Plasencia mira a Toledo para retener turistas

Los turistas ya se lo saben. Son muchos los quieren visitar Plasencia cuando viajan a Extremadura, pero consideran la ciudad más como un sitio donde pasar unas cuantas horas para ver lo esencial que como un destino por sí mismo. Así lo demuestran los datos de pernoctaciones, que no acaban de remontar, e incluso han bajado durante el último año, pese a que el crecimiento del número de visitantes crece en todo el entorno.

Es evidente que al turista le faltan incentivos para quedarse en Plasencia. La riqueza patrimonial de la ciudad es innegable, pero también que muchos monumentos y lugares de interés no se pueden visitar porque, sencillamente, están cerrados al público. Durante los últimos años se viene intentando paliar esa carencia con iniciativas como la apertura del enlosado de la catedral o del palacio del Marqués de Mirabel, aunque este último sólo para visitas individuales. Próximamente podrá recorrerse también a pie el paso desde el enlosado hasta la capilla de la Salud por la ronda de la barbacana, sobre la muralla, pero aun así el visitante parece que no acaba de encontrar suficientes incentivos.

Visitantes por libre

El trato directo con los operadores turísticos en ferias como la reciente Fitur no acaba de funcionar para destinos como Plasencia, adonde un porcentaje muy elevado de los visitantes llegan por su cuenta y no en paquetes contratados. Por eso se impone adoptar nuevas fórmulas, y una de las que está estudiando el Ayuntamiento es copiar lo que se hace en Toledo.

El Arzobispado de la capital castellano-manchega creó hace algunos años una pulsera turística quepermite acceder por el precio de ocho euros a seis de sus principales monumentos. Cada uno se puede visitar todas las veces que se quiera y no caduca. El ahorro para el visitante es de seis euros en comparación a comprar las entradas sueltas a cada uno de los monumentos. Se estima que la archidiócesis toledana ha ingresado entre tres y cuatro millones de euros a través de la pulsera.

El Ayuntamiento de Plasencia, según ha anunciado el alcalde, Fernando Pizarro, ha empezado ha hablar con el Obispado de la posibilidad de implantar en la ciudad un sistema similar, ya que buena parte de los lugares de interés de la ciudad pertenecen a la Iglesia. «No hay nada concreto todavía, pero es algo en lo que estamos trabajando» apuntó el alcalde, quien destacó que este sistema podría contribuir tanto a aumentar las pernoctaciones como a mejorar el flujo de turistas por la ciudad, con el consiguiente beneficio para el comercio y la hostelería.

Las primeras conversaciones entre el Ayuntamiento y el Obispado han servido incluso para determinar cómo comenzaría a desarrollarse el sistema de las pulseras. En un principio sería a través de voluntarios para, si el proyecto funciona, pasar después a crear algún puesto de trabajo. Se rehabilitaría la planta baja de alguno de los edificios de la Diócesis como punto de venta de las pulseras.

Pero antes de que se puedan poner en marcha las pulseras, el alcalde admite que aún queda mucho camino por andar. Sería necesario que todos los monumentos y puntos de interés que vayan a formar parte del recorrido tengan un horario de apertura razonablemente amplio, cosa que ahora mismo no ocurre. De hecho la semana pasada el representante local del partido UPyD pidió que se aumentase el horario de la catedral que, pese a ser la 'joya de la corona' y el principal imán para el turismo en Plasencia, tan solo se puede visitar de 9.00 a 13.00 y de 16.00 a 18.00 horas. Pizarro respondió que ese tipo de cambios no son fáciles, primero porque dependen del Obispado, y segundo porque implican contar con un personal del que ahora mismo no se dispone.