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«Hazme una foto si me dan la mano»

Don Felipe y doña Letizia reciben el cariño de cientos de personas durante su visita a Agroexpo, en Don Benito

estrella domeque

Miércoles, 25 de enero 2017, 11:59

Con los brazos abiertos, gran expectación, infinitas muestras de cariño y fotos, muchas fotos. Así recibió Don Benito a los Reyes Felipe VI y doña Letizia en su primera visita a la localidad con motivo de la inauguración de Agroexpo. Puntuales a su cita, sin hacer esperar, tras aterrizar en helicóptero en el estadio Vicente Sanz, un coche de la Casa Real les trasladó hasta Feval, acompañados de Policía Nacional y Local. A las 11.30, nada más asomar el vehículo por la calle de acceso, comenzó la euforia.

«¡Vivan los Reyes!», se distinguía entre los gritos y aplausos de la multitud. El primero en bajar del coche oficial fue Felipe VI, recibido por el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; la delegada de Gobierno, Cristina Herrera; y el alcalde de Don Benito, José Luis Quintana. Acto seguido, bajó doña Letizia, que acaparó las miradas de vecinos y curiosos que esperaban impacientes para comentar la vestimenta elegida por la Reina. Pantalón negro de pata de elefante, chaqueta en color camel sobre los hombros y una camisa blanca. Mientras el Rey, menos analizado por los curiosos, optó por un traje de chaqueta en tono gris oscuro, con la corbata y los zapatos en color marrón. El grito de «¡Guapos!» no tardó en escucharse.

El primer gesto de Felipe VI fue para la treintena de periodistas y cámaras acreditados para el evento, para los que organizó de forma muy espontánea un primer posado junto a las autoridades principales, entre ellas, la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, que compartió el viaje desde Madrid con sus majestades. Y, tras los saludos protocolarios, comenzó el recorrido por los cuatro pabellones de la feria.

Fotos y más fotos

Si el recibimiento en el exterior había sido eufórico, pero lejano, una vez dentro los Reyes hicieron gala de su amabilidad y cercanía, con una sonrisa en todo momento para las centenares de personas que esperaban en el interior del recinto. Y si las personas se contaban por cientos, también los móviles. «Ya vienen por allí, hazme una foto si me dan la mano», comentaba una señora a su marido, teléfono en mano.

Encima de un tractor, sobre un taburete o detrás de una planta decorativa, cualquier sitio era bueno para intentar lograr el mejor ángulo fotográfico. Siempre bajo la atenta mirada y el control de la decena de miembros de seguridad del dispositivo de la Casa Real. Algunos de los más atrevidos pidieron una foto junto a ellos y en algunos casos accedieron. Eso sí, conseguir un selfi fue casi una misión imposible.

Además de la instantánea del momento, el otro recuerdo más buscado era ese saludo o apretón de manos con sus majestades y prácticamente nadie se fue sin él. La más distendida fue doña Letizia, que en varias ocasiones se acercó en el paseo a saludar a niños y mayores.

Amabilidad y cercanía de los Reyes, correspondida por un respeto casi exquisito del pueblo dombenitense y extremeño hacia los monarcas. Casi a modo de procesión, cada movimiento era seguido por una comitiva que, aunque ya había conseguido el saludo, no quería perderse detalle de la visita.

Interés por los expositores

Entre saludo y saludo, Felipe VI y doña Letizia conversaban con interés con los expositores, que aprovechaban sus minutos para hacer ver las últimas novedades del sector agroalimentario y la importancia del mismo en Extremadura, todo ello recogido en Agroexpo, que cuenta una edición más con el patrocinio de Cajalmendralejo.

También dentro se escuchó varias veces el grito de «¡Que vivan los Reyes!», seguido casi al unísono por un «¡Vivan!», mientras los nombres de Felipe y Letizia se repetían a cada lado de los pasillos. Y mientras se dirigían al pabellón número 3, se produjo una de las anécdotas del recorrido, cuando una vendedora de la ONCE consiguió entregarle a doña Letizia un cupón, como regalo, que luego muchos pidieron para ver si el número les daba suerte.

Tanto era el calor recibido por la gente, que doña Letizia acabó el recorrido ya sin la chaqueta sobre los hombros, antes de la audiencia celebrada en uno de los salones, en la que participaron representantes de la junta rectora de Feval y del Comité Organizador de Agroexpo, así como representantes políticos y sociales. Tras ello, un grupo de alumnos del colegio Virgen de la Luz de la localidad de Cheles, que participan en un proyecto de radio escolar, compartieron un momento con sus majestades, donde no faltaron las risas nerviosas de los pequeños y la entrega de algunos regalos.

Por último, en un ambiente institucional, pero algo más distendido, se ofreció a los Reyes un vino de honor que se prolongó durante algo más de media hora. El tiempo justo para que los más rezagados sacaran por última vez sus teléfonos para fotografiar la despedida de Felipe VI y doña Letizia, que cumplieron con las expectativas de una localidad que ansiaba después de cuarenta años una visita real. Nadie se marchó defraudado.

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