Radiografía de un barrio con mil caras

cáceres. No han dado aún las doce de la mañana de un soleado viernes cuando un grupo de jubilados se apasiona con su partida de cartas diaria. Están en la sede de la Asociación de la Tercera Edad de Aldea Moret, situada en la plaza del Primero de Mayo. Ana Rosa Quintana está de fondo en la televisión del bar que precede a una espaciosa sala en donde, a esa hora, solo hay ocupada una mesa, aunque por la tarde se anime. Nicolás Pérez Felipe, de 81 años, cuenta que para él es un entretenimiento darle a los naipes. «Aquí se vive de puta madre si no te metes con nadie», resume muy serio, mientras sus compañeros hablan de la necesidad de mayor vigilancia policial.

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