Los novatos llevan su juerga al centro

Como es norma, los universitarios no han esperado. Les ha faltado tiempo para echarse a la calle a celebrar el inicio del curso académico. Lunes, primer día de clases en las facultades y el ambiente se dejó notar tanto o más en el centro de la ciudad que en el campus.

Es la tradición de las novatadas, el bautismo más o menos simpático, gracioso o pesado -todo depende del espíritu de los veteranos, un heterogéneo grupo en el que hay lo mismo cabezas sensatas que acomplejados con ínfulas de teniente chusquero-. La escenografía se repitió ayer siguiendo un guión parecido al de años anteriores. Esto es, chicos y chicas con las caras llenas de letras de colorines, dibujos, nombres... Pinturas de guerra que les identifican y que tendrán que soportar con estoicismo también hoy. Y mañana. Y seguramente, pasado.

A los grupos, habitualmente ordenados por facultades, se los pudo ver ayer por la avenida Primo de Rivera, por el paseo de Cánovas, en el parque de Calvo Sotelo, y en la Plaza Mayor. Pandillas con megáfonos, otros gritando garganta al aire cánticos más o menos ingeniosos, entre mayoría de risas.

Es la escena típica del centro de Cáceres cada vez que septiembre empieza a apurar sus días. Acaba el verano, saluda el otoño, empiezan las clases, se abre una vida nueva para un puñado de jóvenes que pasan del instituto a la universidad. Novatos hoy, veteranos mañana.