«En Perales del Puerto había fuego y mucho humo, no se podía respirar»

«Nos trajeron a Cáceres porque en Moraleja ya no había sitio», comentaba ayer por la mañana María Ana Placeres, una de las 14 personas de Perales del Puerto que a las siete de la madrugada llegaron a las instalaciones del Centro de Formación de Tropa (Cefot) de Cáceres. Ella vino con su madre y su suegro y recuerda una noche larga, en la que les despertó su hijo a las cuatro de la madrugada para avisarles de que tenían que abandonar el pueblo, «había fuego, y mucho humo, no se podía respirar. Caían del cielo trozos de piña ardiendo».

Las catorce personas que llegaron a Cáceres, contando con la intervención de la alcaldesa Elena Nevado, son de cuatro familias; pero, de ellas, cuatro no durmieron en las instalaciones del Cefot ya que fueron a casas de familiares en esta ciudad. Entre las diez personas que ayer estaban desayunando en el comedor alrededor de las doce de la mañana, dos eran niños. Los más mayores recordaban que hacía 12 años ya habían vivido un incendio muy fuerte, pero no fueron desalojados. Ana Placeres indicaba que en el pueblo se habían quedado su marido y su hijo, «me han dicho que a la casa no le ha afectado el fuego». Su madre señalaba que ayer estaba previsto celebrar en el Perales del Puerto la Fiesta del Emigrante, «pero como para fiestas está ahora el pueblo».