Feria de San Juan 2025

50 rostros detrás de 'El Quinto Pino': lo que nadie ve de una de las casetas míticas de la Feria de San Juan

Cada noche durante la Feria de San Juan, la caseta El Quinto Pino vibra con música, luces y cientos de personas bailando. Pero lo que casi nadie ve es el engranaje que lo hace posible: un equipo de camareros, bailarines, DJs, porteros y encargados que, con jornadas intensas y bajo el calor extremo, hacen magia tras la barra. Son los 50 rostros que sostienen una de las casetas más emblemáticas de la Feria de San Juan de Badajoz. Y así es como lo hacen posible.

Son las 20 horas del primer viernes de feria, solo faltan 60 minutos para la gran apertura de 2025 y en 'El Quinto Pino' ya huele a feria: cajas de hielo, cables de sonido, pruebas de luces, pedidos que entran sin parar y un grupo fiel que ultima los detalles antes del vendaval nocturno. «Los días previos a la feria, toda la organización que llevamos debe ir rodada, muchas veces los tiempos son justos y no puede fallar ni un engranaje de la cadena, somos muy perfeccionistas, y no puede fallarnos ni un solo detalle«, recalca Carlos Sánchez Ricis, uno de los antiguos encargados de la caseta.

Arrancaron hace más de treinta años y desde entonces están a pie de cañón. «Comenzó como una carpa de lona y hemos ido creciendo año tras año, sin perder la ilusión por llevar lo mejor a todos nuestros clientes, que es nuestro propósito año tras año», apunta Raúl Gordillo Masero, gerente de la caseta. «La idea surge en Jerez de los Caballeros, donde un grupo de amigos montó una caseta en el pueblo, y bueno, no nos salió mal, así que aquí seguimos, más de 30 años después», nos comenta.

Su trabajo va mucho más allá de poner copas y montar la caseta, y comienza meses antes. «La preparación de la feria lleva consigo varios meses de trabajo, aunque, se comienzan a ver sus frutos a una semana de la feria, cuando nuestro equipo de montadores comienza a levantar la carpa», explica Gordillo.

Se han convertido en uno de los puntos neurálgicos de la Feria de San Juan de Badajoz y aunque comenzaron siendo una caseta más, hoy 'El Quinto Pino' es sinónimo de buen ambiente, música, mucho baile y fidelidad. Quién imagina una feria sin esos bailarines capitaneados por Jorge Alayo, más conocido como Jorge La Suerte… De su mano va Gerardo Sansegundo, que es quien pone la música desde la cabina y se encarga de convertir las tardes y noches de Quinto Pino en algo inolvidable.

«Busco siempre la sintonía con la pista, la gente que disfrute, que baile y se lo pase bien, el estilo definido es el cachondeo, es la feria, las ganas de la gente de bailar, la gente cantando, ese es el estilo de musica que mas nos define. Gerardo recuerda con especial cariño el primer año de la feria tras el Covid: «Hemos tenido de todo, hasta pedidas de mano, pero el año post Covid, después de tanto tiempo sin montar y ver como respondió la gente y como se lo pasaron, fue brutal».

Además, deja claro que «la base del show es Jorge la Suerte, un referente en Cuba y en los escenarios de España».

«Depende del día», comentan sus trabajadores, y es que el ritmo es frenético y, a veces, estresante, «pero generalmente es mas alegría, los clientes afrontan esta semana con ilusión y esperanza de salir y disfrutar, todo esto hace que nos sea mas fácil trabajar, se valoran las sonrisas y la simpatía de los clientes detrás de la barra, nosotros intentamos hacer nuestra parte siendo lo mas atentos y simpáticos, siempre hemos creído que es uno de nuestros secretos, así como que todos se sientan como en casa«.

En 'El Quinto Pino' trabajan más de 50 personas entre responsables, montadores, camareros, bailarines, DJ... y todos se dejan la piel cada jornada de feria para hacer de su caseta un punto de encuentro. «Somos una familia, es importante que no haya malas caras ni malos gestos entre nosotros, que no falte el compañerismo», apunta Raúl. «Tenemos nuestro equipo de personal que llevamos a todas las ferias, y además contratamos a gente de la ciudad de Badajoz, aunque mucha gente de nuestro equipo ya es residente de la ciudad«, explica sobre la selección de su equipo, cuyo requisito fundamental es que sean »simpáticos y trabajadores«.

Los montadores se encargan de levantar toda la estructura, de manera muy organizada, en un proceso que les lleva entre 7 y 10 días. «La fachada es la mas lenta, necesitamos ir de manera justa para que quede de manera tan impresionante», explica Manuel Pichoto, montador y camarero de 'El Quinto Pino'.

Tras esto, el equipo se pone con el montaje de barras y bebidas, donde se suman los camareros. «Los días previos se viven con un poco de tensión, aunque tenemos muy buen equipo, lo cual facilita cumplir los plazos», señala. «Continuamente debemos dar solucion a todos los problemas que se nos presentan, desde montajes que no cuadran por centímetros, a piezas que se rompen y debemos de arreglar o dar solución en el momento, algo que se rompe en mitad de la feria... convivimos con mucha clientela, por lo que es sencillo que nos surjan contratiempos«, añade.

Cuando todo está preparado y arranca la feria, son nueve días que se vuelven un 'no parar'. Camareros, encargados, DJ... todos se ponen manos a la obra para que todo salga a la perfección, y de paso, disfrutar del ambiente, claro.

Este año, además, prometen novedades: «La caseta este año lleva varias incorporaciones especiales, como una terraza al aire libre, o novedades en robótica que queremos que sorprendan a nuestros clientes», apuntan.

Cuando las luces se apagan y el último vaso cae al suelo, ellos siguen ahí: recogiendo, limpiando, dejando todo listo para volver a empezar. Porque la fiesta no sería lo mismo sin ellos, aunque casi nadie lo vea. Así que, si vas al Quinto Pino este año, no olvides saludar a quienes hacen posible que cada noche sea inolvidable.

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