«El auge del nazismo entre los jóvenes pasa cuando adquieren algo de inteligencia»

Bromea diciendo que no es un libro para llevarse a la cama, porque sus 900 páginas pesan casi un kilo. No en vano, es su trabajo más ambicioso y también, reconoce, el más trabajado. Han sido cuarenta años de estudio del nacionalsocialismo alemán y toma de notas que el confinamiento por la covid le ha permitido ordenar y convertirlo en libro.

«En este libro he querido plasmar de un modo claro lo que aquello fue, sobre todo, el nacimiento del nazismo, su ideología, porque eso demuestra que las democracias son árboles muy frágiles. Los alemanes tenían una democracia consolidada y en tres meses pasaron a la dictadura y eso es un peligro que siempre amenaza a cualquier democracia», advierte Eslava Galán. Si bien hace una precisión: «Si la constitución, que es la columna vertebral de la democracia, se respeta no se puede hablar ni de extrema derecha ni de extrema izquierda», sentencia.

¿Por qué es un libro para escépticos? Dice el divulgador jienense que la historia es ciencia, pero también arte por el modo de contarla y que él, además de su visión, aporta a los libros la de quienes no piensan como él. Si se le pregunta si es posible pensar diferente respecto del nazismo, no lo duda: «Sí, hay gente que incluso dice que eso era bueno o, más peligroso, que es bueno, poniéndolo en presente. Obviamente mi opinión es la contraria».

Y es que pese a la cantidad de libros, películas y documentales que se han hecho sobre el fenómeno nazi, sigue despertando una enorme fascinación. Lo reconoce el propio Eslava Galán, quien lo achaca a varios factores como la propaganda, la caída del III Reich a o al propio Hitler. «En Alemania lo que se hizo fue una especie de ópera teatral en la que todo el pueblo estaba implicado. Esas colgaduras rojas con el parche blanco y las esvásticas en negro, sus uniformes, sus himnos... Toda esa parafernalia nazi resulta muy atractiva. Por eso hay un cierto auge del nazismo entre la gente joven, que pasa cuando empiezan a tener ya algo de inteligencia».

«Y por otra parte -prosigue-, en lugar de hacer lo que haría cualquier pueblo inteligente, que los alemanes lo son pero el régimen no lo era, cuando sabes que en una guerra te están derrotando que es tirar la toalla, ellos siguieron hasta que los rusos entraron en Berlín. Esa caída de los dioses resulta muy fascinante, porque es un final muy propio de ópera de Wagner».

Fascinante también fue, a juicio de Eslava Galán, el propio Hitler que, sin tener cultura ni oficio, recuerda, «logró llevarse al huerto al pueblo más culto de la tierra. En cierto modo era la encarnación de El Flautista de Hamelin, que va tocando la flauta y las ratas van detrás hasta que se precipitan en el río, que es la II Guerra Mundial. Pero por otra parte, era una figura patética y yo, en este libro, he intentando verlo en todas sus facetas, incluida la sexual».

Sobre la justificación de Rusia de atacar Ucrania para desnazificar al país, el escritor lo tiene claro: «Putin es un pirado, En el siglo XXI hacer una guerra cuando las cosas se pueden arreglar conversando es una locura. Tiene complejo de bajito y eso es muy peligroso, porque tiene un montón de bombas atómicas que no sabe qué hacer con ellas. Aunque yo creo que no hay peligro de una guerra atómica porque antes de que él apretara el botón, alguno de los suyos se lo cargaría».

Con una producción literaria prolífica, Eslava Galán saca este miércoles al mercado un nuevo trabajo 'Un viaje a Tierra Santa' y en otoño 'La Reconquista contada para escépticos'. Mientras trabaja ya en la Revolución Francesa y sueña con tener tiempo y cabeza para armar un volumen que hable de la historia del mundo a través de la economía. «La ideología, dice, es el pretexto para montar un cirio, pero detrás siempre hay una motivación económica», concluye.