shaka.

«No va a haber ningún problema», incidían los empresarios que vinieron Cáceres.

2021-2023: Arropez, de monte sagrado a ser descartado

A finales de 2021, nuevo viaje oficial a Nepal. Este mismo viernes, el alcalde, Rafael Mateos, se refería al papel que ha desempeñado el PSOE en este asunto. Dejó «en un callejón sin salida» al Gobierno del PP al ofrecer un área protegida como Arropez. Era «inviable», zanja Mateos. «Lo único que hicieron en la pasada legislatura fue viajar a costa del erario público y bendecir tierra», ha lamentado. «Este Gobierno lo que ha hecho es intentar salvar un proyecto que ellos dejaron muerto», ha respondido el regidor después de que la portavoz del PSOE, Belén Fernández, pusiese el foco en la escasa implicación mostrada por el Consistorio.

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La incompatibilidad con la ZEPA de Arropez comenzó a hacerse visible ya desde 2022 y la Fundación acabó presentando su renuncia oficial a instalarse allí.

2023-2025: Cerro de los Romanos, la elección fallida

En diciembre de 2023, con el PP en el Ayuntamiento, se anunció que el complejo iría en suelo privado, en el Cerro de los Romanos. En total, 60 hectáreas, en suelo rústico y sin protección. Otra vez parecían todo ventajas. Esta misma semana se ha sabido que el proyecto de los 700 millones, de los miles de turistas y de la unión de culturas tiene déficit de financiación. «No sé si es la sentencia definitiva, seguiremos intentándolo», resume de forma gráfica el presidente de la Fundación Lumbini. La larga espera del Gran Buda toca fondo en Cáceres.

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