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Andrea Gómez, de Posdata Ediciones, ha llegado de Valencia para montar su caseta en la 44 edición de la Feria del Libro de Badajoz que ... se ha inaugurado este viernes por la tarde. Es su segundo año. En la otra punta del parque de San Francisco terminaba de instalarse José Luis Marín, que es de la ciudad y lleva 45 años participando del evento. A la primera no le fue del todo bien el año pasado porque al venir de tan lejos –decía– tiene más gastos.
Andrea vende únicamente poesía y prosa poética en edición de bolsillo a un precio único de cinco euros con autores que debutan. Lo suyo es una apuesta para abrir la puerta a la poesía desde la adolescencia. José Luis Marín en cambio tiene de todo, incluida una estantería solo para autores extremeños. «Con tanta librería alrededor –dice la vendedora valenciana de Posdata– a una editorial como la nuestra no le beneficia porque nosotros solo llevamos lo nuestro y el nicho es muy marcado y para leer en el metro, en la playa, tenerlo en el bolso o la mesilla. Pero hay que ir a las ferias e insistir».
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José Luis, de Librería Colón, y Andrea Gómez, de Posdata Ediciones, tienen distintos enfoques del negocio, pero comparten algunas reflexiones sobre la Feria del Libro de Badajoz, a la que las autoridades le han dado este viernes el pistoletazo de salida con la periodista y viuda de Saramago Pilar del Río como pregonera. Una es que hay un buen cartel de autores presentando su última obra, los cuales saben que son un señuelo para atraer público que se terminará acercando a sus mostradores. La otra idea es que la meteorología lo condiciona todo en este tipo de eventos.
No es que la previsión sea la más estable para esta Feria del Libro, que comenzó ayer viernes y concluirá el 18 de mayo. Sin embargo, el responsable de la Librería Colón es optimista. «Este año pinta bien porque la gente tiene ganas de salir a la calle después de un invierno de tanta lluvia», vaticinaba a mediodía Marín, que ya había vendido sus primeros ejemplares mientras aún estaba colocando libros. Además, según dice, hay años en que autores consagrados no sacan títulos nuevos y eso se nota, pero desde hace un par de temporadas esto no ocurre, explicaba ayer mientras señalaba lo último de Juan Manuel de Prada, Paloma Sánchez Garnica o Juan José Millás.
A pocos metros, otra librería local, Tusitala, terminaba de colocar su oferta. Agustín Lozano, su responsable, lleva diez años acudiendo a la feria y trata de colocarse lo más cerca posible de la carpa de conferencias porque hay más tránsito de gente. Desde lo último de Luis Landero al cómic argentino que ha dado lugar a la serie recién estrenada con Ricardo Darín de protagonista, 'El Eternauta', a un cómic sobre 'El Hobbit', cuidadosamente editado y por cuyo precio pregunta un adulto, el mostrador de esta librería del Casco Antiguo es uno de los más atrayentes. «Tenemos novela gráfica y libros ilustrados de gran formato porque lo intento diferenciarme y ofrecer algo más allá de los best seller», declaraba este viernes Lozano, que en sus diez años en la feria pacense no ha notado altibajos ni de público ni de ventas exceptuando los dos años posteriores a la pandemia, cuando asegura que se vendió un poco más de la media.
De nuevo este año las casetas se reparten por el perímetro del céntrico parque de San Francisco y en el centro se desarrollan las conferencias y firmas de libros. Además de editoriales y librerías las hay de instituciones, desde la Diputación de Badajoz o la Editora Regional a la Unión de Bibliófilos de Extremadura, que en esta feria saca a la luz ¡¡¡Boom, Crash, Bang… Imaginario Pachón!!!, en memoria al que fuera director del Festival Ibérico de Cine, Alejandro Pachón, fallecido en 2024. Al lado, la Asociación de Amigos del Meiac (Museo Extremeño Iberoamericano de Arte Contemporáneo), por ejemplo, es atendida por socios voluntarios y ofrece los catálogos que ha ido produciendo este museo en sus treinta años de historia que precisamente se cumplieron este 9 de mayo, lo que constituye una especie de repaso a su memoria.
Ya sea para admirar piezas únicas, monografías como la dedicada a Alejandro Pachón, formatos concretos como la poesía novel y de bolsillo de Posdata o géneros menos comunes, todos los libreros consultados el primer día coincidían ayer en que captar jóvenes lectores y abrir mercado es lo fundamental en este tipo de eventos que, además, ponen en contacto a autores y lectores.
Recientemente se ha abierto un debate sobre cómo en espacios así los literatos han ido perdiendo protagonismo frente a youtubers, influencers o políticos convertidos en escritores, advenedizos según los más puristas de las letras. Para el veterano librero de Colón, José Luis Marín, leer también es un negocio: «Somos libreros, pero también comerciantes. Sabemos que los escritores consagrados tienen un público limitado y nosotros necesitamos a esos otros personajes porque abren mercado. Si un chico empieza a ser lector con un 'youtuber' y sigue con los años con Pérez Reverte ese es el camino».
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