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JAVIER SÁNCHEZ
Jueves, 17 de noviembre 2022, 13:40
El consumidor sabrá de qué explotación y de qué ovejas procede la lana de los ovillos que compra. Incluso, podría visitar esos animales. El proyecto ... es tan ambicioso que ese comprador final, llegado el caso y una vez rodada la iniciativa, podría elegir la lana para sus elaboraciones de un determinado ganado, una vez que lo ha visto en el campo.
Esa es la apuesta que está haciendo el ganadero trujillano Álvaro Villanueva con su explotación de animales de raza merina. Situada a unos pocos kilómetros de Trujillo, su intención es que prime la alta calidad y hacer las cosas de una manera muy personal. Ahora, está ultimando todos los detalles de su proyecto para que en la próxima esquila del mes de abril la maquinaria comience a funcionar.
Villanueva detalla que ya, hace más de cuatros años, comenzó a interesarse por la venta de la lana, con el objetivo de diversificar su negocio. Explica que empezó a hacer pruebas con la lana de su explotación a través de la asociación de la raza merina y mediante una serie de herramientas. Entre otros parámetros, se analizó su finura y su resistencia al lavado. La intención era contrastar que tenía calidad, como así se probó.
Explica que hasta ahora este producto se vendía a granel junto a todo tipo de lanas, sean de calidad o no, y van a parar normalmente a China. Reconoce que su intención siempre ha sido hacer algo diferente. Ya hizo un intento junto a otros ganaderos para ofrecer un producto solo de ovejas de raza merina. Sin embargo, «daba igual lo que hiciéramos, el producto terminaba donde el resto de lanas. No tenía la posición que queríamos», explica. Por tanto, abandonó la iniciativa.
A partir de ahí, ha surgido unj nuevo proyecto que ya está en su última fase para que sea realidad. Álvaro Villanueva apunta que el objetivo es vender esa lana directamente al consumidor final. Matiza que ahora una vez vendida, no se puede hacer un seguimiento. Con la nueva apuesta, sí se podrá hacer. Este ganadero lo compara a algo parecido a lo que se hace con la alimentación, en el que se sabe toda la trazabilidad, por ejemplo, de la carne que se consume.
Explica que la lana obtenida de la oveja se clasifica para distintos productos, ya que no toda tiene las mismas características, como puede ser de longitud o finura. A partir de ahí, se lleva a un centro donde se lava, se peina y se hila, quitando todas las impurezas. La intención es hacer esta labor a pequeña escala. Con la nueva iniciativa, la explotación forma parte del proceso y está involucrada hasta obtener el producto final. De hecho, «la entidad que peina e hile puede participar en el campo, seleccionando incluso la lana para un determinado cliente», sostiene.
Insiste en que todos los actores participan en la iniciativa. «Estamos desindustrializando las cosas para que prime la calidad», insiste. Con todo este proceso, se contaría con un ovillo de lana merina en el que el consumidor sabría de donde proviene.
Este responsable señala que ya se han hecho pruebas de la calidad de la lana con distintos tipos de animales, como uno en gestación, uno destetado, una borrega y un carnero. Recuerda que no tienen la misma lana.
Con esa primera 'cata' se ha comprobado que se tiene la calidad deseada para continuar con el proyecto. «El producto ha gustado», afirma. Ahora, se tiene que hacer una prueba más amplia de animales para tener una mayor garantía, con un informe completo de las características.
Esa tarea se podría hacer las próximas semanas. Asimismo, se tienen muy avanzadas las negociaciones con las otras partes del proyecto para que todo llegue a buen puerto.
Este promotor resalta la calidad que tiene la lana de la oveja merina, que no pica y con la que se pueden hacer tejidos termorregulables. «Aísla del agua, del frío y el calor», cuenta.
Mientras ultima los flecos de este proyecto, Villanueva continúa con el trabajo habitual de esta ganadería. Recuerda que cuenta con una explotación de raza merina muy homogénea, «no hemos traído animales de fuera».
Con sus características, ha conseguido diversos premios nacionales. El año pasado, una de sus hembras fue nombrada la mejor de España de la raza. Este 2022, se ha dado un paso más y ha conseguido ser la mejor ganadería merina.
Gran parte de la explotación se vende para vida con el fin de mejorar otras explotaciones destinadas, sobre todo, para carne. Algunas cabezas también sirven para que tengan mejor lana otras ganaderías. Recuerda asimismo con documentación en mano que es una de las pocas explotaciones de España resistente al 'scrapie' o tembladera.
Este hecho hace que se esté ayudando a otras exportaciones a que aumenten ese porcentaje de resistencia.
Resalta, asimismo, la importancia de la raza merina en la zona, ya que se adapta muy bien al terreno. Además, «son animales rústicos y resistentes».
Considera que, de Extremadura, esos animales han salido a todas las partes del mundo. Por ello, «es un patrimonio nacional».
Este ganadero también cuenta con vacuno de la raza limusina. «Queremos alcanzar un nivel genético lo mejor que podamos», sostiene. Junto con el trabajo de los animales, se unen a las acciones vinculadas con la mejora de la dehesa extremeña.
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