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R.H
Lunes, 30 de diciembre 2024, 20:19
El hombre fallecido este lunes en Badajoz tras recibir varios disparos cuando iba en coche en la urbanizaciónTres Arroyos es el suegro ... de la otra víctima de asesinato, el joven que murió, también tiroteado, hace diez meses en el bar Vaquerizo mientras desayunaba. El fallecido es de la misma familia pacense, conocida como el clan de los Rochos. Se trata de Jesús Rocho Sosa, un hombre de unos 55 años. Su hija es la viuda de J. G. C., alias Tutu, de 34 años,, fallecido tras recibir varios disparos mientras desayunaba el pasado mes de febrero.
La hipótesis es que ambos tiroteos mortales podrían estar relacionados y vinculados también a los dos asaltos del Polígono Ganadero de Cáceres.
Según ha podido saber HOY, la principal hipótesis es que una o varias personas han interceptado el coche de la víctima, que estaba cerca de una finca familiar. El vehículo circulaba por la carretera BA-02 a las dos y media de la tarde, había pasado la ermita de San Isidro y la entrada principal al parque de Tres Arroyos. El coche estaba cerca del camino de entrada a la urbanización del mismo nombre, Tres Arroyos, cuando se produjeron los disparos.
El coche, un Volkswagen negro de gran tamaño, se ha accidentado tras el tiroteo y han tenido que usar una grúa pluma para recuperarlo. Posteriormente la grúa de la Policía Local lo ha trasladado a las dependencias de la Guardia Civil que se ocupa de la investigación.
El anterior tiroteo contra la misma familia fue hace justo diez meses. La víctima y su mujer entraron al bar Vaquerizo el 29 de febrero a las 10.30 horas y ocuparon una mesa una esquina. Fuera, desde primera hora, había un coche blanco con tres individuos dentro que, supuestamente, estaban vigilando los movimientos de su objetivo. Se bajaron del coche cuando detectaron que había pocas personas en el bar. Uno de ellos sacó una pistola, metió su brazo por una puerta lateral del Vaquerizo y disparó once veces. Al menos cinco balas dieron a J. G. C. mientras que su mujer resultó herida leve. Ella afirmó que el murió para conseguir salvarla, porque la apartó de la trayectoria de las balas. Ahora esta misma mujer ha perdido a su padre.
Al día siguiente del tiroteo la Policía Nacional encontró un coche quemado, posiblemente usado por los tres hombres que intervinieron en el tiroteo. La principal hipótesis es que fueron sicarios, profesionales contratados para ejecutar al joven, pero no se han producido detenciones. El caso continúa abierto.
Meses después de la muerte del conocido como Tutu, emparentado por matrimonio con los Rochos, se produjeron dos tiroteos en el Polígono Ganadero de Cáceres contra la misma finca y con solo tres meses de diferencia. El primer suceso fue en el mes de abril. El día 2 un varón de 35 años resultó herido al recibir un impacto de bala en un glúteo. Este debe ser el incidente investigado como tentativa de homicidio, ya que es el único herido en los sucesos del polígono.
Tres meses después, a mediados de julio, la tranquilidad se vio alterada de nuevo en Cáceres. El día 15 alrededor de las 15.00 horas, el Centro Inteligente de Coordinación Mando y Control (sala Cimacc) de la Policía nacional recibió varias llamadas de vecinos que alertaban que habían escuchado varias detonaciones. Una vez personados en el Polígono Ganadero, confirmaron que había varios impactos de arma de fuego en la fachada de una vivienda y en un vehículo aparcado en la zona.
La investigación de uno de los tiroteos desembocó el pasado mes de septiembre en la detención de 12 personas, cuatro de ellas ciudadanos colombianos a los que se creía responsables de al menos uno de los ataques. Los arrestados, sin embargo, quedaron en libertad tras unos días y de hecho los colombianos regresaron a su país. Mostraron pruebas de que no estaban en España cuando ocurrieron los tiroteos en Cáceres.
Lo interesante es que el auto de entrada en prisión de los detenidos, que fueron arrestados en Los Rostros y San Roque (Badajoz), vinculaba una serie de incidentes violentos desde 2019 con una guerra entre dos clanes familiares, uno de ellos el que ha perdido a su segundo miembros este lunes en otro tiroteo.
Según el auto judicial, la hipótesis de la investigación es que los dos tiroteos que tuvieron lugar en abril y en julio en Cáceres fueron ambos con el mismo objetivo, acabar con la vida de un hombre de Badajoz que estaba en una vivienda del Polígono Ganadero. El documento lo señala como el líder de uno de los clanes y a los que atentaron contra él como la otra familia y parientes del hombre asesinado en febrero en el bar Vaquerizo (Badajoz) y hoy en Tres Arroyos.
El primer suceso relacionado con esta guerra entre familias es un intento de asesinato en Suerte de Saavedra en 2019. La víctima es la misma, el hombre que en abril y julio se refugiaba en una parcela del Polígono Ganadero de Cáceres cuando fue tiroteado. En cinco años sus rivales han tratado de acabar con su vida, al menos, tres veces.
En 2019 tenía 27 años. El tiroteo fue el 3 de octubre de 2019 en la confluencia de las calles Olof Palme y Eduardo Naranjo. Según el escrito de la Fiscalía, tres hombres portaban una escopeta y un arma corta y buscaron a un joven de 27 años con el que habían tenido un incidente días antes. Lo encontraron dentro de un coche que estaba aparcado en esta zona. La Fiscalía defiende que dispararon sobre este joven. Logró salir del vehículo y avanzar varios metros y volvieron a dispararle hasta que cayó al suelo y huyeron. Perdió un riñón y el bazo.
El asesinato ha provocado un gran impacto en la ciudad, especialmente entre los vecinos de Tres Arroyos. Muchos de ellos han esperado cuatro horas para poder acceder a su urbanización porque la Guardia Civil ha cortado un tramo de la BA-02 (Carretera de Corte de Peleas). El objetivo era preservar la escena del crimen. La vía no se ha reabierto hasta que la policía judicial ha recogido pruebas, el cadáver ha sido trasladado al Instituto Anatómico Forense y la grúa se ha llevado el coche a dependencias policiales.
Los guardias informaban a los que se acercaban a la zona que se había producido un «accidente grave» y que debían dar la vuelta. Algunos se han quejado mucho y también se han vivido escenas de dolor. Familiares del fallecido han tratado de acceder sin éxito. «Han matado a mi hermano», ha gritado uno de ellos a los agentes.
Al caer la noche la carretera ha reabierto y los vecinos han podido volver a sus fincas.
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