Menacho sueña con el gimnasio de Cristiano Ronaldo en el antiguo Zara
El presidente de los comerciantes admite que ninguna de las marcas interesadas por el local han llegado a un punto tan avanzado de conversaciones
A los comerciantes y dependientes de Menacho se les enciende la mirada cuando oyen hablar de la posibilidad de que la red de gimnasios ... vinculada a Cristiano Ronaldo desembarque en su calle. La información adelantada por HOY este martes sobre las conversaciones entre CR7 Fitness by Crunch y la familia Ardila, propietaria del edificio, para abrir un gimnasio de varias plantas en el local del antiguo Zara genera expectación.
Así lo reconocen varios propietarios de negocios y dependientes. También el presidente de la asociación que los agrupa, Félix Retamar. Aunque parco, éste admite que las conversaciones existen y que han llegado más lejos que otros grupos empresariales que se han interesado por el edificio desde que Inditex bajara la persiana hace ahora un año.
Las conversaciones «parecen más avanzadas que con otras firmas», aunque el acuerdo no esté cerrado. Otros dos grupos asiáticos de textil y decoración se han interesado en los últimos meses. Han visitado el edificio de 2.500 metros cuadrados y seis plantas en tres ocasiones y han tomado mediciones, pero no han dado más pasos.
«Las conversaciones parecen más avanzadas que con otros grupos que se han interesado por el edificio»
félix retamar, presidente de comerciantes de menacho
En cambio, el hecho de que la firma de gimnasios cuente con un primer centro en la avenida Antonio Masa Campos y que se hayan producido más conversaciones alienta la esperanza de los empresarios. Desde que Inditex cerrara su marca principal, se ha producido un efecto dominó con la merma de otros comercios. Por eso aplauden la posible llegada de un centro deportivo que atraiga viandantes y deportistas.
«Un gimnasio de esos en el centro vendría muy bien», afirma Félix Retamar. «Para nosotros es ideal que pueda venir un macrogimnasio. Todo lo que sea flujo de personas, y se barajan datos de unas 1.000 personas al día, es muy positivo. Como empresario lo veo muy viable», dice.
Incluso considera beneficioso que la calle ofrezca servicios a la ciudadanía más allá del comercio, dado que las grandes firmas se han volcado en la venta 'online'. La calle, dice el presidente de los empresarios, está inmersa en un proceso de especialización al que le viene bien la diversificación. «Tenemos que proteger el centro y si hay un montón de servicios con comercio especializado más gente vendría a vivir a esta zona».
Muy cerca del antiguo Zara se encuentra la farmacia de Alejandro Ramírez del Molino. Este admite que el tránsito de peatones ha bajado en el último año y considera que cualquier servicio que atraiga paseantes a la calle ayudará a revivir los mejores tiempos. El gimnasio, además, impulsaría la llegada de otros comercios que aportarían dinamismo a la calle.
Igual lo ve Sonia Chica, camarera de Granier, la cafetería más cercana al antiguo teatro. «Supongo que la clientela subiría con el gimnasio y serviríamos más tostadas integrales que nunca, también el refresquito tras los entrenamientos en días de calor y el desayuno antes de quemar las calorías».
«Supongo que con el gimnasio serviríamos más tostadas de pan integral»
sonia chica, camarera de granier
Ella lleva ocho años trabajando en el negocio y apunta que la bajada de transeúntes se ha concentrado a mediodía, cuando Zara se mantenía abierto, pero subraya el resto del día continúa acogiendo clientes. «Se ha notado algo, pero no tanto como algunos piensan».
Es la misma sensación que tiene Lidia Tello, dependienta de Sensu. Esta perfumería muy cercana al antiguo Zara lleva solo seis meses abierta. Ella trabaja prácticamente en la calle, enseñando olores, y considera que la calle tiene mucha afluencia de público. «Existe mucho movimiento, parece que hay menos gente de la que realmente hay».
Por el contrario, Rocío Pámpano, dependienta de la Boutique del Perfume, echa de menos al público de Zara. El edificio está justo enfrente del edificio. Cuando uno salía con las bolsas de Inditex se encontraba de cara este comercio dedicado a la cosmética natural. «El gimnasio vendría bien para la calle porque el tránsito que teníamos con Zara ha decaído. Ahora nos gusta a todos cuidarnos con alimentación y deporte. El gimnasio atraería gente todo el día». Además, confía en que ese público interesado en cuidarse se interesara por productos como los que ella ofrece.
En Solera e Impacto están seguros de que el movimiento les beneficiará. «Todo lo que sea movimiento y tiendas nuevas, fenomenal. El picoteo de personas viendo escaparates vendrá genial», dice Sonia Hernández. María Valerio, de Impacto, confía en que un gimnasio sirva de revulsivo para la calle, donde no solo Zara sino también la situación económica y la pandemia han hecho que se pasee menos por allí. «Esperemos que con el gimnasio la cosa cambie».
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