Solo una decena de locales de copas sobrevive en el Casco Antiguo de Badajoz tras el cierre del Motel 7
La zona está declarada como saturada de ruido, lo que impide la llegada de nuevas salas de fiesta
En la que un día fue conocida en la ciudad como la calle de los bares (Zurbarán) no quedan locales de copas. Las modas, la ... apuesta por los bares del río y la ley contra el ruido ha vaciado el Casco Antiguo, también por la noche. Apenas una decena de pubs quedan en el centro de la ciudad.
El último en cerrar sus puertas ha sido el Motel 7, que ofreció una fiesta de despedida el pasado 9 de noviembre con la que puso fin a una de las salas más conocidas en los últimos tiempos en la noche del centro.
Otro local más que echa el cierre como ya hizo El Mercantil, que ya solo está presente en la memoria colectiva de varias generaciones. Precisamente, el local donde estaba el último pub que ha bajado la persiana ha sido adquirido por la Fundación CB, que lo transformará en viviendas.
Espantaperros, Canalla, Aftasí Club, Samarkanda, Kenia, El Silencio, Atenea, el Rincón Nazarí o Chat Noir sobreviven a una decadencia que para los hosteleros de la zona es la consecuencia de la dejadez en la que vive el barrio.
«El Casco Antiguo no sufre declive solo del ocio nocturno porque en Badajoz hay cosas más allá de esto. Uno de los problemas del centro está en el comercio y la vivienda. Esto sí que tiene deteriorado al barrio, y repercute en el ocio nocturno», apunta Vicente Rolo desde la Plataforma por la recuperación, el ocio y la convivencia del Casco Antiguo, (Proccab).
Esta plataforma ha presentado al Ayuntamiento un manifiesto donde piden ser escuchados para frenar juntos la decadencia del barrio, que según Rolo está lleno de locales abandonados y edificios en ruinas. «La hostelería como negocio tiene un hueco en el barrio, pero no se puede confiar toda la rehabilitación a este sector», afirma.
«A nosotros nos va bien, pero porque no estamos tan enfocados a la fiesta. Tenemos un público mayor de 40 años»
Miguel Ángel Segovia
Socio de Canalla
Prueba de ello son locales como el Canalla o Espantaperros, que abrieron hace poco más de dos años, pero su apertura no ha frenado que la noche en el centro haya perdido fuerza. «A nosotros nos va bien, pero porque no estamos tan enfocados a la fiesta. Tenemos un público mayor de 40 años. Ofrecemos un ocio muy tranquilo y muy de relax», apunta Miguel Ángel Segovia, uno de los socios de Canalla.
Para este hostelero, al igual que para Vicente Rolo, la dejadez que las instituciones al barrio es lo que ha afectado el ocio. «Yo no le echo la culpa a los locales del río, creo que Badajoz es una ciudad lo suficientemente grande como para tener varias zonas donde tomar copas. Y el Casco Antiguo está en decadencia por la falta de dinamización», comenta.
Una actividad que generaba un problema de ruido en las calles del centro y ante el que la Asociación contra el ruido Espantaperros pide mayor vigilancia de las instituciones y que hagan cumplir la ley. «El ruido ya no es un problema en el centro porque el ocio se ha ido al río. Esto existía porque muchos de los locales no cumplían la normativa y el Ayuntamiento no controlaba», apunta desde la asociación contra el ruido Lorenzo Blanco, que asegura que su entidad no tiene nada contra los bares de copas, siempre que cumplan con la normativa y estén insonorizados.
Para Rolo el ocio nocturno en el Casco Antiguo debe apoyarse en otras actividades. «Si la gente viene al centro a cenar podrá quedarse en él a tomarse unas copas. Así funciona en los centros de todas las ciudades», subraya.
Pasaje de San Juan
Para la plataforma Proccab, la dinamización del centro pasa por volver a ocupar los espacios que un día funcionaron bien y que ahora están cerrados. De ahí que uno de los proyectos que plantean sea la recuperación del pasaje comercial de San Juan.
«Nos parece una idea fantástica transformarlo en pequeñas tabernas que conformen un mercado gourmet», apunta Rolo apenado porque esté cerrado, ya que podría acoger una veintena de tabernas y sería un paso más para la rehabilitación del barrio.
Junto a este proyecto, Rolo considera que es el Consistorio quien tiene que abrir el abanico del ocio nocturno en el centro, ya que en su mano está conceder más licencias para poner en marcha locales de copas y discotecas.
Un hecho que a día de hoy no es viable en aquellos locales que no adquiriesen esta licencia nocturna antes de 2010, ya que desde entonces este es el único barrio donde la contaminación acústica está reconocida como zona saturada de ruidos.
«A los vecinos del centro nos da igual que un bar esté abierto 24 horas, lo que queremos que cumpla la ley porque la ley de inviolabilidad del domicilio también tiene que cumplirse a nivel acústico, no solo físico», destaca Lorenzo Blanco.
Es por ello que el Consistorio no puede dar nuevas licencias para abrir negocios de hostelería en el Casco Antiguo, sin distinguir los bares de copas y discotecas de una cafetería.
«Hace años en la calle San Juan había tres o cuatro locales abiertos y a día de hoy no hay ninguno. Si no van a dejar que haya hostelería nocturna al menos deberían potenciar la diurna», subraya Pedro Centeno desde SOS Casco Antiguo, que pide alternativas para que sus calles no queden vacías por la noche y evitar así que se conviertan en puntos de venta de drogas. «Que desaparezca el ocio nocturno del barrio deja claro que no existe un plan para su rehabilitación», zanja Centeno, que apunta que la calle San Juan se llenó de locales hace años para dar una imagen de recuperación que no ha existido, sobre todo en las calles Encarnación, Amparo, Arco Agüero o Sepúlveda.
Para Julián Monje, propietario del Silencio y otro de los hosteleros del Casco Antiguo, el problema del ocio nocturno también está en la falta de aparcamientos.
«Nos afecta que La Alcazaba no esté abierta por la noche. No puedes decirle a la gente que aparque allí para que después cierres las puertas», dice Monje, que confía que el ocio nocturno volverá al barrio.
Por el momento la fiesta volverá al centro de la mano de los locales que ya cuentan con el permiso de sala de fiestas, como El Mercantil. El local que marcó la noche de muchos pacenses reabrirá sus puertas bajo el nombre 'La Santa'. Un regreso que los vecinos celebran con la esperanza de que traiga más actividad al centro de la ciudad. «Le damos la bienvenida a todo lo que dinamice el barrio, queremos es un barrio digno», destaca Rolo.
Una bienvenida a la que se une SOS Casco Antiguo, que no cree que esta reapertura solucione el problema del centro. «Este local está en la calle Zurbarán, que está completamente rehabilitada. El problema lo tenemos en las calles que están de espaldas al Ayuntamiento, pero ojalá traiga más cosas», sentenció Centeno.
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