Jose María Maya: «Las cianobacterias pueden multiplicarse de forma masiva»
La Confederación Hidrográfica del Guadiana ha identificado estos organismos fotosintéticos en muestras recogidas cerca del Club Piragüismo y el azud de la Granadilla
Alba Alcázar Crespo
Jueves, 7 de agosto 2025, 07:22
La Confederación Hidrográfica del Guadiana ha detectado la presencia de cianobacterias en el tramo del río Guadiana que atraviesa la ciudad de Badajoz. ... Estas bacterias, conocidas antiguamente como algas verdeazuladas, son capaces de realizar la fotosíntesis, es decir, obtienen energía de la luz solar, al igual que las plantas.
Con el objetivo de comprender mejor este fenómeno, HOY ha podido hablar con José María Maya Manzano, profesor de algas, hongos y briófitos del área de Botánica en la Universidad de Extremadura. Según explica el experto, todo apunta a que se ha producido una floración de cianobacterias, es decir, un aumento significativo de su concentración en el agua.
«La reciente apertura de las compuertas del azud ha provocado una bajada del nivel del agua en la balsa del Guadiana. Este descenso, junto con las altas temperaturas típicas del verano en Badajoz, la intensa radiación solar y la elevada presencia de nutrientes, crea el escenario ideal para su proliferación»», señala Maya.
Además de los vertidos habituales que llegan al río, el descenso del caudal hace que, aunque la cantidad de nutrientes sea la misma, su concentración en el agua aumente. Al contar con las condiciones a su favor, estas bacterias proliferan rápidamente, generando lo que se conocen como afloramientos», explica.
Una de los causas de su aumento es cómo se multiplican. «Su reproducción no es sexual, solo asexual, y se dividen por fragmentación. En pocos días, su número puede multiplicarse de forma masiva», detalla el profesor.
Impacto en el medio ambiente y la salud
Las consecuencias medioambientales de este fenómeno pueden ser graves. «Al concentrarse en la superficie del agua, las cianobacterias impiden que la luz solar y el oxígeno lleguen a las capas más profundas. Este proceso, conocido como eutrofización, provoca la disminución drástica del oxígeno en el agua, afectando gravemente a peces, invertebrados y plantas acuáticas que viven en el fondo», explica Maya.
Pero el riesgo no se limita solo al ecosistema. Las cianobacterias producen unas sustancias llamadas cianotoxinas, que pueden ser peligrosas tanto para animales como para seres humanos. «Estas toxinas pueden ser neurotóxicas o hepatotóxicas, es decir, afectar al sistema nervioso o al hígado. Se han documentado casos de mortandad en animales, especialmente en ganado que ha bebido agua contaminada. En personas, aún no se han registrado casos clínicos, pero sí podrían darse problemas como irritaciones en la piel o trastornos gastrointestinales, sobre todo en niños», advierte el experto.
¿Cómo se puede evitar?
La clave para prevenir estos episodios está en mantener el agua en movimiento y reducir la carga de nutrientes. «A las cianobacterias les favorecen las aguas estancadas y poco profundas. Por eso, mantener un cierto flujo en el cauce y evitar vertidos agrícolas o urbanos ricos en nitrógeno y fósforo es esencial. Muchos fertilizantes contienen estos compuestos, por lo que sería importante trabajar junto a las autoridades para controlar su uso y limitar su llegada a los cauces», concluye Maya.
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