¿Cómo actuar si te encuentras con un jabalí?
«Son animales salvajes; no hay que darles comida ni llamar su atención», advierte el veterinario David Risco
¿Cómo tenemos que actuar si nos sorprende un jabalí o una piara de esta especie salvaje junto a nuestra vivienda o en un parque con niños? David Risco, doctor en Veterinaria e investigador en sanidad animal, advierte de no darles comida para evitar establecer un vínculo de confianza que puede resultar peligroso y desencadenar una reacción agresiva del animal.
«El jabalí es un animal salvaje y se han reportado casos de ataques en ciudades, por eso lo que no se debe hacer bajo ningún concepto es administrarles alimentos, porque se crea una aparente domesticación que no es tal, sino que se les está fijando a un lugar para volver y en el momento en el que se sientan acorralados puede existir peligro».
Según el experto, los jabalíes pueden atacar al ser humano si se da alguna de estas circunstancias: «Primero si se sienten acorralados; también si hay crías pequeñas, porque las madres tienen un comportamiento protector y defensor; y si existe comida de por medio y se compite por ella». Su recomendación es evitarlos y no acercarse a estos animales si nos los cruzamos. «Aunque su tendencia va a ser la de huir, lo mejor es no llamar su atención y mostrarnos cautelosos», aconseja el veterinario.
Sobre una posible transmisión de enfermedades al ser humano, el especialista explica que, pese a que los jabalíes comparten «muchos patógenos» con las personas, el contagio por un contacto indirecto, por ejemplo en el caso de que los animales hayan estado en un parque, es «muy complicado». El riesgo de enfermedades como la triquinosis está en el consumo de su carne sin las pertinentes analíticas sanitarias.
El motivo principal por el que estos ejemplares salvajes se desplazan del monte a la ciudad es la búsqueda de alimentos. «No porque no los haya en el monte», aclara Risco, sino por la capacidad adaptativa de esta especie. «Los jabalíes son omnívoros, comen de todo y en los parques hay de todo. Pueden encontrar bellotas y frutos, basura con restos orgánicos e incluso insectos. Las zonas periurbanas les ofrecen una fuente de alimento y, si no se controla, la población tiende a crecer y a expandirse», advierte.
