Vecinas del Casco Antiguo de Badajoz: «El médico nos recomendó salir de casa porque la humedad nos enferma»
Manoli Romo ha desarrollado problemas respiratorios por vivir junto a una vivienda en ruinas
Este verano Manoli Romo, de 72 años, se resfrió. «Lo peor eran las noches. Pasé quince días sin poder dormir por la tos». ... Su hermana Toni comenzó con síntomas similares. Ambas fueron al médico, pero no mejoraban. Finalmente le hablaron al doctor del problema de su casa, que sufre humedades porque comparte pared con una vivienda en ruinas del Casco Antiguo. La recomendación fue que se marchasen. «A los cuatro días al salir de casa comencé a mejorar», se lamenta esta vecina.
Ahora Manoli no sabe qué hacer. No quiere dejar la casa en la que vive desde hace 70 años y en la que ahora tiene que estar con mascarilla, pero también tiene miedo a perjudicar su salud.
«Estoy en casa de familiares, pero claro, allí puedo estar tres o cuatro días, no quiero dejar mi casa. Aquí están todos los recuerdos de mi familia», siente esta afectada.
La afectada denuncia que ha acudido en numerosas ocasiones al Ayuntamiento, pero no logra que le den solución
Hace unos quince años que la casa al lado de la suya, en la céntrica calle Trinidad, se quedó vacía. Desde entonces la vivienda se ha ido deteriorando y en la actualidad el techo está a punto de hundirse. Cuando llueve, el agua se acumula contra el muro de Manoli.
Nada más entrar en su casa se aprecia el olor a humedad a pesar de que esta vecina, con ayuda de su hermana, limpia y ventila constantemente. Hay enormes manchas de humedad en las paredes y el moho sale en las baldosas. En varias zonas aparecen, además, grietas que estas residentes van cerrando por sus propios medios.
«Con la ropa y la humedad, vengo, la cojo, la limpio y me la pongo», explica Manoli que ofrece mascarilla a todas las personas que pasan por su casa, porque teme que se vean afectados como ya le ocurrió a ella.
Manoli siente que la echan de la casa en la que vive desde que tenía dos años, pero se resiste a marcharse.
Los trámites
Durante estos años esta vecina ha acudido en varias ocasiones al Ayuntamiento de Badajoz para pedir una solución, pero no han conseguido que se resuelva.
El pasado mes de agosto, tras la advertencia de los médicos de que no debían vivir en esta casa, Manoli acudió de nuevo al Consistorio pacense, a Urbanismo. «Me han dicho que el día 17 de este mes estará declarada como ruina y que los propietarios tendrán que presentar un proyecto para arreglarla o demolerla, pero que los trámites llevan su tiempo».
«Yo les dije que me voy quedando con familiares, pero qué pasaría si no tengo dónde estar, La respuesta es que puedo reclamarle al propietario de esa casa los gastos. Seguro, seguro que me paga un hotel mientras no puedo estar en mi casa», se lamenta Manoli Romo.
Paralelamente esta vecina ha logrado un informe sanitario de técnicos de la Junta sobre la situación de la casa. También ha intentado presentar una denuncia ante la Policía Local, pero asegura que no logra que el inspector responsable les de cita. HOY ha consultado al Ayuntamiento sobre el problema de esta vecina del Casco Antiguo, pero no ha obtenido respuesta.
Además de la humedad, el abandono de esta casa provoca otros problemas. El inmueble vacío se ha convertido en un palomar, por lo que hay muchas aves que ensucian la zona. También temen que se produzca un derrumbe que dañe su casa, como ya ha ocurrido en otras vías del centro de Badajoz como la calle Amparo o Joaquín Rojas Gallardo.
Así mismo, la parte trasera de la vivienda de Manoli da con un solar vacío desde hace años. Este solar ha sido denunciado por otros vecinos por acumular vegetación y basuras, de hecho fue el lugar del que procedía la rata que entró en una casa y mordió a una niña pequeña.
Una tienda en el recuerdo de muchos vecinos del centro
El bajo de la casa de Manoli Romo está en la memoria de muchos vecinos de Badajoz porque era una tienda. De hecho aún guardan algunos recuerdos, como la báscula antigua.
El comercio era conocido como la tiendita de Isabel, que era la hermana mayor de Manoli. Esta pacense, muy querida entre sus vecinos, falleció. Antes de morir tuvo que marcharse de su casa por la misma razón que aparta ahora a su familia. Estaba enferma, dependiente, y temían que la humedad la perjudicase.
La tienda cerró hace mucho, pero aún se recuerda como un comercio emblemático de la ciudad. Sobre ella vivía toda la familia y ahora Manoli solo desea poder seguir en su casa con estos recuerdos.
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