El arreglo de la muralla sufre otro revés al perder Cáceres una subvención de tres millones

La iniciativa para continuar con la recuperación del monumento apenas recibió 27,5 puntos, lejos de otras que resultaron elegidas y muy por debajo, por ejemplo, de la restauración de la Alcazaba de Badajoz, que llegó a 63,5 puntos, pero se quedó sin presupuesto. El equipo de Gobierno local optó por no presentar alegaciones a la desestimación de su solicitud. El Ministerio había dado un plazo de 15 días. «En parte contábamos con ello, ya que los técnicos nos advirtieron de que la solicitud se cursó ante la oportunidad de financiación que surgía pero era muy complicado obtenerla», explica Tirso Leal, edil de Urbanismo.

La intervención prevista requería una inversión de casi tres millones de euros. El Ejecutivo que preside Rafael Mateos deberá asumir ese presupuesto con fondos propios, detrayéndolo de otras partidas o con modificaciones de crédito si quiere seguir adelante a corto plazo. No obstante, en el área de Urbanismo aclaran que la misma no se corresponde con ninguna fase concreta.

Se trataba de una subvención para la recuperación ambiental, patrimonial y turística de la muralla y sobre la que la comunicación oficial se recibió en los primeros días de julio, aunque hasta ahora no ha trascendido. El concejal de Urbanismo sí dio cuenta de ella en una comisión informativa que se celebró el día 11, justo siete días después de que el Ministerio de Industria y Turismo comunicase el desenlace de su convocatoria. La misma se abrió en diciembre de 2022 y corresponde a «proyectos de mejora de la competitividad y de dinamización del Patrimonio Histórico con uso turístico, en el marco del plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia».

Cáceres trataba de avanzar en nuevos trabajos de recuperación de su joya de la corona, la muralla almohade, en concreto en su lienzo sudoriental. Se incluyó en el plan de senderos turísticos en destino. Los fondos europeos debían servir en esta ocasión para actuar en la «rehabilitación de Torremochada, Torre de Hernando Pizarro y Baluarte de los Pozos», detalló el presidente de la comisión de Urbanismo al informar de la denegación de la subvención solicitada. El importe era de 2.999.422 euros.

En la convocatoria de las ayudas, que se publicó en el BOE en enero de 2023, se incide en que su objetivo «es dar respuesta a las necesidades de financiación de proyectos sostenibles de mantenimiento y rehabilitación del patrimonio histórico con uso turístico». Añade la orden de dicha convocatoria que «la riqueza del patrimonio cultural de nuestro país está reconocida a nivel internacional en los 49 bienes declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lo que convierte a España en el tercer país con más declaraciones en Europa y el cuarto a nivel mundial». Paradójicamente, ello no ha sido suficiente para que Cáceres disponga de esa financiación extra para continuar con la mejora de su muralla almohade.

No es este el primer contratiempo que sufre. Hay que recordar que la primera fase, ya finalizada, y que afectó principalmente al Baluarte de los Pozos tuvo retrasos por las colonias de vencejos. A su vez, la segunda fase sigue en el aire dos años después de su inicio con el caso judicializado. En octubre de 2022 comenzó la obra en el adarve del Padre Rosalío pero en enero de 2023 se interrumpió por falta de financiación. El Gobierno central retiró la subvención de 844.000 euros y, aunque el alcalde dio orden en julio de 2023 de reanudarla con fondos propios, la adjudicataria, Cabero, renunció. Deben resolver los jueces.

La tercera fase ya ha adjudicado su asistencia técnica y redacción de proyecto. Al frente del equipo técnico de trabajo está la arquitecta Isabel Bestué, que ya dirigió la segunda fase. Las obras costarán alrededor de 1,5 millones según la estimación que hizo el director del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica, Jesús Sellers. Se vincula a la financiación del programa Impulsa Patrimonio, con fondos europeos. Se actuará en Bujaco, el Arco de la Estrella y la Torre del Postigo y permitirá completar el recorrido desde el conjunto de Bujaco hasta la Torre de la Yerba. Esa actuación tiene un plazo de 15 meses.

La parte que se queda, por ahora sin ayuda estatal, afecta a Torremochada, según la información que se facilitó a los miembros de la comisión de Urbanismo. Sobre ese monumento, el Plan Director de la muralla, sugiere adquirir las propiedades privadas que la rodean para proceder a su derribo y llevar a cabo una excavación arqueológica. Una de las propuestas es «dar continuidad al recorrido intramuros del recinto amurallado y conectar con la terraza de Torremochada a través de una pasarela inclinada». Esa intervención se completaría con la instalación de un mirador en la parte alta.