Usar el móvil en exceso provoca daños en los pulgares

El abuso en la mensajería instantánea a través del móvil ha provocado la irrupción de una nueva enfermedad, esta vez muscular, que se suma a la disminución en los niveles de concentración: chatear continuamente puede derivar en patologías de la muñeca, dedos, e incluso del cuello. Específicamente, mandar mensajes de texto desde los dispositivos móviles, como smartphone, provoca inflamación del tendón y de la membrana sinovial que lo recubre. Esta patología se conoce científicamente como tenosinovitis, pero una revista la ha bautizado con un nombre que viene de la popular aplicación Whatsapp: whatsappitis

La revista científica médica El Lancet utiliza el término whatsappitis para referirse a la tenosinovitis (inflamación del tendón y de la membrana sinovial que lo recubre) por utilización excesiva de WhatsApp, explica la doctora Rosa María Llorca, jefa del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario HM Torrelodones. Además, la postura prolongada de flexión al usar el móvil puede generar también tensión en los músculos con aumento de tono y hasta contractura que se transmite desde la región del cuello a la región dorsal

Para evitar estos percances que provocan dolor, hinchazón y entumecimiento sobre todo en los pulgares, la doctora Llorca da siete consejos:

-Escribir alternando los dedos.

-Utilizando un lápiz para dispositivos móviles, y no directamente los dedos.

-No usar el teléfono de forma prolongada.

-Hacer descansos entre mensajes.

-Evitar las posturas mantenidas delante de un ordenador ininterrumpidamente, pues provocan daño en los músculos de la columna cervical y dolor en el cuello.

-Disminuir la utilización innecesaria del teléfono.

-Descansar el cuello y la espalda.

Si a pesar de todas las advertencias, termina sufriendo whatsappitis, y deriva en una lesión intensa que no mejora con los días, podría ser necesaria la rehabilitación con fármacos y terapia física. Si el problema y el dolor se mantuvieran e impidieran realizar nuestras actividades diarias cotidianas, como peinarnos o vestirnos, existe la posibilidad de tener que recurrir a la cirugía para liberar el tendón, concluye la doctora Llorca.