Sanidad alerta sobre la retirada de estos desinfectantes para lentillas

La seguridad en el uso de productos para el cuidado de la salud visual es fundamental para prevenir complicaciones oculares que puedan afectar la calidad de vida de los usuarios. Por ello, las autoridades sanitarias vigilan continuamente la calidad y eficacia de los productos disponibles en el mercado, especialmente aquellos destinados al contacto directo con los ojos, como los sistemas de limpieza y desinfección.

En este contexto, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha comunicado la retirada voluntaria de ciertos lotes de sistemas desinfectantes a base de peróxido de hidrógeno al 3%, distribuidos por la empresa Disop S.A., debido a un fallo detectado en los comprimidos neutralizadores. Esta incidencia puede provocar que el peróxido no se neutralice completamente durante el proceso de desinfección, dejando residuos activos que, al entrar en contacto con la superficie ocular, pueden generar diversas reacciones adversas.

Estos sistemas de peróxido están diseñados para limpiar y desinfectar todo tipo de lentillas, desde blandas y desechables hasta rígidas permeables al gas, mediante la neutralización del peróxido tras su acción desinfectante. Sin embargo, si el proceso no se realiza correctamente, la solución puede contener peróxido sin neutralizar, lo que supone un riesgo para los usuarios.

Entre los posibles efectos negativos en los ojos figuran irritación, dolor, inflamación, enrojecimiento, queratitis osmótica, inflamación del párpado, hiperemia conjuntival y en casos graves, quemaduras oculares.

El organismo recomienda que las personas que utilicen sistemas de peróxido para lentillas, comprobar si el lote de su producto está afectado por esta retirada. En caso afirmativo, deben suspender inmediatamente su uso, conservar el producto sin desecharlo y contactar con el punto de venta para gestionar la devolución.

Si tras usar alguno de estos productos se experimenta alguna molestia ocular, aconseja lavar los ojos con solución salina o lágrimas artificiales estériles y consultar sin demora a un profesional.

Por otro lado, los puntos de venta y distribuidores deben revisar su inventario para identificar y retirar los lotes afectados, evitando su distribución o uso hasta recibir instrucciones del fabricante. Además, deben informar tanto a clientes como a otros distribuidores sobre la retirada y las medidas preventivas que deben adoptar, incluyendo la vigilancia de posibles síntomas en los usuarios.

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