Pitina, pregonera en Tejeda
María Ángeles Sandoval, esposa del presidente del Real Madrid, abre las fiestas de San Miguel con recuerdos de su infancia en la Vera
MIGUEL ÁNGEL MARCOS
Lunes, 3 de octubre 2011, 14:23
María de los Ángeles Sandoval, más conocida como Pitina, no es una persona que prodigue su presencia en los medios de comunicación o en actos públicos, a pesar de que podría hacerlo con frecuencia toda vez que su marido es Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y de la constructora ACS. Como ella misma dice tiene su vida privada y no le gusta moverse «entre gente que no conoce». Por eso sorprendió que se anunciara su presencia en la pequeña población verata de Tejeda de Tiétar para ofrecer el pregón de las fiestas de San Miguel.
Situada a medio camino entre Jaraíz de la Vera y Plasencia, en Tejeda están las raíces de su familia materna. De hecho confesaba al finalizar el acto que le había prometido a su madre, que falleció este año, venir algún día y ofrecer el pregón. Y lo ha cumplido, recuperando lazos familiares y vivencias de su infancia, de hace más de medio siglo, después de mostrarse «orgullosa, honrada y satisfecha por estar aquí con vosotros, dispuesta a anunciar el inicio de vuestras fiestas patronales».
«Mi infancia me une a Tejeda, la tierra de parte de mi familia materna», señaló ante la mirada expectante de numerosos vecinos, algunos de ellos compañeros de juegos de entonces. «Hace más de 50 años venía de visita con mis padres y hermanos a pasar ratos entrañables y divertidos con mis tíos y abuelos. Con Rita y Antonio, con Felisa, con Feliciano, con mis primos y demás familiares.». De aquellos años recuerda con nostalgia que iban juntos con dos burros y varios perros a coger higos y a jugar «como se hacía en aquella época». Pero sobre todo las comidas de su tía Rita.
«Todos juntos, más de 20 personas, disfrutábamos alrededor de un enorme puchero siempre lleno de productos de la tierra, ya fueran migas, cocido de garbanzos, gachas o callos, guisados con pimentón de la Vera. De aquellas comidas lo que más nos llamaba la atención a los que veníamos de visita era el sistema de cucharada y paso atrás, comiendo todos, la familia, los tíos, los primos. directamente del perolo, como llamaba mi tío Feliciano a aquella enorme olla».
La pregonera continuó diciendo que estos días le han venido a la memoria muchas imágenes de su estancia en Tejeda, como la propia cercanía de vecinos y visitantes, a los que se saludaba por las calles aunque no se conociera. También calles y plazas sin pavimentar, las casas que se calentaban al calor de las chimeneas o las humildes fachadas, «encaladas como la mayoría de los pueblos de aquella época. Hoy veo que todas las calles y plazas están perfectamente pavimentadas y mantenidas, así como las casas y monumentos históricos. Es muy importante conservar la historia de nuestro pueblo tal y como vosotros conservais los monumentos de la plaza Mayor, la Picota o la iglesia de San Miguel», afirmó, para terminar deseando a todos unas buenas fiestas.
Guiada por la alcaldesa, María Dolores Paniagua, visitó esos monumentos antes de ofrecer un pregón corto, sencillo y muy sentido que no olvidará. Y no solo porque se lo debía a su madre, sino también por las numerosas muestras de cariño recibidas de sus 'paisanos' de Tejeda.