2.000 roscas, folclore y mucha gente en la romería de los Santos Mártires
El sol acompaña en una jornada fría que reúne a cientos de cacereños en el Paseo Alto
A las 11.30 Raquel Marín ya llevaba en la mano una bolsa con diez roscas de anís. A unos metros de ella, Puerto Florez ... acababa de pagar los dulces que había adquirido en la mesa de ofrendas del exterior de la ermita del Paseo Alto, donde este domingo se ha celebrado los Santos Mártires en una jornada soleada, llena de folclore y mucha gente.
Es la primera romería de invierno y los cacereños se han volcado con la cita. Desde las doce no han parado de subir a esta zona de la ciudad. A la una ya estaba todo repleto de gente. Colas para comprar tickets de vino, patatera, pinchos de tortilla, dulces y roscas a dos euros.
El año pasado la unidad costaba 1,30, así que la inflación también ha llegado a estas celebraciones. Lo sabe bien Ricarda Martín, una de las incondicionales de esta fiesta. Es conocida por vender coquillos y floretas en un puesto desde hace décadas y, mientras atendía a varios clientes, reconocía que no le ha quedado más remedio que subir el precio. «La materia prima está un 20% más cara y la bombona de butano también», comentaba. «Llevo desde el 10 de enero cocinando dulces para esta fiesta», añadía mientras a su mesa no paraba de llegar gente.
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Pese a la subida de precios, las ventas no han caído en una romería donde tampoco ha faltado la misa a las 12.00, que este año como novedad la ha amenizado el Orfeón Cacereño. Se ha llenado de fieles y las imágenes de San Fabián y San Sebastián se han sacado al exterior para que la gente pudiera verlas sin entrar a la ermita.
En uno de sus porches, Mina y Maribel han cocinado las tradicionales migas desde las nueve de la mañana. «Es a tres euros la ración», comentaban mientras le daban el último toque de calor y los cacereños ya pedían los primeros platos.
La roscas han costado dos euros la unidad, 70 céntimos más caras que el pasado año, pero eso no ha provocado una caída en las ventas
Mientras tanto, la gente hacía cola para comprar roscas, dulces y vino en la mesa de ofrendas, cuya recaudación destinarán a causas benéficas y al mantenimiento de la ermita. Además, este año también han vendido cordones de San Sebastián a tres euros.
«La gente está comprando mucho y sobre todo después de la misa pese a ser un día frío», comentaba Luis Pedro Cámara, integrante de la hermandad de la Salud, organizadora de la romería en colaboración con el Ayuntamiento. Se ocupa de ello desde que Juanita Franco, mayordoma de la cofradía de los Santos Mártires e impulsora de la tradicional romería en la ciudad, falleció en 2015. En el Paseo Alto se celebra esta cita de manera ininterrumpida desde 1980, fecha en la que Juanita apostó por rescatarla tras su desaparición en la década de los años 30.
«El día acompaña, hace sol y eso está animando a los cacereños», decía Luis Pedro al lado de una ermita con visibles humedades en su techo debido al mal estado de la cubierta. Aunque se adecentó para la ocasión, hay desperfectos en un templo que necesita una reforma.
Arreglos en el templo
«Al ser una obra del siglo XIX de mampostería salen humedades por todos sitios. Cuando se arreglan unas, vuelven otras. Hemos pedido mejoras en varias ocasiones. Entendemos que es complicado porque se necesitan fondos, pero en algún momento tendrán que hacerlo. En el Ayuntamiento lo saben», añadía este integrante de la hermandad de la Salud, agrupación que usa el templo para guardar sus enseres de Semana Santa y también lo tienen como punto de encuentro para los ensayos de sus costaleros.
Por su parte, los bancos con decoración tipo Gaudí, que apenas un año después de que se instalarán se llenaron de grafitis, este domingo lucían con una capa de pintura porque los operarios del Consistorio los habían arreglado.
El Ayuntamiento ha adecentado los bancos del Paseo y la fachada de la ermita, aunque las humedades en el techo continúan
Retoques de última hora como la instalación de cuarto baños portátiles para que todo estuviera listo en una romería marcada por los ritmos tradicionales. A las 13.30 la Asociación de Folclore de Aldea Moret se subió al escenario para ofrecer bailes regionales como 'Las lavanderas' o el 'Fandango extremeño'. 'El Redoble' puso el broche de oro.
Fue en ese momento cuando más se animó la fiesta e incluso se vio a pequeños bailando. No hubo mucha gente vestida con el traje regional, más allá de algunas excepciones que no llegaban al metro y medio. «Es el primer año que vienen y las he vestido porque yo lo hacía de pequeña. Está bien seguir la tradición», comentaba Mónica Moreno junto a sus hijas de ocho y cuatro años, Amber y Chloe.
Con ellas continúa viva una fiesta que parece que tiene futuro, pese al frío. A medida que se fue yendo el sol, se vació el Paseo, que se despide un año más de su romería para pasar el testigo a la que se celebrará el próximo 1 de febrero en San Blas.
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