«Volver a la agricultura sería mi último recurso»
Este joven losareño, hijo de agricultores, eligió buscarse un futuro que no tuviese que ver con la agricultura, que conoció de cerca en la explotación familiar de la finca El Robledo
E. G. R.
Viernes, 1 de agosto 2014, 10:49
Como muchos jóvenes hijos de agricultores, Pablo Díaz pudo dedicarse al campo. Sin embargo prefirió estudiar y dedicarse a otro sector. Ahora, en una empresa de logística de Madrid, regresa a Losar de la Vera (Cáceres) regularmente, donde su padre continúa con la explotación familiar en la que él mismo creció.
¿Qué recuerda de aquellos pinitos en el campo?
Pues fue en la finca El Robledo. Mi padre tiene una explotación de tabaco de unas diez hectáreas, donde produce cerca de 35.000 kilos anuales de tabaco virginia. Allí ayudaba siempre que podía, principalmente en verano porque estaba estudiando. Desde los 14 años he estado fuera, primer estudiando en Cáceres y luego en Salamanca, haciendo Derecho.
¿Cuando tuvo claro que la vida en el campo no era de su agrado?
Pues ya a los 14 años de edad. Entonces vi que mi futuro no estaba en el campo. Además de que me considero alguien de ciudad, ya entonces vi que el campo no tenía futuro, que era una vida difícil, complicada. Lo pude ver tanto por mi padre como por mi entorno y mis amigos.
¿Alguna vez se ha arrepentido de esa decisión?
No. Además de estudiar tuve la oportunidad de viajar a Belfast (Irlanda del Norte) y a Manchester (Inglaterra) para aprender inglés. Después, tras hacer un máster en comercio internacional, comencé a trabajar en la empresa World Duty Free Group. Y ahí sigo. Después de este tiempo, cuando regreso a Losar, puedo constatar que todo sigue igual. Mi padre seguirá con la explotación hasta que se jubile, pero sigue habiendo la misma incertidumbre que entonces, sufriendo precios bajos de compra y sin saber cómo estará el sector dentro de cinco años.
Imagine que por circunstancias de la vida tuviera que regresar, y dedicarse a la agricultura. ¿Lo haría?
Ufff... Si no tuviese nada más y de verdad me viese obligado a ello... Claro que lo haría. Pero ese sería mi último recurso.
Sin embargo, comenta que muchos amigos suyos de la infancia sí han continuado como agricultores...
Así es. En buena parte porque se han quedado con las explotaciones de sus padres.
¿Y ellos son más optimistas?
Bueno, hay de todo. Por lo que yo se trabajan en ello y les da para vivir, pero tienen que vivir con la incertidumbre que comentaba antes. También hay muchos que son muy pesimistas, aunque a decir verdad no conozco a casi nadie que trabaje en el campo y que diga que le va fenomenal.
¿Se imagina esta comarca sin plantaciones de tabaco?
Desde luego no me la imagino como está ahora mismo, sino que sería totalmente distinta. Los agricultores que ya son mayores se jubilarían y les daría más o menos igual, pero los jóvenes agricultores... ¿A qué se dedicarían? Al final todo el mundo se quedaría sin trabajo.
Tal vez si apostaran por algún cultivo alternativo...
No creo. Hoy por hoy no creo que haya otro cultivo alternativo que pueda generar tanta riqueza en la zona, tanta actividad y empleo como lo hace el tabaco. O al menos no para tanta gente.