Desayuno con legumbres

Este año, además, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) junto con la Asociación de Legumbristas de España (ALE), han promovido el consumo de legumbres en el desayuno, para fomentar su inclusión en la dieta diaria durante todo el año. Ya veremos cómo resulta la idea, porque los españoles somos muy nuestros con nuestro condumio y difícilmente nos sacan de las tostadas, el pan con aceite y jamón y la fruta. De hecho, los datos hechos públicos por la Encuesta sobre hábitos de desayuno en España 2021, realizada en los meses de enero febrero por la Fundación Española de la Nutrición, muestran que además de la bebida y pan o cereales, el 29% de la población lo acompaña con bizcocho, cruasán, etc.; el 28% con jamón serrano, tomate, aceite, pavo, etc.; y el 17% fruta. Y ¿dónde están las legumbres?. Hay por tanto un gran espacio por cubrir, donde el humus o algunos panes elaborados a partir de harina de leguminosas, entre otros alimentos, ya se empiezan a abrir camino.

Por otro lado, 2021 ha sido declarado como el Año Internacional de las Frutas y Verduras lo que también puede ser una importante palanca para promocionar este alimento, de gran valor nutricional, pero también medioambiental. Hay que recordar que las legumbres son una de las fuentes proteicas y de aminoácidos más económicas.

La realidad es que a nivel global hay un repunte del consumo, situándose cerca de 1,4 raciones por semana, una cifra sin embargo muy alejada de las 3 que recomienda la Organización Mundial de la Salud, y todavía 60 % inferior a la de los años 80. También hay que destacar que la pandemia y los confinamientos potenciaron su consumo al tener las familias más tiempo para cocinarlos, un hábito que es de esperar se pueda mantener, si no en su totalidad, al menos parcialmente.

Pero no solo los factores nutricionales son relevantes, en no menor proporción lo es su valor medioambiental, al ser su capacidad para fijar nitrógeno en el suelo una cualidad agronómica fundamental. Esto ayuda a mejorar la calidad del suelo y reduce el uso de fertilizantes nitrogenados. Por ello es una alternativa habitual y muy sostenible en las rotaciones de cultivos. En el momento actual y con una PAC cada vez más verde, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha incluido la obligatoriedad de cultivo de leguminosas como uno de los ocho ejes para el desarrollo de los llamados ecoesquemas.

Según datos del MAPA las leguminosas grano ocuparon en nuestro país en 2020 alrededor de las 292.300 hectáreas, destacando por este orden los guisantes, garbanzos, alubias y lentejas. La principal región productora de leguminosa grano es Castilla La Mancha, seguida de Castilla y León y Andalucía. En Extremadura se cultivaron el pasado año 8.400 hectáreas, la mayor parte en secano.

También hay recordar que en España hay diez sellos de calidad, siendo las más relevantes el Garbanzo de Fuentesaúco (Zamora), la Lenteja Tierra de Campos (León, Palencia, Valladolid y Zamora) y el Garbanzo de Escacena (Huelva y Sevilla). Su importancia no lo es tanto por el volumen de sus producciones, proporcionalmente muy bajas, sino por su contribución a identificar las legumbres como productos diferenciados de calidad.