El campo español ante el reto de Trump
Juan Quintana
www.juanquintana.com
Lunes, 18 de noviembre 2024, 08:45
La elección de Donald Trump en Estados Unidos puede tener un impacto significativo en el sector agrario español, especialmente si las políticas comerciales y arancelarias ... de su primera administración vuelven a reactivarse. Durante su primer mandato, Trump impuso aranceles a productos agroalimentarios europeos, incluido el aceite de oliva, el vino y la aceituna negra, afectando directamente a uno de los mercados más importantes para el sector español y extremeño. Estas medidas proteccionistas, que formaban parte de su estrategia de 'América Primero', encarecieron nuestras exportaciones agrícolas, limitando el acceso competitivo a uno de sus mayores compradores internacionales.
Hay que recordar que, posteriormente, el gobierno Biden eliminó buena parte de estos aranceles, como parte de un esfuerzo por desescalar tensiones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea. Este cambio benefició a sectores clave como el del aceite de oliva, el vino y los quesos, no así a la aceituna de mesa. La decisión se enmarcó en acuerdos provisionales, promoviendo un comercio más fluido entre ambos mercados.
Ahora se prevé que el sector agrario español se enfrente a nuevas dificultades, especialmente en un momento en el que la competencia en el mercado global es cada vez mayor. Estados Unidos es uno de los principales destinos de los productos agrícolas españoles. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, las exportaciones agroalimentarias a este país representan aproximadamente el 10% de su valor total, con un crecimiento constante en los últimos años. La incertidumbre sobre posibles nuevos aranceles podría poner en riesgo esta tendencia y obligar a los productores a buscar mercados alternativos, algo siempre difícil, especialmente en el contexto actual de competencia internacional.
Además de los aranceles, otro factor relevante es la posible restricción a las importaciones de productos agrícolas que no cumplan con los estándares estadounidenses, que Trump podría implementar como una extensión de su política proteccionista. España y otros países de la Unión Europea aplican regulaciones de producción sostenibles y específicas para garantizar la calidad y seguridad de sus productos, muchas de las cuales no coinciden con las normativas del país norteamericano.
A nivel interno, esta incertidumbre tiene el potencial de impactar en la inversión y en la planificación del sector agrario en España. Por ejemplo, en el aceite de oliva, un producto emblemático de la agricultura española, un nuevo ciclo de aranceles podría empujar a las empresas a redirigir sus exportaciones hacia Asia o América Latina, mercados con regulaciones distintas y con una competencia distinta a la de Estados Unidos. Sin embargo, reorientar estos flujos no es sencillo y requiere una adaptación de las estrategias de marketing, la logística y hasta las variedades de productos.
En cuanto a los precios, el mercado estadounidense ejerce una influencia considerable sobre el precio internacional de muchos productos alimentarios. Si el acceso a Estados Unidos se limita, la sobreoferta de estos productos en Europa podría provocar una caída en los precios internos, afectando a los agricultores españoles que ya se enfrentan a costes de producción al alza y márgenes de beneficio ajustados.
Otro aspecto de interés es la presión que se podría ejercer sobre la negociación de acuerdos comerciales entre la Unión Europea y Estados Unidos. Durante su primera administración, Trump mostró escepticismo ante acuerdos multilaterales y, de hecho, abandonó varios pactos en favor de acuerdos bilaterales más favorables a los intereses estadounidenses. Esto complicaría la capacidad de la Unión Europea para negociar términos que favorezcan a nuestro sector agrícola, ya que Estados Unidos podría endurecer su posición en temas clave como los estándares de calidad y la reciprocidad en los mercados agrícolas.
En todo caso, no hay que olvidar que el sector español es muy sólido en la gestión de sus mercados exteriores, y que ya se adaptó a esta situación en la anterior legislatura del presidente Trump. Sin duda, esa experiencia y los mecanismos y estrategias establecidas van a contribuir a que el impacto sea menor que el de ocho años atrás.
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