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Jiménez y De Pedro en la granja con Hipólito, 'Poli'. JAVI
Miriam de Pedro y Natalia Jiménez, granja Crifayper S.C.

«Deberíamos estar más mujeres trabajando en el sector»

Las jóvenes emprendedoras regentan desde este año una granja de 13.000 metros cuadrados

Eloy García

Talayuela

Viernes, 16 de mayo 2025, 08:02

De Pedro y Jiménez, de 22 y 35 años de edad respectivamente, han cogido el testigo de la explotación de cría de perdices que hasta hace meses regentaban Hipólito de Pedro y su hermano, familiares de las emprendedoras.

–¿A qué se dedican exactamente?

-La granja cinegética Crifayper S.C. se centra en la cría y recría de perdices y faisanes, que posteriormente vendemos a sociedades de cazadores, para repoblar la dehesa y para nosotras mismas, que organizamos nuestras propias cacerías.

«Vendemos a sociedades de cazadores, para repoblar la dehesa y para nosotras mismas, que organizamos cacerías»

«Tradicionalmente este sector siempre ha sido muy masculino, pero no tiene por qué. Eso sí, te tiene que gustar mucho»

–¿Cómo surge dedicarse a este negocio?

–Porque ellos lo iban a dejar, esto se habría cerrado ya si no nos hubiésemos hecho cargo nosotras. Además, nos gusta el sector, en especial los animales (Natalia lleva 19 años dedicada a la cría de caballos y Miriam siempre quiso ser veterinaria), por lo que decidimos apostar por ello. Llevamos solo unos meses, aprendiendo cada día de mano de Hipólito, que está mucho por aquí, asesorándonos y enseñándonos todo lo que sabe.

–No obstante, ustedes ya conocían estas labores desde antes de hacerse cargo de la granja…

–Sí, aunque trabajábamos en una yeguada una y en varios sectores la otra, veníamos por aquí para ayudar. Ellos han estado 35 años aquí, con la granja.

–¿Qué producción anual tienen?

–Pues principalmente perdices, unas 12.000 al año, además de en torno a 5.000 faisanes.

–¿Cómo es el proceso?

–Vamos a poner el ejemplo de las perdices, aunque los tiempos son similares. De estas, tenemos 300 parejas reproductoras, que ponen los huevos entre febrero y junio. Cada uno de ellos va numerado para saber de que pareja provienen, se dejan en la incubadora durante 21 días, pasando después a las nacedoras. Entre los 2 y 4 días siguientes ya tenemos los pollitos, que pasan entre tres y cuatro meses en habitaciones, saliendo al exterior de vez en cuando.

A continuación, pasan a los voladeros o parques. Tenemos un total de 14, cada uno de ellos de 85 por 12 metros. Allí están hasta octubre, que comienza la venta, o diciembre, mes en el que suele concluir. Y vuelta a empezar [ríen].

–Comentan que son animales muy voraces… ¿de qué se alimentan?

–Principalmente de pienso, aunque los parques también están sembrados de hierba. Por poner un ejemplo, solamente las reproductoras ingieren cerca de 300 kilos de pienso al mes. Pero para todas, podemos superar los 300 kilos diarios.

–¿Han pensado en ampliar la explotación?

–De momento estamos modernizando las instalaciones, instalando cámaras para ver los animales y poder estar pendientes de todo el proceso las 24 horas del día. También mejoras en la fachada, etcétera. Pero sí, si todo va bien, ¿por qué no?.

–¿Conocen más mujeres jóvenes que se dediquen a esto?

–No. Tradicionalmente este sector siempre ha sido muy masculino, pero no tiene por qué. Es sacrificado, sí, pero este trabajo, como cualquier otro, lo puede hacer una mujer. De hecho deberíamos ser más. Pero también es cierto que te tiene que gustar mucho.

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