
Del quiosco de San Atón al Monte Calvario para representar a Jesús en el viacrucis del Cerro de Reyes
Luis Salguero ha sido el elegido este año para hacer el papel de Jesús en la representación de la pasión
Luis Salguero, 'el sevillano', trabaja en el quiosco San Atón, junto al Hospital Provincial. Allí atiende cada día a quienes hacen una pausa para tomar un café, un refresco o una copa. Pero este Viernes Santo no ha ido a trabajar, tenía un encargo más importante: representar a Jesús en el viacrucis del Cerro de Reyes.
Para este papel fue elegido por el hermano mayor del Cerro, Floren Rodríguez Navarro. El responsable de la cofradía conoce desde hace tiempo a Luis, que vive en la barriada de Antonio Domínguez, y este año le propuso ser protagonista de una actividad que ha reunido a unos 200 vecinos. «Jesús es el novio de Sandra, la profesora de baile del Cerro. Tiene el pelo largo, barba... es clavadito a Jesús».
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El viacrucis del Cerro de Reyes, en imágenes
Luis aceptó la invitación de Floren y este Viernes Santo se ha enfundado una túnica blanca para representar un papel que deseaba hacer desde hacía años. «Tenía muchas ganas y me han dado la oportunidad de sentir lo que sintió Jesús, el sufrimiento que tuvo él: quiero revivir lo que él sintió, más yo que soy una persona tímida».
«La gente me dice que tengo mucho parecido con Jesús y precisamente ahora tengo 33 años, la misma edad a la que murió él», añadía Luis pocos minutos antes de iniciarse la representación.
Junto a él se encontraba en ese momento su novia, Sandra González Montero. Como él, tiene 33 años, pero en el viacrucis viviente había sido elegida para representar a María, la madre de Jesús.
Sandra es profesora de baile en la Academia Puro Flamenco, que imparte sus clases en el Cerro de Reyes. Pero en esta ocasión había sido escogida para hacer el difícil papel de madre del crucificado. «Es muy emocionante, estoy muy agradecida a quienes me han elegido».
Junto a ella, más de 20 vecinas del barrio vestían túnicas de distintos colores. Cada una de ellas representaba un personaje distinto, como el de la Verónica que enjuga el rostro de Jesús.
Decía Manuel Pérez Rosa, Pilatos en el viacrucis, que es importante contar «con 20 o 30 personas, ninguno profesional del teatro, que están dispuestos a vivir y hacer oración con la pasión de Cristo».
«En cada estación vamos rezando y pidiendo por situaciones de la vida real, por gente del barrio», añadía Pérez de la Rosa, pieza fundamental en la parte litúrgica de la actividad.
En su edición de este año el viacrucis ha tenido que prescindir de los romanos a caballo. El riesgo de que pudieran resbalar con el agua ha impedido utilizar la caballería que tanta vistosidad da.
Tampoco ha podido concluir la representación en lo alto del Monte Calvario, nombre que se le da al cerro situado junto a la barriada del Cerro de Reyes. El barro hacía peligrosa la subida y la crucifixión ha tenido lugar junto a la avenida que rodea el barrio.
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