Los ángeles de la guarda de la Feria de Badajoz

Domínguez fue uno de los que ayer estaba prestando servicio en el dispositivo de la feria de San Juan. Asegura que ahora les cuesta más conseguir voluntarios que hace unos años. «Antes el que estaba aquí era para toda la vida. De hecho tenemos algunos que llevan más de 30 años. Ahora la gente se mueve más, sale más y cuesta más reunir personas que colaboren», explica Domínguez.

El centenar de colaboradores que presta su servicios de manera altruista en los nueve días de Feria se distribuyen en función de los picos de asistencia. «Los días de menor afluencia suele haber quince efectivos, mientras que los fines de semana llegamos a reunir hasta 43», contaba Víctor que llegó al ferial ayer a las 21.00 horas.

Él se instaló junto a otros compañeros en el puesto médico que tienen instalado junto a las casetas. Allí, los voluntarios desplegaron hace una semana un hospital de campaña con capacidad para 14 personas donde pueden atender a los pacientes más graves o a los que necesitan pequeñas curas. «El objetivo es que nosotros desde aquí resolvamos todo lo posible para no saturar las urgencias hospitalarias», relata satisfecho porque hasta ahora solo once personas, de las 136 que han atendido, han sido derivadas al hospital.

Entre las intervenciones que más se han repetido estos primeros días de Feria están las heridas accidentales. «Nos llegan muchas personas con cortes por caídas y cristales que pisan en el suelo».

Le siguen los traumatismos y las intoxicaciones etílicas, aunque asegura que estas últimas han bajado en los últimos años. «Seguimos realizando este tipo de intervenciones pero ya no es la asistencia predominante, como ocurría hace unos años. Hemos notado que atendemos a menos menores», asegura.

Al puesto médico, dotado con personal sanitario y de apoyo, se le suman dos ambulancias con personal técnico y un vehículo de intervención rápida.

Todo esto está coordinado por el puesto móvil de operaciones, instalado también en el ferial y que funciona como una extensión de la sala del 112.

A través de este puesto coordinan los voluntarios, que de manera altruista viven la otra cara de la Feria. «Estos días priorizamos el esfuerzo en el dispositivo, pero no dejamos de tener personal localizado y disponible para acudir a otras intervenciones, de hecho el día 23 estuvimos en el incendio de Cerro Gordo», recuerda Domínguez.

De ahí que sea importante para ellos aumentar el número de colaboradores que les garantice poder el simultanear servicios.

El dispositivo de San Juan para los voluntarios comenzó en los primeros días de junio, cuando muchos de ellos empezaron a preparar el punto de emergencia, con la recepción de los materiales hasta la instalación del puesto de atención.

David García es uno de los voluntarios que hace posible el trabajo de Cruz Roja estos días. Lleva más de veinte años en la oenegé y asegura que aunque se presta servicio sin problema es necesario tener siempre personal nuevo. «Esto nos permite poder formar a otros y a los que ya estamos, aprender de ellos», asegura este voluntario al que su paso por Cruz Roja le ha empujado para estudiar Medicina con 37 años.

Sin el trabajo de Carlos y de otros como él la feria no contaría con la seguridad que ofrece a los miles de asistentes que pasan por ella. «Para nosotros sería imposible desarrollar un dispositivo así, sin su participación», asegura Domínguez, que se encargó de organizar los cuadrantes de los turnos en base a la disponibilidad de cada uno.

Aunque su labor principal se centra en las emergencias sanitarias, no es la única que hacen, de ahí que este tipo de voluntariado esté divido en varias categorías.

Por un lado está el personal médico y de enfermería, que cuentan con titulaciones. También están de manera altruista el personal de las ambulancias. Ellos tienen la titulación de técnicos de emergencias sanitarias.

A estos se les suma el primer interviniente. Así es como llaman a los voluntarios con conocimientos en primeros auxilios. «Por suerte contamos con un equipo potente en el grupo de emergencias, pero estamos continuamente incorporando gente nueva porque hace falta para poder ayudar a más personas», argumenta Víctor al aclarar que Cruz Roja no es más que un recurso auxiliar del sistema público y que les vendría bien disponer de más personal.

El perfil de voluntarios de Cruz Roja es muy amplio, ya que no solo predominan las personas con formación sanitaria, que acuden al voluntariado una vez que han finalizado sus estudios. También hay personas mayores que se forman en primeros auxilios después de jubilarse.

Para colaborar con esta organización es necesario seguir unos cursos de formación que Cruz Roja ofrece cada varios meses. «Pero nuestro área de actuación es muy grande, también tenemos proyectos sociales como programas de refuerzo educativo, ocio activo, acompañamiento a personas mayores o atención a personas sin hogar y es muy fácil encontrar un hueco para ayudar en estos sectores», zanja.

Hasta el sábado por la noche estarán los voluntarios en el puesto médico de Caya, que también sirve de centro de salud. «Los feriantes están trabajando toda la noche, algunos tienen problemas de salud y acuden a nosotros para recibir curas o medicamentos cuando llegamos, a última hora de la tarde».