Roban dos veces el dinero de los parquímetros del parque comercial de la Ronda Norte de Badajoz

De la existencia de estos dos robos saben los trabajadores de esta zona comercial en la que hay tiendas textiles, de mobiliario y también un supermercado Mercadona. Todos ellos se han visto sobresaltados por la reiteración de un delito que ha inutilizado las dos máquinas que permiten controlar los aparcamientos.

Los parkímetros fueron colocados a finales del pasado año por los responsables de este espacio comercial para evitar que la utilización de ese estacionamiento por las personas que se acercan cada día a los juzgados de la Ronda Norte dejase sin espacio a los clientes de la zona comercial.

Las barreras comenzaron a funcionar hace varios meses pero la que se encuentra junto al acceso al supermercado Lidl fue reventada en los días previos a la Navidad por una o varias personas que tenían como objetivo apoderarse del dinero en efectivo que pudiese haber en su interior.

Ese delito ya provocó sorpresa entre los trabajadores de este espacio comercial, que lamentaron las consecuencias de ese ataque, cuyo objetivo era obtener el dinero que pudiese haber en el interior de esa máquina en la que se aloja una pantalla y todo el dispositivo necesario para gestionar el cobro en efectivo y con tarjeta de crédito.

Esa primera máquina estaba situada junto a la puerta de acceso al supermercado Lidl, junto a los carritos de compra, mientras que la segunda se encuentra en el acceso de la calle José Caldito Ruiz, a pocos metros de una parada de autobuses.

Este segundo punto de pago es el que amaneció en el suelo este martes, con los cables arrancados. Se cree que fue arrancada tirando de ella con un vehículo. «La policía ha venido a tomar huellas», explicaba un trabajador del parque comercial mientras señalaba las manchas negras que habían dejado los productos utilizados por los agentes para sacar a la luz las huellas dactilares de los responsables del delito.

Junto al parkímetro quedaban a la vista los tornillos metálicos que habían sido arrancados del suelo en el momento de tumbar la máquina, completamente inservible hasta que pueda ser recolocada o sustituida por otra que funcione.

Una cinta plástica similar a la que utilizan los cuerpos de seguridad delimitaba la zona mientras los operarios del parque comercial daban los primeros pasos para su reparación.

El gerente de la zona comercial, Jorge Navarro, ha confirmado que los dos delitos se produjeron aprovechando que el parque comercial estaba cerrado. «El primero ocurrió durante la madrugada del sábado 28 de diciembre al domingo 29, mientras que el segundo se registró entre la noche del 6 de enero y la mañana de este martes». Por la alerta que lanzó el parkímetro ubicado junto al acceso del supermercado Lidl se sabe que el primer ataque fue perpetrado sobre las 4 de la madrugada del domingo 29 de diciembre. «El segundo delito no sabemos exactamente a qué hora ocurrió, pero podría haber sido también en torno a las 4 de la madrugada».

Jorge Navarro ha explicado que mientras en el primer asalto los delincuentes lograron reventar el parkímetro y acceder al cajetín de la recaudación, en cuyo interior no debía haber demasiado dinero porque los clientes del centro comercial pueden aparcar de forma gratuita con el ticket de compra, en el segundo ni tan siquiera lograron apoderarse del efectivo. «Lo peor es el daño material causado porque se trata de unas máquinas muy costosas».

«Lo peor es la sensación de vulnerabilidad que sientes tras comprobar que en el plazo de una semana han atacado las máquinas dos veces», reconoce Jorge Navarro, que ya trabaja para volver a poner en funcionamiento el servicio de cobro del parking, que solo permanece activo en las horas en las que se espera una mayor afluencia de clientes (las mañanas de los días de diario), mientras que el resto del día quedan abiertas las barreras.