«Es fundamental acercar el mundo del toro y de la ganadería a los niños»

No es casualidad que la hija del torero el Niño de la Capea tenga desde hace varios años su propia ganadería que pasta en la finca Los Cansaos, en el entorno de Alqueva. De su experiencia al frente de una profesión en la que cada vez hay más mujeres habló ayer en la charla coloquio 'Mujer y Toro más allá de los tópicos', que estuvo dirigida por el periodista de HOY Pepe Orantos.

La hermana de Pedro 'El Capea' y esposa del también matador de toros Miguel Ángel Perera habló sobre el trabajo diario que requiere el ganado bravo. «Soy una enamorada del encaste bravo, me gusta saber el manejo del toro en el campo. Me gusta mucho el toro y estar con él».

En este sentido la ganadera habló de su pasión por los caballos como una de las actividades que más disfruta. Aseguró que son los animales más hermosos que hay y que disfruta mucho organizando a caballo tentaderos de macho a campo abierto como se hacía antaño.

En este sentido, el periodista le preguntó sobre cómo el acoso que se realiza en el campo al animal le permite a los ganaderos conocer la calidad que tendrá el toro en la plaza. «Hay muchas pequeñas cosas que si sabes verlas en el campo te dicen mucho sobre como se comportará el toro. La fijeza, la forma de embestir, el ritmo o cómo entra al caballo te permite apreciar la calidad y el temple del animal», explicaba Gutiérrez.

Para la ganadera, la embestida de los toros con encaste Murube, que son los que tiene en su ganadería San Pelayo, es especial. «Es una ganadería diferente y especial, la embestida es diferente a la de un Miura por ejemplo», aseguraba.

En este sentido explicó que el embiste de este toro es más propio de rejoneo, o que al menos así lo prefieren los rejoneadores.

Con el objetivo de dar a conocer los diferentes tipos de encaste, Gutiérrez aseguró que es partidaria de que vuelvan los concursos de ganaderías. «El encaste Murube es un encaste muy frío que de salida da tres o cuatro vueltas y la gente lo confunde con manso y no es lo mismo ser manso que ser frío», explicó para justificar que muchas veces el público en las corridas de toros protesta sin conocer el comportamiento del toro.

Así, hablaron sobre cómo se ha degradado en los últimos años el comportamiento que muestra el público en el tendido. «Creo que mucha gente va a ver una corrida por los carteles, pero en realidad hay mucho desconocimiento sobre los encastes. Además, hay gran cantidad de público que solo quiere un tipo de toro y yo no comparto esto porque en cualquier ganadería al toro que quieren y al que cortan las orejas es al toro que embiste», zanjó.

Más allá de la fiesta, Verónica también habló sobre la responsabilidad que tienen los ganaderos de toros de lidia, ya que de su selección depende que otras personas, toreros, empresarios, etc. triunfen.

Y en este sentido acudió a su padre para recordar sus enseñanzas, que ahora comparte con su hija Carmen, que también estuvo presente en el encuentro.

A la ganadera le preocupa que los niños conozcan el campo, por eso ella, junto a Miguel Ángel Perera, realiza visitas en su finca. «Fue una iniciativa que surgió con la pandemia. Es fundamental acercar el mundo del toro a los niños para que el día de mañana puedan entender lo que se ve en la plaza», subrayó.

En cuanto a su papel en este oficio, Gutiérrez asegura que nunca se ha sentido desplazada por ser mujer y que no hay más mujeres por falta de atrevimiento. También destacó los problemas y lo complicado que lo tienen en estos momentos los ganaderos y agricultores por toda la burocracia y requisitos de la PAC.

Una charla que presenció un buen número de invitados y que contó con el patrocinio de Conesa y Cajalmendralejo.