Más de 200 extremeños se quedan en paro cada día

Apenas 24 horas después de que el consejero de Hacienda se reafirmaba en que «hay síntomas» de que la crisis comienza a remitir, los datos de la Encuesta de la Población Activa han echado por tierra todas las previsiones optimistas que iban naciendo.

Extremadura ha sumado casi 20.000 nuevos parados (exactamente 19.500) de enero a marzo, lo que supone un incremento del 22,46% con respecto a los tres últimos meses del año pasado. Son más de 200 parados al día en este periodo, 217 exactamente.

Con estos datos, Extremadura rompe además dos barreras. Primero, superó el margen de los 100.000 desempleados en contabilidad EPA (ya lo había superado mediante el método del Inem), hasta los 106.300 extremeños que se encuentran en esta situación. En segundo lugar, el porcentaje de población parada rebasa el 20% del total, hasta el 21,75%.

Es decir, uno de cada cinco extremeños que pueden y quieren trabajar no encuentran colocación. Por encima de la región siguen Canarias (26,1%) y Andalucía (24%). Es la peor tasa que presenta Extremadura en casi una década. Hay que remontarse a comienzos del año 2000 para ver una más alta.

A peor

El deterioro es más relevante si se tiene en cuenta que en el mismo periodo del año pasado, EPA marcaba 1.900 parados menos en la región. No obstante, hay que tener en cuenta que entonces la crisis económica estaba dando sus primeros coletazos.

Precisamente, en los últimos doce meses han aparecido 37.800 nuevos desempleados, lo que supone un aumento del 55,09%. A pesar de ser importante, permanece por debajo de la media nacional, que escala hasta el 84,4%.

Por sexos, los últimos datos muestran que el paro sigue teniendo rostro de mujer en Extremadura. La tasa femenina está en el 25,02%, con 50.100 desempleadas. La masculina se queda en el 19,48%, con 56.100 hombres parados.

Los datos también vienen a confirmar una dinámica que se viene dando en los últimos tiempos. El último año se han destruidos 25.300 empleos, el 6,21%, más.

Sin embargo, la población activa (gente que está dispuesta a trabajar, tenga empleo o no) está creciendo a un ritmo mayor de lo que marca el crecimiento demográfico, 12.400 extremeños en un año, el 2,61%. Eso indica que están entrando en el mercado laboral personas que hasta ahora eran inactivas y que se ven obligadas por la crisis. Especialmente porque algún miembro de la familia se queda sin empleo.

El único dato que es medianamente positivo es el de la tasa de actividad, que se sitúa en el 54,07%. Como recordó ayer el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, es la primera vez en 13 años que esta tasa supera el 54%.

Previsiones

La última encuesta de la EPA, publicada por el Instituto Nacional de Estadística, pone en entredicho las esperanzas que los representantes políticos habían sentado en los últimos tiempos.

A comienzos del pasado mes de marzo, Pilar Lucio, consejera de Igualdad y Empleo, aseguró que había indicios de que el crecimiento del paro empezaba a frenarse, aunque recordaba que dos meses antes se había equivocado en sus previsiones.

Hubo quien vio una confirmación de sus palabras cuando se conocieron los datos del apuntados a las oficinas del Sexpe de marzo, con 'sólo' 1.427 demandantes nuevos.

Para muchos, era la prueba de que se estaba frenando la destrucción de empleo. Sin embargo, no se dio la suficiente relevancia al hecho de que marzo es siempre un mes muy positivo para la creación de empleo, debido a que en algunas zonas da inicio la temporada preturística y algunas labores agrícolas.

Sin ir más lejos, el consejero extremeño de Hacienda, Ángel Franco, insistía el jueves que «hay síntomas» que indican que la crisis económica comienza a remitir, aunque apostilló que la «recuperación será lenta».

Ante la Asamblea de Extremadura, citó entre tales «indicadores anticipados» que aunque la destrucción de empleo prosigue, lo hace «a menor ritmo». En general, opinaba que «el decrecimiento se está desacelerando». Estas palabras abundaban sobre las que dijo la semana pasada, cuando destacó que, según expertos estadounidenses, la economía mundial «empieza a mostrar algunos signos esperanzadores y alentadores», sobre todo en lo referido al empleo.