¿Qué ha pasado este sábado, 6 de diciembre, en Extremadura?
Trabajadores de la panificadora retomaron la actividad anoche. :: J.V. ARNELAS

Panificadora Nevero comienza a fabricar pan en la zona que no se vio afectada por las llamas

«Acabábamos de hacer una inversión de cinco millones y se ha quemado la mitad», afirma el genente Carlos Monje

Miércoles, 25 de septiembre 2019, 07:40

Tres millones de euros. Esas son las pérdidas que Panificadora Nevero calcula que le ha generado el incendio que comenzó poco antes de las 11.30 horas del lunes y que aún no se ha dado por extinguido. Los bomberos seguían ayer refrescando la nave del bazar chino, contigua a la panificadora, que está completamente arrasada. Y hoy está previsto que vuelvan.

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«Acabábamos de hacer una inversión de cinco millones de euros y se ha quemado la mitad», decía ayer el gerente de la mayor fábrica de pan de Badajoz, Carlos Monje. Esta cifra de la que habla se refiere únicamente a la maquinaria que aún no se había ni estrenado en la zona consumida por las llamas, la dedicada al pan precocido que venden congelado y que representa el 80% de su producción.

A esto hay que sumar, las instalaciones arrasadas (el 30% de los 5.000 metros cuadrados que tienen en el polígono industrial), la nave que ocupaba en régimen de alquiler el bazar chino (de 2.400 metros cuadrados) y la producción de pan perdida. «Grosso modo, las pérdidas estarán por los tres millones de euros».

Pese al balance económico de los daños producidos por el incendio, había buen ánimo ayer en la panificadora. La Policía Científica, que llegó ayer al El Nevero desde Madrid, investigará el origen de un fuego que la propia empresa localiza en la espiral de congelación de pan, a la que se estaba haciendo una mejora.

El plan de la empresa ahora es aumentar la producción de pan candeal (pan fresco del día), mantener el suministro de pan precocido en Extremadura, para lo que han alquilado tres calles de una nave de congelación en Arroyo de San Serván, y en seis meses tener reconstruido el sector de congelado, que ayer seguía acordonado y vigilado por los bomberos por el riesgo de que pudieran producirse derrumbes.

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Había prisas en la fábrica para volver a hacer pan. Cada día sin producción son euros que suman a las pérdidas y riesgo de que merme su cartera de clientes. 400.000 personas comen a diario el pan que sale de su nave de Badajoz, ya que sirven en Extremadura, Andalucía y Madrid. Ayer, apenas sirvieron a 5.000.

Por eso, la primera imagen del día después del incendio la protagonizaron ayer los trabajadores. De forma voluntaria se organizaron y a las siete de la mañana, una vez que los bomberos aseguraron que en el resto de la fábrica no había riesgo, cambiaron la harina por los cepillos y se pusieron a limpiar las instalaciones.

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Con el 'subidón' después de las horas de incertidumbre que pasaron el lunes siguiendo la evolución de las llamas, dejaron las instalaciones que se salvaron en perfecto estado de revista para la llegada de los inspectores de Sanidad de la Junta de Extremadura. La inspección resultó positiva y anoche mismo se comenzó a hacer pan en la zona de la panificadora que sobrevivió a las llamas.

«Aquí estamos todos, panaderos, repartidores y gente de oficina barriendo y limpiando. No nos ha mandado nadie, pero esta es nuestra casa, de aquí comemos todos», decía ayer Francisco Ortega, responsable del turno de precocido de la fábrica.

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Lo mismo decía José Pintiado, que lleva 33 años repartiendo pan, y que ayer, como no podía salir con el furgón, se remangó junto a sus compañeros. «Hoy no he podido servir pan y me he venido a la fábrica para ayudar porque hay que seguir comiendo».

Los inspectores de Sanidad dieron el visto bueno a retomar la fabricación de pan tras el incendio:: HOY

Unos barrían, otros limpiaban con agua a presión las bandejas de hornear las barras y otros tiraban el pan hecho que quedó dentro de la fábrica cuando empezó el incendio. «Hemos venido todos con mucha fuerza. De aquí comemos muchas familias y nos estamos afanando con la idea de arrancar cuanto antes para que por lo menos los clientes de Badajoz no se queden sin pan», contaba Juan Carlos Moreno, responsable del sector de congelación.

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Hubo incluso chistes. Algunos bromeaban con que iban a comer pan duro. Y también una emocionante celebración cuando a las 13.30 horas salían los trabajadores de la nave con la limpieza hecha. 'Sí se puede', repitieron mientras inmortalizaban el momento con una foto de familia. Por la noche su esfuerzo les devolvió a su verdadero trabajo, el de panaderos.

Estado en el que ha quedado la nave del bazar chino 'Las tres banderas'. J. V. Arnelas

No se plantean despidos

El optimismo del día después también era producto de la decisión de la empresa de mantener la plantilla, de 140 trabajadores fijos. De momento, no se plantean despedidos, rebajas salariales o reducción de jornada. «Vamos a intentar mantenerlos a todos», confirmaba ayer Monje.

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Los trabajadores del sector de congelación serán reubicados. «Los obradores que trabajaban hasta ahora al 50% los pondremos a funcionar 24 horas». Además, tendrán que reorientar temporalmente su negocio, aumentando la producción de pan fresco que es, de momento, el único que pueden hacer en su nave. «La gente prefiere el precocido porque es más barato, pero intentaremos también modificar el consumo». Es la vuelta a los orígenes de esta empresa, con 25 años detrás.

Los ánimos que se respiraban ayer en la panificadora eran muy distintos del que mostraba el dueño del bazar chino. No quiso hablar, solo manifestó que estaba muy afectado. De su nave 'Tres banderas Garden' no queda nada. La estructura se ha venido abajo y aún quedan focos activos en los que los bomberos estuvieron trabajando todo el día de ayer hasta las 19.30 horas.

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Hoy está previsto que vuelvan para tratar de dar por extinguido completamente el fuego. Ya lo avisaba ayer por la mañana el jefe de bomberos de Badajoz, Basilio González: «Seguramente quedará algún rescoldo incandescente que nos obligue a venir a refrescar. Hay focos que están debajo de las paredes que se han caído y estamos tratando de llegar a ellos con el agua».

En el día después del incendio, todos intentaron recuperar la normalidad en El Nevero. No todos lo consiguieron.

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